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ABC MADRID 29-05-1987 página 133
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  • EdiciónABC, MADRID
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DE SEMANA Largometraje especial Sesión de tarde Estrenos TV El guión y la presencia de Judy Hollyday, lo mejor después del cadillac El pequeño Kong aterroriza a Robert Armstrong y Helen Mack, turistas en misteriosa isla Tony Curtís acompaña a Peter Ustinov en este relato de intriga Un Cadillac de oro macizo Director: Richard Quine. 1956. Blanco y negro. Noventa y seis minutos. Sábado, a las siete treinta, por la Segunda Cadena, en Largometraje especial El lujo de Kong Director: Ernest B. Schoedsack. 1933. Blanco y negro. Sesenta y seis minutos. Domingo, a las cinco, por la Segunda Cadena, en Sesión de Tarde Tragedia en tres actos Director: Gary Nelson. 1986. Color. Noventa y seis minutos. Domingo, a las seis cuarenta y cinco, por la Primera Cadena, en Estrenos Televisión En los años cincuenta, entre los recién llegados a la comedia americana destacaban dos directores, Blake Edwards y Richard Quine, que de hecho habían comenzado escribiendo guiones juntos. Pero mientras al prestigio de Edwards iba en aumento- pese a la irregularidad de la serie Pantera Rosa que le hizo enormemente popularla de Quine empezó a entrar en declive, pudiendo en la actualidad decirse que fue el segundón mientras Edwards era el maes- tro Así las cosas, es tiempo de decir que Un Cadillac de oro macizo es en cualquier caso, sin ser excelente, una de las mejores películas de Quine, en buena parte gracias ál hecho de estar protagonizada por Judy Holliday. Un tanto en la línea del cine de Frank Capra, un realizador al que habría que rehabilitar antes, a ser posible, de su muerte- cuenta en la actualidad noventa años- la película, que tiene un comienzo espléndido, pierde buena parte de su fuerza a medida que avanza, lo que siempre es grave, pero más aún en el ámbito del género en que se inscribe. Con todo, es divertida, los personajes están bien observados y los diálogos son con frecuencia brillantes. Lo mejor, ya se ha dicho, es el trabajo de Judy Hollyday, una actriz prematuramente desaparecida, que en su día obtuvo el Osear, a las órdenes de Cukor, por su interpretación en Nacida ayer y que fue, durante los pocos años que duró su carrera, una auténtica revelación, digna de compararse con las mejores figuras del género en que se especializó. VIERNES 29- 5- 87 Era prácticamente inevitable. del Empire State Building, de su Tras el éxito de King Kong se criatura se ve en la ruina y se imponía una secuela, que a su vez traslada a la isla donde le encontró tendría otras, incluso una dirigida para buscarle un sucesor A parpor John Ford. Pero, aunque la tir del momento en que lo halla se que aquí se comenta esté dirigida suceden una serie de aventuras, por uno de los dos reatizadores del además de escasamente origina original y producida por el otro, les, muy poco atractivas, como no resulta en absoluto comparable poco atractiva es la historia de con aquél, y lo que allí era poesía amor qué se añade a la trama cenes aquí pura fórmula, llegándose tral, que nada tiene que ver con lahasta el punto de que ni siquiera que vivían la exquisita Fay Wray y las maquetas y efectos especiales, el gigantesco simio en la película obra en ambos filmes del gran Wi- precedente. llis O Brien, están a la misma altura Robert Armstrong, que ya encaren uno y otro, posiblemente por ra- nara a Cari Denham, en King zones presupuestarias. Kong vuelve a hacerlo en El hijo El protagonista de King Kong de Kong La chica, en este caso, arruinado tras la muerte, en la cima es la insulsa Helen Mack. Peter Ustinov ha encarnado, para la pantalla grande, al detective belga Hércules Poirot, creado literariamente por Agatha Christie, en más de una ocasión, y ahora lo hace de nuevo en esta adaptación para la pequeña pantalla de una de las obras de la célebre novelista británica, ni mejor ni menos artificiosa que otras suyas; pero, como casi todas, eficaz en su minucioso desarrollo. Como la realización es correcta, el reparto- e n el que figura Tony Curtis- competente y la trama lo suficientemente enigmática, el telefilme se ve con interés, aunque sin entusiasmo. Domingo cine Reina Zanahoria Director: Gonzalo Suárez. 1978. Color. Ochenta y siete minutos. Domingo a las diez y media, por la Segunda Cadena, en Domingo Cine Marilina Ross es una soberbia actriz, como lo demostró sobradamente, por citar sólo un ejemplo, en La Raulito Pero no a todas las actrices convienen todos los papeles, y parece claro que, a comenzar por el físico, el de Úrsula Alejandra Nicholson, Reina Zanahoria no era para ella, habiendo podido resultar mucho más adecuado, por ejemplo, para Charo López, actriz habitual en las películas de Gonzalo Suárez, incluida la del debut de ambos, Ditirambo y la última de Suárez estrenada, Epílogo De cualquier manera, se necesitaba para el personaje protagonista a una mujer con más presencia que la incomprensiblemente elegida, y de este error de reparto deriva en buena parte el semifracaso del filme. Que, de otra manera, pudiera haber sido muy divertido, ya que la idea es, si no excesivamente original- d e algua manera es tributaria de La visita de la vieja dama de Dürrenmatt- sí, en más de una ocasión, brillante, y posee, en su resolución, más de un momento afortunado. Pero como conjunto no funciona, se dispersa, nada entre dos aguas, como por otra parte, le ha ocurrido a más de una de las películas del realizador. Aparte de Marilina Ross figuran en el reparto José Sacristán y Fernando Fernán- Gómez, ambos, no parece que haya necesidad de decirlo a estas alturas, espléndidos Marilina Ross, desbordada en su interpretación de este peculiar reinado actores. ABC 133

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