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ABC MADRID 11-07-1987 página 14
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ABC MADRID 11-07-1987 página 14

  • EdiciónABC, MADRID
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14 ABC OPINIÓN Panorama SÁBADO 11- 7- 87 VUELTA DE PAGINA L OS ciegos ven (la miopía y el astigmatismo son operables) los sordos oyen, los amputados reencuentran el sentido del tacto en la punta de sus dedos artificiales. Por si fuera poco, los corazones azacaneados recuperan su ritmo normal o se recambian, como casi todos los órganos del cuerpo; esto quiere decir que todos los estropeados físicamente tienen arreglo. Los mestizajes de ordenador y televisión, de física y biología, de ciencias naturales y teoría de la información son capaces de realizar los prodigios que antes sólo de tarde en tarde lograba la invocación milagrosa a San Antonio. Y si hace veinte años no hubiéramos creído que los automóviles llegasen a hablar ni la miopía a operarse, hoy, maduros y desengañados, nos lo creemos todo, porque, por un lado, vivimos la era del todo es posible y por otro, Ja de la inflación de lo falso, o el desprestigio de lo real, de lo verdadero. Las apariencias, las imitaciones, las copias de copias, a su vez trucadas, se ponen de moda, fulguran un instante y se evaporan. En el ambiente destructurado de nuestro tiempo, en que las élites bailan sevillanas, los héroes de Woody Alien salen de la pantalla y los conspicuos políticos entran en ella a codazos, nada choca, todas las heterodoxias son inmediatamente asumidas, no cabe preguntarse metafísicamente quién detenta la verdad, o dónde está lo verdadero. Conectado de improviso un televisor, no sabremos distinguir una película colonial de las trágicas imágenes del hambre en el Sahel; o tomaremos las cifras de una encuesta por la realidad empírica. Margaret Mead ha dicho: Los jóvenes son los indígenas de la tecnología: saben arreglar un televisor, pero creen que la imagen es real. Esa es la gran diferencia, el gran hándicap de nuestro tiempo, que las imágenes están engañándonos ya a todos, que la apariencia vale por lo menos tanto como la identidad, pero que todavía no hemos aprendido a arreglar el televisor. Las proezas técnicas enriquecen nuestras vidas, pero las transforman antes de que dominemos el cambio. La proliferación de signos, el bombardeo de imágenes y palabras, las imitaciones vivientes, los simulacros, los artificios, dispersan nuestra atención e impiden la concentración con que antes enjuiciábamos y nos entregábamos a la recepción y memoria del entorno. Como sobre agua se inscribe en nuestras mentes el discurso de los otros, como sobre arena movediza trazamos nuestros planes; la inestabilidad de la efímero es el único valor seguro en esta vuelta de página de la historia que es nuestro tiempo. La superabundada de información entraña la ambigüedad y la suspensión de juicio. Lo que llamamos realidad se parece cada vez más a la ciencia- ficción, y no es casual que la novela realista esté en crisis, pues lo que está en cris ¡s es el apego ortodoxo a la verdad y lo verdadero. Ni la rebelión ni la disensión parecen ya respuestas éticas, cuando la corrosión de la incertidumbre, que disuelve el despotismo en potencia de cualquier verdad, puede ser más eficaz. Marta PORTAL Planetario LUEGO CABALGAMOS D ESPUÉS de haberle regalado la Alcaldía a Juan Barranco, lo que no deja de ser un regalo envenenado, los grupos de supuesta oposición municipal, AP y CDS, reclaman una sesión plenaria. Pretenden, según parece, arrancar al gobierno municipal que ellos propiciaron las medidas que más fácilmente hubieran podido instaurar de haberse unido y gobernar por sí mismos. A Barranco y los suyos este simulacro se les da uña higa. Seguirá el Ayuntamiento socialista haciendo lo que le pete. Y si es necesario sacar el dedo enorme, a lo Slawomir Mrozek, para nombrar con él unos miles de funcionarios más sin concursos ni garambainas, pues lo hacen y a reclamar al maestro armero. La movida esa ridiculez a la que los munícipes confunden con la cultura del mismo modo que confunden la velocidad con el tocino, reina en la villa. Desde que atardece, Madrid es un estruendoso chiringuito. Aparecen miles de jóvenes y maduros, salidos de no sé sabe dónde, que pagan carísimos copetines, resisten con estoicismo admirable la cacofonía de los altavoces puestos a toda leche y sólo acceden a desaparecer como con desgana cuando ya el sol aparece sobre los tejados insomnes y fatigados. ¿Cómo viven, de qué viven todos esos trasnochadores que roban el sueño a los vecinos más irresistiblemente que los romanos secuestraban o raptaban a las sabinas? Ni se sabe. 7 P ico de RECOLETOS, 1 8 la gran oferta del año (137 aniversario! Rodriguez Sahagún, que ni comió las coles municipales ni se las dejaron comer, anda diciendo que hay que dignificar la vida pública de los Ayuntamientos, y Alvarez del Manzano, que tuvo que asistir impávido a la desventura del perro del hortelano municipal y minoritario, aspira a modificar las áreas gubernativas del Ayuntamiento como si no se diera cuenta de que Barranco y Larroque practican la intransigencia como postulado político. Si somos los más, piensan, ¿por qué vamos a hacer lo que quieran los que son los menos? Y razón no les falta. Los menos, además de ser los menos, han demostrado ser incapaces de juntarse para convertirse en los más. En otros tiempos, los pares de cualquier reino decían a uno de ellos aquello de nos que somos tanto como vos y juntos más que vos Ya se ha visto que las huestes de Rodríguez Sahagún y de Alvarez del Manzano jamás estarán dispuestas a repetir tales antiguallas. Madrid es hoy el botín de los unos. Los otros, como los canes, ladran ante el bocado que no pueden tener. Así, claro, todo seguirá como estaba. Felipe dijo un día que el cambio consistía en que España funcionase. Ahora descubrimos que quería decir que el cambio consistía en multiplicar por cien las contribuciones municipales, a fin de disponer ole más dinero para la movida Aquí, de proporcionalidad, nada. Barranco, que andaba modosito y cabizbajo después del 10 de junio, se atusa ahora la barba con plácida autoridad. Estos chicos de la oposición- m e d i t a- en rigor no se oponen a nada. Seguramente no ha leído a Azaña, que no era personaje grato a los socialistas de su tiempo. Pero ha de saber aquello de ladran, luego cabalgamos Ladran se dirá al pasar por el Patio de Cristales. Ladran, luego cabalgamos. Y es verdad. Lorenzo LÓPEZ SANCHO CENTRO

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