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ABC MADRID 17-05-1987 página 84
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ABC MADRID 17-05-1987 página 84

  • EdiciónABC, MADRID
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84 A B C SAN ISIDRO 1987 DOMINGO 17- 5- 87 Historia de la plaza de toros de las Ventas (III) La mejor temporada de Manolo Bienvenida y sendas apoteosis de Garza y Curro Caro Mil novecientos treinta y cinco es la primera temporada completa que se da en las Ventas. La corrida primera de la campaña la tradicional del domingo de Pascua- se celebra e! 14 de abril con la participación de Chicuelo, Cagancho y la confirmación del azteca Lorenzo Garza, una de las revelaciones novilleriíes de 1934 en la plaza vieja. Garza se doctoró en el mes de septiembre en la plaza de Aranjuez de manos de Belmonte. Anteriormente había tomado otra, en 1933, en Santander, a la que renunció, sobreviniendo su lanzamiento en el espacio que hubo entre la primera ceremonia y la definitiva. También en este año refrendaron su doctorado en las Ventas: El mexicano El Soldado, el 2 de mayo, de manos de Rafael el Gallo, que reapareció en Madrid en esa fecha; el madrileño Curro Caro, el 16 del mismo mes, con Marcial Lalanda de padrino; Félix Rodríguez II- e l valiente diestro zamorano que después se afincó en Colombia- el 20 de junio, cediéndole los trastos Revertito; Félix Colomo- aquella gran promesa de Navalcarnero flor de un día- el 23 de junio, de manos de El Gallo, y el valen- Manolo Bienvenida ciano Rafaelillo, el 13 de octubre, con Marcial de padrino. El hecho más significativo sería la gran actuación de Juan Belmonte el 22 de septiembre- d e la que tratamos en el capítulo anterior- con el corte de tres orejas y un rabo, la misma tarde que Corrochano bordó el toreo al natural y se hizo acreedor a los mismos trofeos máximos que el fenómeno trianero. Belmonte sólo toreó ese festejo aquel año en Madrid. Otra efemérides fue la reaparición de Rafael el Gallo, después de una larga estancia en América. Toreó dos corridas y dejó ver su clara decadencia física, pero también los atisbos de ese arte extraordinario, inigualable, incopiable y eminentemente creador que le ha hecho pasar a la historia como el torero más genial de todos los tiempos. El resto de los matadores participantes torearon el siguiente número de corridas: Marcial Laianda, diez; Nicanor Villalta y Lorenzo Garza, seis; Cagancho y El Estudiante, cinco: Manolo Bienvenida, Alfredo Corrochano y El Soldado, cuatro; Chicuelo, Pepe Bienvenida y Curro Caro, tres. Una cada uno en el haber de (por orden de aparición) Jesús Solorzano, Maravilla, Carnicerito de México, Pinturas, Luis Morales, Diego de los Reyes, Revertito, Chiquito de la Audiencia, Félix Rodríguez II, Gitanillo de Triana (Rafael) Félix Colomo, Niño de la Palma, Femando Domínguez y Rafaelillo. Este último consiguió en nuestra plaza importantes éxitos en el escalafón inferior con corte de cuatro orejas el 24 de marzo, dos, el 7 de julio, y una el 28 del mismo mes, para dar paso posteriormente a una noble y reñida competencia con el mallorquín Jaime Pericas, que le llevaría a la alternativa en Valencia en el mes de octubre, mientras que su rival se doctoraría en la misma plaza en las fallas de 1936. Año de ausencias con la plaza de Vista Alegre, como antes Tetuán de las Victorias, haciéndole la competencia a la Monumental. Domingo Ortega regresa tarde de México y no comparece en las Ventas. Vicente Barrera, Victoriano de la Serna y Niño de la Palma torean en el coso carabanchelero, aunque este último actúa en la recién inaugurada plaza en el otoño. Manolo Bienvenida tiene un año cumbre en Madrid. Demuestra que está