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ABC MADRID 27-05-1987 página 86
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  • EdiciónABC, MADRID
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86 A B C SUCESOS MIÉRCOLES 27- 5- 87 Cada año se registran en España cuatro mil denuncias por agresiones sexuales Las violaciones no denunciadas superan con creces esta cifra Madrid. María Coriseo Todos los años se registran en España un mínimo de cuatro mil denuncias por delitos contra la honestidad, de los cuales más de mil son violaciones. Para hacer frente a esta plaga de agresiones sexuales es preciso acometer una reforma del Código Penal que permita que las condenas respondan a la gravedad de los hechos. Pero también es necesaria una conciencia social de lo que ésta realidad representa para la mujer asaltada. Las agresiones sexuales tipificadas en el Código Penal como violación, estupro, incesto y abusos deshonestos son una triste y cotidiana realidad en nuestro país. Según cifras de la Policía, en 1985 (último año computado) se denunciaron en España un total de 4.279 delitos contra la honestidad, de los que 1.195 corresponden a violaciones, 1.582 a abusos deshonestos, 939 a escándalos públicos, 68 a estupros, 264 a proxenetismo, 110 a corrupción de menores, y 121 a raptos. Estas cifras, sin embargo, están muy lejos de ofrecernos la realidad de este tipo de agresiones, puesto que son innumerables los casos de mujeres que, por desconocimiento, escepticismo ante la eficacia policial o vergüenza, deciden no presentar denuncia. Concretamente, se calcula que las violaciones no denunciadas alcanzan un número superior al de los delitos contra la honestidad conocidos. Este es el caso de Marta, una joven de dieciocho años que tiene disminuida su capacidad mental. Cuando sus padres se enteraron de que el director del colegio de educación especial donde su hija estaba interna la había violado repetidas veces, prefirieron no denunciarlo, porque nadie nos haría caso. El es importante y nosotros no tenemos ni cultura, ni dinero. Además, luego todo el pueblo habría hablado mal de la niña nos dice la madre. Hoy, ese director está en la cárcel, acusado de haber violado a más alumnas, una de las cuales espera un hijo suyo. Carmen Roney, presidenta de la Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas, creada en noviembre pasado, nos dice en este sentido que en el caso de la violación un elevado porcentaje de mujeres dudan antes de denunciar que han sido víctimas de una agresión sexual y, a veces, presionadas por la propia familia, atemorizadas por el entorno social o avergonzadas por viejos prejuicios relacionados con el sexo, guardan silencio; sufriendo así un incalculable daño psíquico, al tiempo que dejan impunes cientos de delitos sexuales y en libertad a los agresores, dispuestos a reincidir somnio y pesadillas. Para Elena de Marianas, psicóloga especializada en el tratamiento a mujeres violadas, no se trata de generalizar y decir que toda mujer que ha sufrido una experiencia de violación tiene, el día de mañana, traumas o atascos psíquicos obligatoriamente. Pero sí puede ocurrir, que aunque de momento no se percibe ningún tipo de conmoción, ésta pueda aparecer en el futuro En este sentido, la labor de los psicólogos se perfila en un primer momento como preventiva, de cara a cómo defenderse ante una posible manipulación social todos hemos oído comentarios más o menos jocosos con respecto a las violaciones señala Elena de Marianas) y de cara a combatir los distintos miedos que pueden invadir a una mujer, como es el temor a salir de noche, a que ai- Cómo presentar la denuncia tras sufrir una violación 1. Acudir a un centro médico sin lavarse ni cambiarse de ropa y pedir que le hagan un reconocimiento y obtener el certificado correspondiente. 2. Acudir después a una Comisaría de Policía, cuartel de la Guardia Civil o Juzgado de Guardia más próximo para denunciar los hechos, entregando el certificado médico. 