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ABC MADRID 25-07-1987 página 89
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ABC MADRID 25-07-1987 página 89

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página89
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Arrebato estival A familia Rodríguez es inmensamente feliz El padre trabaja de funcionario. En realidad se licenció en física nuclear, algunas teorías y un par de inventos. Los vendió USA y Francia, pues en su país, España, no valoran sus propuestas. Se casó con el cambio, y ahora tiene una tímida responsabilidad en un despachinchi de un Ministerio. Ella se casó con la Bolsa- n o de la compra, sino fa de inversiones- utifizd tos 4 ó 1 áre amértáános de to inventos de su marido, aprendió inglés y francés, y ahora es- saría moderna y aY practica el yoga y te elfenis, y, según! dfe fe que sus amigos la Uánriefi Carlota. Realmente está de m u y buen ver. Oteen qoe fae laisnméra de su prorjiodójrt, vradora a los tfós, fu rté on, porsbe. El es s carroza, perdieron ta kfttayprta más co y lastreras i atláde lowrmal. í tiueridai esje anb te, rigo trabajo acumulado. Estaré con vosotros citando termine. Mientras, piensa; Esté étáno, una carja al a re rne, íéDajará et estrés. -S, E 9 a dice, resuelta: ¿jtaosérta mejor que pases a rscpdernos a fin de mes? Bueno, s i no déjalo, regreso ábfa, así puedes terminar el trabajo acumulado. El marido, atónito, piensa: Qué bien, todo el mes de Rodríguez Ella, con sonrisa generosa, piensa: Qué maravilla, los niños con la tata, y yb sota, libre y entera para mi amado Beter. tl Los tiempos, cambian y tos Rodríguez son yá de, ambos sexos. -íí; Cuando termine las vacaciones, el matrimonio regresan! a la vida de siempre El dirá: Querida no sabes el calor que pasé. Menos mal que por la tarde bajaba- a la piscina, por eso estoy tan moreno, pero el año que viene me marcho con vosotros. Ella contesta: Bueno, verás, el próximo verano me marcho sola a Londres, ya sabes, trabajo, expansión, quiero abrir una filial en Londres. Pero tú te marchas con los niños y pasaré a recogeros. ¿Un marttni, amor Sí, cariño, pero se me ocurre una idea: el próxima verano los chicos podrían marcharse a un campamento solos, así podría encargarme de terminar el chalé de la sierra, y podremos en octubre celebra las bodas de plata. El chico mayor (moderno él) exclama. Eso, eso. Te quiero, te adoro y te compro un loro Además, a mí chica le encanta La señora de Rodríguez L L LEGUE tarde a la cita. El autobús estaba a punto de partir y. a duras penas, conseguí que me incluyeran en el pasaje. Cuando llevábamos una hora de viaje me di cuenta de que había cogido un autocar equivocado. Fue en el momento en que todos los viajeros empezaron a entonar el Santus ille ¿Ustedes también van a Atletas de la Frontera? -No, todos nosotros vamos de ejercicios espirituales a El Espinar. Mandé que pararan el autobús, pero el conductor me hizo caso omiso y tuve que saltar en marcha. El lodo de un pantano amortiguó mi caída. Prácticamente sólo me rompí las dos piernas. Anduve a rastras por un sendero hasta que se hizo de noche, y, debido a la escasez de luz, me introduje en una madriguera de osos. Lo peor fue el primer mordisco. Por fortuna el zapato me salvó de perder un pie. Logre escapar y me arrastré durante toda la noche hasta que amaneció y, debido al cansancio, el oso me dio alcance- ¿Vas a comerme -No. voy a unos ejercicios espirituales a Él Espina- Respire aliviado. Entonces comenzó la tormenta. Perdí. el conocimiento. Desperté algunas horas más tarde con la sensación de algo cálido que me recorría el cuello. Un perro me lamía la cabeza mientras meneaba con satisfacción el rabo. ¡En. tu -grite El perro se aparto unos metros y se sentó mirándome fijamente. Pense que podría avisar a su amo. -Estoy herido, ¿entiendes 7 El animal lanzó dos ladridos cómplices -Estoy herido. Tienes que avisar a tu amo. ¿Entiendes 9- ¡Gua. guau -Muy bien, bonito. Corre a avisar a tu dueño. Anda, bonito, tienes que ir a buscar ayuda El perro se me aproximo muy lentamente. Dio un par de rodeos alrededor de mi cuerpo yaciente, y se quedó observando mis heridas. -Eso es. Eso es. Tienes que buscar a alguien para que me ayude. Corre. ¿Entiendes? Tengo heridas, he- ri- das. Se acerco un poco más. Levanto su pata trasera y note cómo un- liquido de olor ácido me recorría el rostro. Luego se marchó despacio, sin rumbo aparente. Intente incorporarme. Las pier- nas no me respondían. Repte hasta la carretera. Hice señas a un camión para que parase. El trailer freno en seco. El camionero bajo, me robó la cartera y arrancó escupiéndome gravilla a la cart. Dos días mas tarde alcance la ciudad. Aullaba desesperadamente en petición de socorro, mientras algunos paseantes me r- rojaban monedas. LLame con los nudillos a la pue 1 ta de casa. Abrió mi mujer. ¿Qué? Yo de Rodríguez aquí con ios niños y tu. mientras, a vivir, que son dos días. ¡Y encima vienes borracho: El portazo me pilló dos dedos y volví a perder el conocimiento. i Guillermo FESSER Queridísimos Jorge Berlanga Carmen de Posadas Beatriz Cortázar Willmore Guillermo Fés. ser Edi Clavo Jaime de Urrutía Juan María Calles Leopoldo María Panero esquiar. WILLMORE SÁBADO 25- 7- 87 ABC 8

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