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ABC MADRID 14-06-1987 página 56
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ABC MADRID 14-06-1987 página 56

  • EdiciónABC, MADRID
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56 A B C INTERNACIONAL DOMINGO 14- 6- 87 Bokassa, o la falta de resignación de un ex dictador ante el olvido y la miseria El ogro de Berengo aguarda el indulto de su condena a muerte Miguel Salvatierra Jean Bedel Bokassa, el ex emperador de Centroáfrica, el dictador, el antropófago, el asesino de niños y adolescentes, fue condenado el pasado viernes a muerte por un Tribunal de Bangui. Con la sentencia, se ejecute o no, se quiere relegar al o! vido, de una vez por todas, a un fantasma del pasado que no quiso resignarse a su suerte. Una suerte que, aun en el infortunio de verse derrocado y expulsado de su país por ias tropas de un Gobierno francés avergonzado por los excesos de su protegido, no parecía en principio tan mala. De entre las múltiples y folletinescas historias se cuenta que al llegar a Francia, en la aduana, un guardia le hizo abrir un maletín. En su interior había centenares de diamantes, una buena parte de la fortuna que el ex emperador había logrado sacar de su país. Pero lo que se llamó el tesoro de Bokassa no duró mucho. Sus parientes, su mujer, amigos y aprovechados de distinto pelaje, dieron cuenta de él en un tiempo récord. En Costa de Marfil, primer país del exilio, su esposa Catherine desguazó las joyas de la coronación para venderlas. En Francia, los El ex dictador que se coronó fastuosamente emperador aguarda hoy el indulto de su condena a muerte por asesinatos mordiscos a su fortuna se produjeron a una velocidad de vértigo, hasta que el ya pobre Bokassa no pudo pagar la luz y el agua de su espléndido castillo de Hardicourt y sus hijos fueron sorprendidos robando en un supermercado. Incluso el morbo que despertaba su antropofagia se quedó en entredicho. Nadie ha podido probar el canibalismo del ex emperador- s u cocinero se resistió en él juicio a confirmar las acusaciones que en su día hizo- -y son muchos los que piensan que bien pudiera ser un producto de la rica fantasía africana. Lo real, lo probado, es que este ex capitán del Ejército francés con delirios de grandeza se vio convertido, en las convulsiones de la descolonización africana, en jefe de Estado. Durante trece años gobernó a su antojo e impuso su capricho sobre bienes y personas. Eliminó a posibles sucesores, asesinó a rivales políticos y en la paranoia megalómana se coronó emperador en una ceremonia fastuosa más próxima a lo grotesco que al carnaval. La coronación, que colocó al país al borde de la bancarrota, marcó el principio de la caída. La muerte a golpes de cuarenta y seis escolares en 1972 desencadenó la denuncia de Amnistía Internacional y numerosos jefes de Estado se distanciaron de un personaje que comenzaba a ser molesto en todos los foros internacionales. Finalmente Francia intervino y Bokassa fue derrocado. Todos los informadores que hemos asistido algún tiempo al juicio de Bokassa hemos recorrido sus antiguas propiedades en una peculiar gira turística tratando de desentrañar a través de algún objeto, un indicio, un signo de los excesos del ogro de Berengo o al menos del pasado esplendor de su imperio. Pero ya no queda nada o casi nada. Del palacio de Berengo se llevaron todo lo que se pudo transportar, desde la moqueta a los grifos de oro macizo, incluidos los enchufes. El edificio que queda es hoy pasto de los avances de la selva, que recupera el terreno perdido, y la humedad del clima lleva la corrosión a todos los rincones. Verjas de hierro forjado oxidadas y chirriantes, piscinas malolientes donde en otro tiempo se bañó Gabrielle, la esposa rumana, o Catherine la zarina El esplendor imperial queda reducido a dos estatuas con la efigie de Bokassa, que por su peso no se pudieron llevar y hoy yacen tiradas en el suelo. Pero la desaparición y caída de Bokassa, con la vista al pasado que ha supuesto su proceso, no terminan con los problemas y pesadillas de este pequeño país africano. Al igual que sus vecinos, a las dictaduras militares y las penurias económicas se ha venido a añadir otro mal mucho más temible: el SÍDA. AVISO A LOS ACCIONISTAS DEL BANCO CENTRAL, S. A. AUTOPISTAS DEL MARE NOSTRUM, S. A. Los accionistas actuales de Autopistas del Mare Nostrum, S. A. (AUMAR) han decidido, ante la favorable evolución de la empresa, consolidada en sus inversiones y resultados, introducir en el mercado un paquete de las acciones que poseen, con objeto de difundir la propiedad de AUMAR entre los inversores nacionales y extranjeros, que han venido manifestando su interés por la adquisición de estos títulos. El Banco Central, S. A. que forma parte del grupo de accionistas, al ofrecer al mercado esta operación, comunica que, con carácter previo, pone una parte de su paquete a disposición de los accionistas del Banco Central, S. A. en las condiciones que se detallan a continuación: Proporción: Una acción de AUMAR de 1.000 pesetas nominales por cada cuatro acciones de 500 pesetas nominales del Banco Central, S. A. que posean. Las fracciones se podrán completar a unidades de acción, por exceso a favor del comprador. Esta oferta no es transferible, y se dirige a los titulares de acciones del Banco Central, S. A. que jas posean el 23 de junio de 1987, inclusive, lo que se justificará debidamente. Las acciones de AUMAR se valorarán a 1.800 pesetas por acción de 1.000 pesetas nominales cada una, y se entregarán libres de gastos para el comprador. El desembolso se realizará en efectivo. Se aceptarán las órdenes de compra recibidas hasta el 24 de junio de 1987. La transmisión e intervención de los títulos por agente de Cambio y Bolsa se efectuará el día 29 de junio de 1987. Adquirentes: Precio: Plazo: Los accionistas del Banco Central, S. A. interesados en recabar información sobre las acciones de Autopistas del Mare Nostrum, S. A. (AUMAR) pueden dirigirse a cualquiera de las sucursales y agencias del Banco Central, S. A. o al Departamento cíe Valores en Madrid, calle Alcalá, 49. Teléfonos 2328810- 20; Barcelona, paseo de Gracia, 82. Teléfono 2153006; Bilbao, Gran Vía López de Haro, 2. Teléfono 4249300, y Valencia, calle Don Juan de Austria, 4. Teléfono 3516862. Madrid, 5 de junio de 1987. -Banco Centra! S. A.

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