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ABC MADRID 01-06-1987 página 64
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ABC MADRID 01-06-1987 página 64

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, pág. 64- SOCIEDAD -LUNES 1- 6- 87 Creciente participación de la mujer en los Cuerpos de la Policía española En Madrid actúan, aproximadamente, 5.000 agentes femeninos Madrid. Carmen Manzano La presencia de la mujer vistiendo uniforme de policía es algo habitual en la vida española. En la actualidad existen en Madrid 4.700 policías municipales femeninas y 290 policías nacionales. Estos datos indican la creciente participación de las mujeres en la sociedad en igualdad de derechos y de obligaciones con el hombre. La Policía Nacional y la Municipal han dado, de esta forma, un paso decisivo en favor de la democracia. La Constitución Española aceptó, desde un principio, la posibilidad de que la mujer pudiera incorporarse a cualquier función dentro del Estado. Desde que en 1971 entró en vigor la ley orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, publicada en el BOE del 14 de marzo del pasado año, la mujer ha formado parte de la Policía Municipal y, más recientemente, de la Policía Nacional. Como demuestra esta ley orgánica, fue el equipo de gobierno con José Barrionuevo al frente del Ministerio del Interior y Rafael Vera como jefe de la Seguridad del Estado quien decidió ta incorporación de la mujer a los Cuerpos policiales. Actualmente, la Policía Nacional está compuesta por 57.657 miembros, distribuidos según escalas: 932 policías forman parte de la escala superior; 9.135, de la ejecutiva; 2.940, de la de Subinspección, y 44.650, de la básica. En este colectivo 290 son mujeres, de las que 140 pertenecen a la escala básica y 150 a la ejecutiva. El escaso número de funcionarías femeninas es debido a que, hasta el momento, sólo existen dos promociones que han entrado a formar parte de la escala básica, y también a que el ascenso de una escala ejecutiva a otra superior únicamente es posible si el policía ha reunido como mínimo quince años de servicio. Sin embargo, se está contemplando una nueva normativa que espera ser publicada en el plazo de unos meses. años. La mayoría están casadas y, por lo general, sus respectivas familias han comprendido e incluso apoyado su deseo de ser funcionarías de Policía. No todos los sectores de nuestra sociedad aceptan la incorporación de la mujer a estos Cuerpos. Los que se oponen, apenas un grupo reducido de personas, alegan que es muy difícil que la mujer sepa utilizar un arma, o que sus limitaciones físicas les ponen en una situación de inferioridad a la hora de cumplir con su misión. También se mencionan los problemas que puedan surgir a causa del embarazo o de que las licencias por gestación y parto pueden llegar a crear trastornos al servicio. Sin embargo, la gran mayoría de los hombres considera que la integración de la mujer en los Cuerpos de Seguridad del Estado ha sido un hecho positivo. En su opinión, las mujeres se han acoplado con mucha facilidad El veinte por ciento de las solicitudes para agentes municipales proceden de mujeres su trabajo. Muchas de ellas han sentido la inquietud y la vocación para formar parte del Cuerpo. En otros casos- s e podría hablar de una minoría- ha sido el paro el que las ha llevado a optar por una profesión de este tipo. Esta funcionaría afirma que existe la opinión generalizada, que comparte toda la Policía sin distinción de sexos, de que la profesión tiene que gustar y que sólo llega a quererse de verdad cuando se la conoce por dentro. Se hace imprescindible una fuerte vocación Las representantes femeninas de la Policía Municipal son las pioneras en la profesión; las más antiguas llevan en el Cuerpo catorce años. En la Comunidad de Madrid el total de mujeres asciende a 4.700, de las que hay tres oficiales, tres suboficiales, trece sargentos, nueve cabos y 330 policías sin graduación. La edad de las mismas fluctúa entre los diecinueve y los cuarenta años. Esta amplitud en la gama de edades en la Policía Municipal femenina que destaca sobre la de los miembros del mismo sexo en la Policía Nacional se debe a que las primeras se integraron en el Cuerpo con once años de antelación a las