ABC MADRID 02-06-1987 página 117
- EdiciónABC, MADRID
- Página117
- Fecha de publicación02/06/1987
- ID0001599044
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Isabelle Adjani, la funcionaría Tuareg I SABELLE Adjani se vistió de tuareg y huyó al desierto. No para ser tentada en pleno espejismo tres veces por el diablo, y tampoco para escapar al burdo rumor francés que en los últimos meses la situaba cerca de los infiernos del SIDA, cuando el único reproche que cabe hacérsele a Isabelle por vestirse de tuareg y huir al desierto es el de haber abandonado- durante el tiempo que duró el rodaje de Ishtar, la película de su reaparición- sus funciones públicas como máxima responsable de la comisión de ayuda a la producción cinematográfica del Ministerio de Cultura que dirige Fran: cois Leotard, heredero feliz de la megalomanía oriental de Jack Lang, aquel ministro socialista que en los festivales de Cannes se hacía servir el té con exquisita leche de burra. En el desierto, Isabelle Adjani se ha reencontrado con el cine, del que nunca debió salir, aunque fuera para repartir entre los pobres progres de la nouvelle vague que todavía andan sueltos por el país vecino la reconfortante escudilla de la subvención- Avances- sur- recettes, lo llaman los franceses, que ponen de su bolsillo los diecisiete mil millones del presupuesto- que en eso consiste el cargo oficial que la sumió en la melancolía y el aburrimiento, como le sucediera a esa funcionarla asesina a la que cantan Alaska y Dinarama, lo cual no desmerece el acierto de su nombramiento, pues siempre lucirá más una Isabelle Adjani en la ventana de un negociado ministerial que una Melina Mercouri o que una Pilar Miró, por poner dos casos. Dustin Hoffman y Warren Beatty- Joan Collins, Leslie Carón, Julie Christie, Faye Dunaway, Diane Keaton... son los poderes de este soltero dorado de Hollywood- son los compañeros de reparto de Isabelle Adjani en la película. Ellos hacen de cantantes locos encartados en un tempestuoso, asunto de la CÍA. Ella, de guerrillera tuareg que los ayuda y los enamora. La historia la ha dirigido Elaine May, y se han invertido en ella unos quinientos millones de pesetas, que, para haber sido gastados en el desierto, suponen mucho dinero. Cuando se estrene la película, Isabelle Adjani volverá a su sillón ministerial para compartir con Jeanne Moreau, directora de la Academia del Cine Francés, la responsabilidad de sacar a flote a la derniére vague. S. G. MARTES 2- 6- 87 ABC 117