Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 19-06-1987 página 16
ABC MADRID 19-06-1987 página 16
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 19-06-1987 página 16

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página16
Más información

Descripción

16 ABC VIERNES 19- 6- 87 Postales- ZIGZAG Después de Enpetrol Con motivo de las graves condiciones de peligro y alarma que se crearon en Tarragona por el atentado terrorista contra la refinería de Enpetrol, se han puesto de manifiesto una vez más los dispares niveles de competencia existentes entre los directivos de las grandes empresas, públicas o privadas, con sus equipos colaboradores- desde el primer ingeniero hasta el último peón- y los equipos políticos en los distintos niveles de la Administración, municipal, provincial o delegada de la Central. La combinac i ó n tan c u r i o s a como lamentable, de reflejos de prepotencia política con errores de decisión, o con nerviosas imputaciones de responsabilidad a los demás, ha sido una mezcla tan explosiva como la propia carga que colocaron los terroristas. Además de colapsar los accesos a las inmediaciones de la refinería, con lo que se dificultó de modo grave la llegada de los bomberos procedentes de otras ciudades, se colapsaron también al parecer las meninges de los responsables provinciales de defensa civil, que confundieron las actuaciones de prevención y prudencia con la siembra de alarmismo; lo que pudo tener efectos más catastróficos que los mismos del suceso. Es perfectamente explicable por ello la contenida irritación de la nota difundida por los trabajadores de Enpetrol; nota que rebosa buensentido. gaba, señalando que no sólo no se había producido la sentencia, sino que se trataba de una clara maniobra electoral. Ahora ya se reconoce que la sentencia era tal como se anunció, pero la preocupación de los que se encontraron frente a semejante escándalo poco antes del 10 de junio no ha terminado: nuevas acusaciones contra AP por! a inoportunidad de su denuncia, dejando caer, veladamente, que incluso cayó en la ilegalidad por su rápida difusión. Pero en lugar de responder acusaciones, debería explicarse de una vez dónde está ese dinero. STEDES los periodis J tas no hacen más que encontrar defectos en todo el mundo- me escribe un señor de Toledo, que hasta me envía el número de su carné de identidad para demostrar que no es de esos que tiran la piedra y esconden la mano- pero de lo que hacen mai ustedes no quieren acordarse. Y hay bastante que criticar. Si uno aconseja a los políticos escuchar a sus electores, con más razón tiene que escuchar él a los que tienen la paciencia de leerle. Así que, para variar, enfocaré mis tiros hacia la propia profesión. Ya a las primeras de cambio me doy cuenta de que, si son muchos los que no están cumpliendo su cometido, los periodistas no somos excepción. Me echo a la cara el sesudo New York Times periódico de periódicos, pesadilla de Gobiernos, sueño de artista novel, y me encuentro con los siguientes titulares sobre las recientes elecciones británicas: Thatcher reclama su tercera victoria, pero su. margen disminuye (o sea, que la premier inglesa ha perdido terreno) Modestas ganancias del Partido Laborista (es decir, que la oposición ha avanzado) Y debajo de todo: Las encuestas arrojan que la fuerte campaña de Kinnock le ayudó (lo que explica por qué los laboristas ganaron y los conservadores perdieron) Nada, en cambio, aparece en esos titulares sobre que Margaret Thaícher sacó una ventaja de más de cien escaños, cifra no sólo sustancial, sino que la permitirá seguir desarrollando su programa. Sobre que es la primera vez en más de un siglo que un premier británico consigue una tercera reelección seguida, lo que convierte el caso en histórico. Sobre que lo que no consiguió Gladstone, ni Disraeli, ni Churchill, lo ha conseguido esta señora con ademanes de maestra de escuela de las de antes. Pero para el