segundas. También las exigencias para cumplir las pruebas físicas son, en la Policía Municipal, inferiores a las de los varones. Idéntica preparación La mujer tiene idéntica preparación que un hombre dentro del Cuerpo de Policía. El acceso a la escala superior no es posible sin un título universitario. Sin embargo, para formar parte de la básica sólo se precisa tener la graduación escolar y superar diversos exámenes psicotécnicos, psicológicos, culturales y médicos. La diferencia que se señala entre ambos sexos se refiere a la estatura- e l hombre deberá medir 1,70 metros y la mujer 1,65- y a determinadas pruebas físicas, como son ciertas variaciones en la clase de flexiones. Para los hombres se exige un tipo de suspensión pura- colgados de una barra- mientras que a la mujer se le pide la ffexión de suspensión inclinada, con los pies en el suelo y levantando el cuerpo hacia la barra. Una vez superadas estas pruebas, los candidatos tendrán que seguir un curso de nueve meses en la Academia y seis de prácticas antes de poder integrarse en la escala básica. Para los funcionarios que quieran acceder a una jerarquía superior existen oposiciones restringidas. La edad de las mujeres que en la actualidad forman parte del Cuerpo de Policía Nacional oscila entre los veinte y los treinta En las quejas o agradecimientos por los servicios jamás se ha especificado el sexo del policía La incorporación de la mujer es positiva, siempre que sea buen agente (director de la Policía Municipal) a sus respectivas misiones y están perfectamente integradas. Una funcionaría perteneciente a la primera promoción del Cuerpo de Policía responde a estos comentarios afirmando: Nosotras fuimos las que rompimos el hielo. Al principio nos tenían muy localizadas, incluso en algunos de nuestros compañeros surgió un sentimiento de protección. Nos llamaban las niñas o usaban apelativos como pobrecitas Esta actitud nos molestaba un poco; pero, aparte de este hecho, no hemos sentido ningún otro tipo de rechazo ni en los compañeros, ni en los ciudadanos ni en los delincuentes. Estos últimos se sorprenden a veces, pero esta postura hay que achacarla no al hecho de ser mujeres, sino a la misma intervención policial. En algunos servicios, cuando por ejemplo tenemos que cachear a una mujer, parece que hay un mayor entendimiento. En muchos casos la presunta delincuente se siente menos agredida con nuestra intervención que si se tratara de un hombre. Pero también én otras ocasiones puede suceder que las mismas mujeres se resistan a ser registradas por una funcionaría de uniforme Las mujeres policía están satisfechas con Incorporación positiva Los funcionarios de ambos Cuerpos pueden ir ascendiendo en el escalafón mediante sucesivas oposiciones. Para ello necesitan tener una titulación universitaria. El director general de la Policía Municipal, José Ramón García, que tomó posesión de su cargo en julio de 1983, opina que la incorporación de la mujer es positiva tanto en cuanto sean buenos policías, y esto nada tiene que ver con el hecho de ser hombre o mujer. Es, a mi parecer, más una cuestión de profesionalidad que de sexo El director general no ha recibido ningún tipo de queja por parte de los ciudadanos sobre el servició femenino de la Policía Municipal: Puedo asegurar que, en los cuatro años que llevo al mando de esta institución, las opiniones que he recibido por parte de los ciudadanos, ya fueran quejas o agradecimientos, jamás se ha especificado si el agente era hombre o mujer Refiriéndose a las aptitudes que debe reunir en su persona un buen policía, dice que en un Estado democrático la profesión de esta clase de funcionarios obliga a tener una gran formación. Se debe conocer toda la normativa vigente porque, de lo contrario, su actuación es insegura, ineficaz Así pues, las niñas de la Policía, como han sido calificadas por alguno de sus números, han terminado por adquirir una mayoría de edad en el respeto y en la apreciación de sus compañeros de Cuerpo. La integración de la mujer en la vida laboral de la comunidad es ya una realidad en los Cuerpos de Seguridad españoles, adquiriendo una presencia significativa tanto en la Policía Municipal como en la Policía Nacional.

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