ABC MADRID 27-07-1987 página 72

ABC, póg. 72- LA FIESTA NACIONAL -LUNES 27- 7- 87 Sexta corrida de la feria de Santander Ayer en otras plazas Barcelona Toros de Francisco Galache, deslucidos. José María Manzanares, ovación y ovación. Pepín Giménez, vuelta al ruedo y silencio. Emilio Oliva, ovación y silencio. Victorino dio una de cal y otra de arena Tres orejas para Ruiz Miguel y meritoria faena de Tomás Campuzano Santander. José Luis Suárez- Guanes, enviado especial La corrida de Victorino había despertado una gran expectación, ya que el ver toros de esta divisa era un acontecimiento que no se había vivido nunca en Santander. La plaza presentaba un aspecto impresionante, con un lleno hasta la bandera. No cabía un alfiler. Yo, que he conocido lo que era este coso desde finales de los años cuarenta al primer lustro de los setenta- sólo El Cordobés era capaz de llenarla- me encuentro asombrado del fenómeno actual. A este festejo han llegado multitud de aficionados de otros lugares. Desde Galapagar, un grupo amplio de seguidores de Victorino Martín; ganaderos de Salamanca, como Fernando PérezTabernero; los de Sepúlveda y otros que han lidiado en este ciclo que se han quedado a ver el juego dé los afamados toros. He visto aficionados fetén de Bilbao, como Fernando Artiach, y algunos de Asturias, tales como Julián Clavería y Angelín El Draka Y además de Valladolid, de Patencia, de Burgos de LogroRuiz Miguel ño... Y luego, en la plaza, el juego de los antiguos Albacerradas es dispar. Van desde la nobleza del lote de Ruiz Miguel, aunque con los problemas que siempre genera la buena casta, hasta las dificultades del segundo de Tomás Campuzano, que era la clásica alimaña que ha hecho célebre el hierro. Después han estado también representantes de la más absoluta flojera, como han sido el casi inválido segundo y el mismo tercero, con ese defecto más atenuado. El sexto, un toro bizco, fue devuelto a los corrales y suplido por uno de Antonio Pérez, que derribó al caballo con estrépito y se dejó torear. trando, pues su rival (por cierto, más en Santa Coloma que en Aibarraceda) se cierra, se comía la muleta y no daba sitio al torero, que sólo a base de valor logró atemperar lo mucho que tenía el toro de nobleza, pero tapado por su indudable casta y acometividad. Al final de la faena encontró la distancia, llegaron los momentos más rematados y justificó su buena fama de estoqueador. En el cuarto anduvo aún mejor. Llevó por la senda que quiso a su oponente. Lució más en el toreo zurdo que en el diestro, pues en aquél le salieron los muletazos con una mayor largura y con un más recio sabor. Realmente soberbios los pases de pecho, enlazándolos por cada lado, cual es la moda al uso. Se entregó en la ejecución de la estocada y, de nuevo, dejó plantada su bandera como torero honesto y honrado y profesional ejemplar. Jerez de la Frontera Dos toros de Jandilla; dos de El Viti, flojos y mansos; dos de Garzón, manejables. Rafael de Paula palmas y oreja. Escuchó un aviso. Paco Ojeda, palmas y silencio. Espartaco, aplausos y una oreja. Tíldela Cinco toros dé Dionisio Rodríguez, manejables, y uno de Lupi. Niño de la Capea, oreja y aplausos. José Antonio Campuzano, ovación y silencio. Joselito, silencio, y palmas. Benidorm Toros de Bérnardino Giménez, buenos. Al sexto se le dio la vuelta al ruedo. Ortega Cano, oreja, y oreja. El Soro, palmas y dos orejas y rabo. Curro Duran, dos orejas y una oreja. Los tres matadores salieron en hombros. Mérito Tomás Campuzano no cortó orejas en esta ocasión. Quizá sea ésta la primera actuación que tiene en Santander en que se va de vacío. Su primero era un lisiado, y el público pidió su devolución a los corrales sin conseguirlo. Tomás le dio la distancia, lo cuidó y hasta sacó muletazos verdaderamente artísticos, mandones, acabados y hondos, que, por las circunstancias reseñadas, no fueron tomados en consideración. Mejor estuvo en el quinto: un animal peligrosísimo y con el que Tomás se jugó la femoral, la safena y la aponeurosis de inserción. Una verdadera batalla, un derroche de valentía, ganado ampliamente por el diestro. No me explico cómo no tuvo más reconocimiento que una ovación, pues Tomás anduvo hecho un león. vi Lloret de Mar Toros de José Escobar, desiguales. El rejoneador Leonardo Hernández, oreja. Julián García, oreja y vuelta al ruedo. Morenito de Maracay, oreja y vuelta al ruedo. Tarragona Novillos de las Hermanas Delgado, buenos. El rejoneador Federico Carolino, vuelta al ruedo. Iván Sosa, vuelta al ruedo y ovación. José García El José dos avisos y un aviso. Como siempre Ruiz Miguel volvió a demostrar su gran profesionalidad. Es un torero que puede con todo y con una regularidad en el éxito pasmosa. Se lució al capear al que abrió plaza y construyó una de sus clásicas faenas pundonorosas en las que, poco a poco, se fue cen- Marbella Novillos de Cebada Gago y uno de Alvarez Gómez, desiguales. Litri, vuelta al ruedo y una oreja. Rafi Camino, ovación y vuelta al ruedo. Pepe Luis Martín, dos orejas y vuelta al ruedo. Se justificó Carlos Aragón Cancela justificó su inclusión en una feria de categoría, como es actualmente la de Santander. Luchó con los problemas del tercero, que, por su poca fuerza, se defendía y ponía tos pitones en el pecho a cada instante. El de Colmenar, incluso, atisbo algún apunte. En el sexto dejó muestras de buen toreo en agunos pases en redondo, en su manera de estar en la cara del toro y especialmente en un pase de la firma que tenía la rúbrica de su apoderado Andrés Vázquez. No desentonó, ni mucho menos, en una tarde en la que Victorino fue la estrella: toros diversos. ¿Que hubo algunos flojos? De acuerdo, pero el cómputo general es que no quedó margen para el aburrimiento. -Ficha de la corrida Plaza de toros de Santander. Lleno hasta la bandera. Sexta corrida de feria. Cinco toros de Victorino Martín, de juego diverso. Dos fueron flojos, otros dos nobles y uno peligrosísimo. Y uno de Antonio Pérez- Tabernero, lidiado en sexto lugar. Ruiz Miguel, de grana y oro. Estocada en el primero (una oreja) Estocada sin puntilla en el cuarto (dos orejas) Tomás Campuzano, de nazareno y oro. Pinchazo y estocada en el segundo (palmas) Metisaca y estocada con derrame en el quinto (ovación) Carlos Aragón Cancela, de purísima y oro. Estocada atravesada y dos descabellos en el tercero (algunas palmas) Estocada en el sexto (vuelta al ruedo) Saint Vicent de Tyrosse Toros de Hubert Yonnet, flojos y con peligro. Roberto Domínguez, palmas y ovación. Patrick Varin, palmas y silencio. Víctor Mendes, aplausos y una oreja. Gmjuelo Novillos de Caridad Cobaleda. Jorge Luguillano, una oreja y vuelta al ruedo. David Luguillano, oreja y dos orejas y rabo. El rejoneador Moreno Silva, dos orejas. El banderillero Manuel Ruiz Martín fue asistido en la enfermería de rotura de tibia y peroné y de dos cornadas en el muslo derecho de pronóstico grave.