3. Como medida preventiva, acudir a un centro de planificación familiar, donde, si la moral de la persona afectada lo permite, se facilitará la pildora del día siguiente y el tratamiento oportuno para evitar un posible embarazo. nos de la mitad se han decidido a presentar una denuncia. Una de las razones que llevan a la mujer a ocultar esta agresión es un cierto complejo de culpa que siente al pensar que, de alguna manera, podía haber evitado la agresión señala la abogada Mari Luz Almeida, que presta sus servicios en la citada Asociación. Otro aspecto fundamental a la hora de denunciar una agresión de este tipo es el entorno en el cual ha tenido lugar la violación. Lo especialistas consultados coinciden en diferenciar tres tipos de violaciones: las callejeras, es decir, el asalto por parte de un desconocido en un descampado, ascensor, etcétera; las que tienen lugar en el seno de la familia, generalmente de padres a hijas, y aquéllas en las que el violador es el marido o el novio. Son muchos más raros los casos en los que una niña se decide a denunciar a su padre porque la somete a abusos deshonestos que aquéllos en los que el violador es un desconocido. La Asociación de Asistencia a Miyeres Violadas ha atendido trescientos casos desde su creación en noviembre pasado No denuncié la violación de mi luja porque todo el pueblo se enteraría y empezaría a; hablar mal de ella guien se acerque a preguntar la hora o a montar en un ascensor sin ir acompañada. Beatriz, una joven que fue asaltada en el portal de su casa hace dos veranos, lo resume así: Después de sufrir la agresión me quedé con lo que yo llamo síndrome del espejo retrovisor es decir, que vas mirando a todos lados y tienes miedo de cualquier ruido o de cualquier cara extraña. Hoy ya no me pasa eso, pero aún así no me gusta volver a casa sola. Cerca de trescientas mujeres han pasado por la citada Asociación en los siete meses que lleva en funcionamiento. Según sus responsables, se ha demostrado que las mujeres que sufren agresiones sexuales no responden a unas características físicas, sociales o culturales determinadas. Jóvenes, mayores y niñas, pertenecientes a medios rurales y urbanos, han sido víctimas indiscriminadas de estos delitos, lo cual nos lleva a la conclusión de que cualquier mujer es susceptible de ser violada Esto se confirma viendo cómo ha actuado el tristemente famoso violador del Vespino quien en las quince violaciones que ha cometido, ha asaltado a mujeres de todas las edades y condiciones sociales en distintos barrios madrileños. Es significativo que de los trescientos casos que han pasado por la Asociación, me- Código Penal desfasado Un punto con el que todas estas personas se muestran disconformes es con la distinción que el Código Penal establece entre violación y abusos deshonestos. Para que exista violación es preciso yacer con la mujer usando fuerza o intimidación, se halle privada de razón o de sentido o s e trate de una menor de doce años. Para Mari Luz Almeida, esta ley está desfasada, puesto que limita la violación a que haya habido o no penetración vaginal y considera meros abusos deshonestos las violaciones anales o bucales Las penas con que se castigan estos delitos están, según Mari Luz Almeida, necesitadas de una reforma urgente. La pena de violación se equipara en nuestro Código a la de homicidio, es decir, de doce a veinte años, lo cual, es una barbaridad. Se ha presentado un proyecto de reforma que pretende que se eleven las penas por abusos deshonestos y se reduzcan las de violación porque, en ía mayoría de los casos, las repercusiones que tienen en la mujer uno u otro tipo de delitos son las mismas Como ejemplo del desfase de la ley sirve él ejemplo de que si una mujer denuncia a su marido por violación, puede ser condenado a veinte años de prisión, mientras que la pena para un padre que haya abusado deshonestamente y repetidas veces de su hija menor de edad es simplemente de una multa que va de treinta mil a trescientas mil pesetas. Ayuda psicológica Esta Asociación tiene dos finalidades básicas: una, de ayuda asistencial a estas mujeres, a las que se le facilita tratamiento psicológico y jurídico gratuito, y otra, de sensibilización por parte de la sociedad de lo que estos delitos representan para las personas que lo sufren. Las secuelas psíquicas que le pueden quedar a una mujer como consecuencia de una violación afectan tanto á sus relaciones sociales como a determinados aspectos de su organismo, como son disfunciones en su comportamiento sexual, pérdida del apetito, in-

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