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ABC MADRID 10-07-1987 página 57
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ABC MADRID 10-07-1987 página 57

  • EdiciónABC, MADRID
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Gerardo Diego fue enterrado en unasencilla e íntima ceremonia familiar, según su deseo El poeta dedicó sus últimos años a preparar sus obras completas Gerardo Diego, uno de los más grandes poetas de este siglo, figura destacadísima de la generación de 1927, que falleció el pasado miércoles, en Madrid, de una bronconeumonía, como informó ayer ABC en su segunda edición, fue Salvo la numerosa presencia de informadores que a primeras horas de la mañana se habían congregado en el portal del domicilio de Gerardo Diego, en la calle de Covarrubias, y que siguieron desde ahí a la comitiva fúnebre, el entierro se cumplió según los deseos del poeta. Su viuda, Germaine Marín, acompañada de sus seis hijos y de sus nietos, junto a otros familiares y amigos, entre ellos los poetas José García Nieto y Rafael Montesinos, despidieron en silencio al autor de Versos humanos, sepultado tras un breve responso en una sencilla tumba. Madrid. Pedro Corral enterrado a primeras horas de la tarde de ayer en el cementerio de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. El poeta quiso en su testamento que la ceremonia fuera un sencillo y silencioso adiós de sus familiares cércanos. en el domicilio del poeta, en la que leyó poemas religiosos del propio Gerardo Diego, á quien definió, tras la breve ceremonia, como hombre de gran espíritu y muy devoto Un poco después se acercarían a la casa dos antiguas alumnas del poeta en la etapa docente de éste en el Instituto Beatriz Galindo, a quienes dejó, según una de ellas, grandes lecciones de sensibilidad y de profundidad humana Gerardo Diego, como sus compañeros de generación Dámaso Alonso, Jorge Guillen o Pedro Salinas, combinó su actividad literaria con la del profesorado. mostrar su pésame. El académico señalaba que Gerardo Diego seguirá vivo para mí Después llegarían los poetas Leopoldo de Luis y Ramón de Garcíasol, compañeros de Diego en las tertulias que éste alentaba en las mesas del café Gijón, junto a Camilo José Cela, Pedro de Lorenzo, Rafael Montesinos y José García Nieto, entre otros escritores. Estos dos últimos acompañaron a la familia a lo largo de toda la mañana. Una misa con sus versos Leopoldo de Luis señalaba, refiriéndose a Diego, que, aunque parecía una persona distante y solitaria, era entrañable, un gran amigo que no ponía distancias, sobre todo en las tertulias, en las que se alegraba de incorporar a gente nueva, jóvenes en su mayoría que llegaban a él con verdadera ilusión de aprender de sus palabras José García Nieto, otro de los contertulios del Gijón (recuérdese su magnífico artículo sobre el poeta fallecido y sus tertulias en ese lugar, premio González Ruano de Periodismo, que ayer reproducíamos) definía a Gerardo Diego como un escritor ejemplar y un hombre ejemplar, de una bondad sin límites También recordó que Diego fue uno de los que le presentaron como candidato a la Real Academia. Más tarde subirían a la casa los poetas Rafael Morales y Luis López Anglada y el dramaturgo Antonio Buero Vallejo. A las doce del mediodía un sacerdote amigo de la familia ofició una misa de cuerpo presente Jóvenes cipreses Tan sencilla era la sepultura, recién excavada, que no se cerró con lápida de mármol, de la que aún no se disponía, sino con cuatro tablones de madera sobre los que se depositó un gran número de coronas de flores. Tan sencilla, que no. hubo enhiestos surtidores de sombra y sueño bajo el pleno sol de un cielo transparente: sólo cipreses jóvenes, balbucientes, recién erguidos sobre el polvo del moderno cementerio. Desde primeras horas de la mañana numerosos familiares y amigos del poeta se acercaron al número 9 de la calle Covarrubias, junto a la plaza de Alonso Martínez, a manifestar su condolencia a la familia. Los representantes de cerca de una veintena de medios de comunicación, por deseo expreso de los familiares, debieron esperar en el portal la bajada del féretro para su traslado a Pozuelo. Mientras tanto empezaron a llegar incontables coronas de flores, entre ellas la de sus compañeros de la Real Academia, Ministerio de Cultura, Ateneo de Madrid, Ayuntamientos de Santander y de Madrid y Diputación Regional de Canta: bria, la institución que le impuso el pasado lunes la medalla de oro de Cantabria. El musicólogo Federico Sopeña y Emilio García Gómez fueron de los primeros en acudir a Pésames oficiales A la una de la tarde llegó el ministro de Cultura, Javier Solana, acompañado del director general del Libro, José Manuel Velasco, y del director del Centro de las Letras Españolas, José Luis Merino El ministro, que permaneció durante unos veinte minutos en la casa del poeta, manifestó a la familia el pésame de todos los miembros del Gobierno. El presidente, Felipe González, había enviado eon antelación un telegrama de condolencia. Ai terminar su visita, el ministro de Cultura declaró que la muerte de Gerardo Diego suponía una gran pérdida para España y la poesía y calificó al autor de Imagen como uno de los más extraordinarios poetas del segundo Siglo de Oro de la literatura española y el más vanguardista de la generación Según manifestaba ayer a Condolencia de los Reyes Sus Majestades los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía recibieron la noticia del fallecimiento de Gerardo Diego ayer por la mañana, durante Tsu visita a Críechoslovaquia, país al que habían llegado en visita oftciafei día anterior. Nada más conocerlo, los Reyes enviaron desde Praga un telegrama de condolencia a la familia del poeta desaparecido, en el que Don Juan Carlos y Doña Sofía expresan, tanto a los familiares de Gerardo Diego como a la Real Academia Española, su pesar por el fallecimiento del escritor. ABC Juan Ruiz de Torres, presidente de la Asociación Prometeo de Poesía y colaborador de Gerardo Diego en los últimos años, el poeta ha muerto sin poder disfrutar de la edición de sus obras completas, a la que dedicó hasta el último momento sus fuerzas, pero siempre postergada por motivos ajenos a su voluntad. Desde 1980 el poeta se ocupó, con la ayuda del propio Juan Ruiz y de otros colaboradores, en reunir toda su poesía y en corregir las pruebas del futuro libro con una enorme ilusión. En 1985 había terminado el trabajo. El libro está incluso contratado con una editorial, Plaza y Janes, pero al final no ha salido en vida de erardo Diego. La edición de sus obras completas- aseguraba Juan Ruiz- fue uno de sus grandes alicientes en estos años. Quería dejarnos su obra reunida y corregida. Habría sido muy bonito publicarla antes de su muerte. Gerardo Diego empeoró en su delicado estado de salud el domingo pasado por culpa- de un proceso bronconeumónico que le obligó a permanecer postrado cuando, al lunes siguiente, la Diputación Regional de Cantabria, su tierra natal, le impuso la medalla de oro de esa región, que les fue dada a sus familiares en su propio domicilio. Murió el pasado miércoles a las doce del mediodía, a la edad de noventa años. La muerte le sobrevino rápida y plácidamente, sin dolor alguno, según supo este diario del testimonio de uno de sus hijos. En los últimos tiempos no podía casi articular palabra debido al desgaste de sus cuerdas vocales. El funeral por el poeta se celebrará el próximo lunes, en la iglesia del Perpetuo Socorro, de la calle Manuel Cortina, en el distrito de Chamberí, junto a su domicilio. La hora aún no ha sido precisada.

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