periódico que publica todo lo que es digno de publicarse como reza su divisa a! lado de su cabecera, todo eso no tenía importancia. Lo importante era que la señora Thatcher había perdido unos cuantos diputados y que e! señor Kinnock los había ganado. Lo demás era paja. Y si esto lo hace la biblia del periodismo, ya me dirán ustedes que hacen los demás periódicos... aunque un momento. Tal vez resulte que estos periódicos que presumen de serios, de imparciales, de documentados y sesudos, sean los menos de fiar. Pues a los otros, a los periódicos que no presumen de ninguna de esas cosas, a ios que no pretender estar en posesión de la verdad, la gente se acerca ya con esa actitud: ellos no hablan excátedra, ni nadie se llama a engaño. Los peligrosos son esos que apabullan con sus ínfulas y aplastan con su información. Para terminar, en muchos casos, no informando. Pues no es necesario mentir para no decir la verdad. Basta con desvirtuar ésta. Algo que puede hacerse incluso enhebrando una serie de verdades. ¿Cómo? Pues como han visto en el caso apuntado de las elecciones inglesas: ignorando lo esencial de una información, poniendo el énfasis en otra parte, desviando la atención del lector hacia aspectos segundarios del asunto. O, simplemente, enterrando la verdad en tal cúmulo de datos accesorios que se diluya en ellos, de forma que el lector no la capte. Técnicas todas ellas usadas y abusadas por la Prensa, muy en especial por la que se presenta como imparcial y documentada. Tanto es así que la imparcialidad periodística empieza a ser sinónimo de tendenciosidad. Mejor saber con quien se juega uno las ideas. Tiene razón mi comunicante de Toledo: en todas partes cuecen habas, y en el periodismo, a calderadas. Haga lo que yo: lea con infinito escepticismo cuanto aparezca en los periódicos, incluido esto que está leyendo. José MARÍA CARRASCAL Comercio con Francia Los ataques frecuentes de los agricultores franceses contra camiones españoles cargados de frutas y verduras enmascaran ante la opinión pública una realidad: la agricultura francesa ha resultado muy beneficiada con la entrada de España en la Comunidad Europea. Gracias a los cereales, la carne y los productos lácteos, Francia ha conseguido remontar una empinada pendiente deficitaria. En 1985, el déficit comercial francés con España se elevó a 7.200 millones de francos; a finales de 1986- primer año de la incorporación española a la CEE- este déficit se redujo a 3.100 millones; en los primeros cuatro meses de 1987 se contabiliza un ligero superávit a favor del comercio francés, en gran parte debido al espectacular aumento de productos agrícolas franceses en los mercados españoles. Aunque la balanza agrícola entre los dos países es todavía favorable a España, los datos de la progresión francesa son más que elocuentes: en 1984, Francia vendió a España cererales por un valor de ocho millones de francos; al año siguiente, por 316, y en 1986, por 876. Dinero secreto En plena campaña electoral, Alianza Popular dio a conocer una sentencia por la que se declaraba ¡legal el secretismo mantenido por el Gobierno de la Comunidad de Madrid en ciertas cuentas. Inmediatamente, un portavoz de la Autonomía lo ne- PUNTOS DE VENTA DE A B C EN AUSTRIA VIENA: Franz Liess, Tabaktrafik, Belvederegasse; Leo Kokot, Verkaufsstelle, Schottengasse; Eugenie Lasser, Verkaufsstelle, Schottengasse; Kárntnerstra 8 e 2; Irma Suchy, Verkaufsstelfe, Graben; Hedwig, Verkaufsstelle, KárnnerstraBé 5; Ingeborg Hosseiny, Verkaufsstelle, Dr. Kart Lueger Ring; Josef Breiml, Verkaufsstelle, Freyung; Presse Intern. Verkaufsstelle, MariahilferstraBe; Reiberger Foto, Verkaufsstelle, Hotel Hilton; Ges mb. H. Reiberger, Verkaufsstelle, Hilton am Stadtpark; Morawa Co. Verkaufsstelle, Wolizeile; Morawa Uno- City, Verkaufsstelle, Kagran; Flughafen, Verkaufsstelle, Schwechat; Hotel Eldorado, Verkaufsstelle, Vósendorí.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.