en su mejor momento. Si muy buena es su actuación el 19 de mayo en una corrida de Bernardo Escudero, que estoquea con Villalta y Carnicerito de México, y que le hacer merecedor de cortar en un toro los trofeos a pares, mejor está el 2 de junio en una de sus más transcendentales tardes en las plazas de Madrid. Manolita- que alterna con Cagancho y Curro Caro- se hace acreedor a los máximos galardones después de hacer gala de aquella maravillosa capacidad de lidia, de aquel toreo de reconocida escuela- basado en las enseñanzas del Papa Negro- y que como en un compendio, juntaba la ciencia de José y toda. la sevillanía que en el mundo ha sido: su variedad de quites, su colosal forma de banderillear (era con los rehiletes la octava maravilla del mundo, según rezaba su pasodoble) y sus formas clásicas, pero alegres, ortodoxas, pero pintureras, sobrias, pero netamente andaJuzas, en una simbiosis perfecta que conjuntaban todas las escuelas, todos los caminos del toreo, quedaron peremnes en el ruedo venteño. ¡Qué injusticia se ha hecho con este torero! El mejor de su torerísima casa, uno de los más importantes- sino el que más- de una época de colosos, de veinte o más diestros de primerísima fila que sublimizaron el toreo que había traído Belmonte hasta las cotas más altas e insospechadas. Además, con el toro de más edad y trapío de la historia. Manolito Bienvenida se iba despidiendo de la vida con aquella faena cumbre de junio en Madrid, con aquella campaña completísima, como sabiendo que su sino predestinado le reservaba una muerte cruel- e n forma de quiste de perro contagiado- para que en plena juventud- cuando apenas superaba los veinticinco años- la adversidad le quitara del trono del toreo. Y en esa temporada madrileña tienen también actuaciones sonadas el eterno joven maestro que es Marcial, Nicanor Villalta- siempre triunfador en la villa de! oso y e! madroño- El Estudiante- que vuelve a coger la fuerza inicial que tuvo en 1932- y hasta el enigmático e imprevisible Cagancho: talla de montañés, gracia etérea de manes gitanos... Dos nuevos rabos se otorgan en septiembre. Son para Lorenzo Garza y Curro Caro que actúan el 29 de septiembre con Villalta y Lorenzo Garza, en uno de sus magníficos naturales aquel Fernando Domínguez, de Valladolid, que hacía cante jondo de sus muñecas cuando ejecutaba el lance de la verónica. Sensacional actuación de Garza, el ave de las tempestades de Monterrey- como le llamaron en su país- Lorenzo el Magnífico, pues sus pases con la izquierda tenían la riqueza y magnificencia de aquel Mediéis- mecenas de artistas- que se llamaba como él. Garza dibuja el toreo al natural en la septembrina tarde de las Ventas. Si Armillita fue el poder, su rival, El Soldado, el valor, y Jesús Solorzano, el arte mecido que se dormía en ia verónica, Garza es la plenitud del pase natural: ¡Qué cuatro ases nos mandó México en los años treinta! Y tras la gran faena de Garza, el arte límpido, de cristal, de Curro Caro. Aquel madrileño, cuyo brío inicial truncó el. paréntesis de la guerra. En tarde de pasión corta el penúltimo rabo (Manolo Bienvenida conseguiría el postrero) otorgado en Madrid hasta el concedido a Palomo en el San Isidro de 1972. Las pasiones políticas (Villalta brindó a la sombra, Domínguez, al sol, y Curro, a toda la plaza) influyen en el galardón, pero la faena de Curro Caro es de las grandes y él y Garza, Garza y él, salen aquella tarde del nuevo coso mudejar en olor de multitudes. José Luis SUAREZ- GUANES DETECTIVE PRIVADO (diplomado) Colaboraría en exclusiva para empresa o similar. Experiencia en seguridad. Apartado de Correos número 53.020. Referencia 500. Madrid

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