Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 14-06-1987 página 73
ABC MADRID 14-06-1987 página 73
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 14-06-1987 página 73

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página73
Más información

Descripción

DOMINGO 14- 6- 87 CULTURA Un congreso entre llamas A B C 73 Gide y el congreso deltreinta y siete E NTRE aquello que asistieron al Congreso Internacional de Escritores Antifascistas de 1937 circulaba el nombre de André Gide como una patata caliente que no debería ser tocada o que se debería vomitar. Todo lo contrario sucedía algunos meses atrás, cuando Gide era el modelo de escritor comprometido, de luchador con pluma en la mano. Tan sólo dos años antes, en París, André Gide había encabezado e inaugurado con palabras aclamadas y estruendosas el I Congreso Internacional de Escritores. Tenía entonces sesenta y ocho años y era autor de dos libros que denunciaban el colonialismo francés en África, además de ser un escritor de gran prestigio. En las páginas de su diario, que publicaba con regularidad, había escrito que estaba dispuesto a dar la vida por la Unión Soviética. Los hombres de la propaganda de Stalin, en toda Europa, no podían estar más complacidos. André Gide fue invitado, con gran lujo, a visitar la Unión Soviética en 1936. A su regreso escribió sus impresiones: una mezcla de descontento y tristeza era su verdad sobre la Rusia stalinista de aquellos años; él se sentía obligado a decir en público esa verdad. Sus anhelos de utopía le fueron arrebatados bruscamente por una realidad oscura. Publicó entonces su libro Regreso de la URSS y, como los ataques que provocó fueron muy virulentos, escribió una segunda parte llamada retoques a mi regreso de la URSS. La solidaridad internacional cavó trincheras en su contra, y una de esas trincheras estaba en España, en julio de 1937, en el famoso Congreso de Escritores. Algunos meses antes, preparando el terreno, el escritor soviético llya Ehrenburg había escrito sobre Gide llamándole nuevo aliado de los camisas negras y de los marroquíes Pierre Herbart y Jeff Last, que en 1936 había ido con Gide a Rusia, estaban en España con las Brigadas Internacionales a principios de 1937, y suplicaron a Gide que no viajara a España como Gide pensaba hacerlo para mostrar su incumbencia. Ambos le hablaron con inquietud de la creciente animadversión que su nombre despertaba. Estaban seguros de que en España su vida podría estar en peligro. El odio hacia él por haber criticado a la URSS era creciente en los medios republicanos, y la Embajada Soviética en España estaba al tanto de todos los movimientos de Gide, gracias a los recortes que les enviaban Louis Aragón, hombre de los soviéticos en Francia. Los testimonios del Congreso del 37 muestran a José Bergamín leyendo continuamente el segundo libro de Gide sobre Rusia, que acababa de ser editado. Por petición expresa de la Delegación soviética y representando tanto a todos los escritores españoles como a los latinoamericanos, Bergamín tendría que condenar en público el. libro de Gide, y así lo hizo. La sinceridad de Gide fue entonces conocida como traición. En lo que se refiere al caso Gide, el antifascismo, la solidaridad y la libertad que defendían los escritores del Congreso tenían un rostro grave: la intolerancia. Alberto RUY SÁNCHEZ Defensa de la cultura O no puedo creer que la civilización esté hecha forzosamente a base de mentira. Una civilización tal, facticia, que pretende ser, que se proclama falsa, digno reflejo y producto de un estado social falaz, lleva en eila gérmenes de muerte. Las obras que sigue produciendo agonizan, lo mismo que la sociedad que las autoriza, y si no somos capaces de desprendernos de todo esto, estamos perdidos. La cultura en fanal pasó ya, y si los nacionalistas la defienden, tanto mejor; esto me ayudará a ver con claridad que los verdaderos defensores de la cultura están hoy al Y otro lado, en la otra orilla. Por lo demás, yo no ataco, repito, en modo alguno, a esta cultura: por muy artificioa que sea, ha producido obras admirables. La literatura no es- -o no es solamente al menos un espejo. Hasta ahora, la literatura actual de la URSS se ha contentado, poco más o menos, con desempeñar ese papel y nos ha dado así muchas obras notables. No debe reducirse a eso. Se trata también, o se trata quizá sobre todo, de ayudar a este hombre nuevo que amamos y que deseamos a que se desprenda de las trabas, de las luchas, de las falsas apariencias; se trata de ayudarle a formarse y a perfilarse él mismo. Es, por otra parte, lo que en este Congreso de Moscú han expresado admirablemente Bukharin, el mismo Gorki y otros varios. La literatura no se contenta con imitar: informa, propone, crea. Hoy día, toda nuestra simpatía, todo nuestro deseo y nuestra necesidad de comunión van hacia una humanidad oprimida, deformada y doliente. Pero no puedo admitir que el hombre deje de interesarnos en cuanto deja de padecer hambre, de sufrir y de estar oprimido. Me niego a admi- tir que no merezca nuestra simpatía más que en estado miserable. Reconozco que el sufrimiento engrandece con frecuencia: es decir, que cuando no nos doblega, nos forja y nos endurece. Pero, sin embargo, me complazco en imaginar, en desear un estado social en el que la alegría sea asequible a todos y en imaginar y desear unos hombres a quienes la alegría pueda también engrandecer. André GIDE Discurso pronunciado durante el I Congreso de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, celebrado en París, 1935.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.