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ABC MADRID 17-05-1987 página 68
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ABC MADRID 17-05-1987 página 68

  • EdiciónABC, MADRID
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68 ABC DOMINGO 17- 5- 87 La humanidad contra Barbie El carnicero de Lyon teme París. Juan Pedro Quiñonero El juicio de Barbie funciona como revelador del uso de la barbarie, el crimen y la tortura como recursos audiovisuales de muy diversos actores presuntamente civilizados con fines inconfesables donde se confunden la estrategia política, la industrialización Sólo las víctimas del holocausto, sólo las víctimas directas, los testigos capitales de los crímenes horribles perpetrados por Klaus Barbie, guardan y preservan un pudor patético: su silencio es mucho más elocuente que la superposición de discursos ensangrentados que la carnicería mediática está descuartizando diariamente con una delectación evidente en el comercio, trato e incitación al consumo de carne humana ensangrentada envuelta en papel de periódico. Jacques Vergés, defensor de Barbie, abrió el fuego terrible de este proceso de la barbarie planteándolo en términos formales Para Vergés, su defendido es un ciudadano boliviano secuestrado ilegalmente. Los testimonios abrumadores dé los crímenes cometidos por Barbie no prueban nada ya que, a su juicio, el carnicero de Lyon era un simple oficial cumpliendo órdenes. El segundo de los testigos, Gustavo Sánchez Salazar, ex viceministro boliviano del Interior, el hombre que negoció la expulsión sumaria de Barbie con el Gobierno francés, en 1983, apuntaló la internacionalización mediática de la barbarie con una deposición (el jueves) tan prolija, imprecisa y presuntamente acusadora que sólo provocó una inquietud muy viva entre los mismos abogados de la parte civil. Vergés y Sánchez Salazar han puesto de manifiesto uno de los rostros más horribles del proceso: el crimen, la tortura, la barbarie, convertidos en mera abstracción ideológica utilizada como arma de mano política al servicio de Policías totalitarias de nuevo cuño. El juridismo de Vergés es tan inmaculadamente puro que deja al descubierto la pavorosa impiedad de quien pretende evitar el juicio del holocausto y el genocidio por defectos de forma jurídicos La retórica anti- nazi de Sánchez Salazar es tan lúgubre, y está tan falta de datos concretos, precisos, y documentados, que deja al descubierto la impunidad de quien está dispuesto a suplantar el rigor de la Justicia por la ideología del comisario o el carcelero de turno. Algunos de los abogados de la del horror y el comercio de carne humana. La defensa del carnicero de Lyon los abogados Civiles, parte de la Prensa y varios testigos utilizan cartas de muy diversa procedencia entronizando el comercio cotidiano con las imágenes, el testimonio y los fantasmas de la barbarie con fines utilitarios y comerciales. tración nazi, no dejan de hablar de sus propias y no siempre confesables obsesiones íntimas. La deposición extremadamente larga y muy particularmente inconcreta de Sánchez Salazar convenció, -con brutalidad, a los asistentes y a una parte de los defensores de la parte civil del riesgo de internaparte civil, ciertos sectores de la Prensa escrita y audiovisual no dejan de prolongar y utilizar los mismos recursos que Vergés y Sánchez Salazar, convirtiéndose en víctimas y en máquinas de guerra ideológica, a un tiempo que, pretendiendo luchar contra fantasmas enterrados con el campo de concen- Los abogados del ejecutor tratan de demostrar la ilegalidad de la extradición del reo desde Solivia El juicio de París ha tenido la virtud de reabrir las viejas heridas de guerra de la resistencia Las nuevas generaciones de jóvenes alemanes no desean cargar con las culpas de sus mayores RFA: Resignada indiferencia Bonn. Carlos Bribián A modo de prólogo, dos detalles muy significativos: el de que ni un solo político alemán ha hecho declaración alguna, solicitada o no, sobre la gran actualidad del proceso a Klaus Barbie, y el de que, apenas tres- cuatro revistas y periódicos, y en todo caso cogiendo el tema con pinzas han dedicado artículo o comentario al acontecimiento de Lyón. Ya se sabe que dos puntos son siempre útiles, para trazar una recta. La pareja de citados en el párrafo anterior, para tirar línea con la que subrayar, recio trazo, que aquí, en la RFA, el proceso de Lyón a Klaus Barbie se otea en actitud distanciada. Y es que no es solamente que los políticos y, contrariamente a lo habitual en ellas la Prensa, la Radio y la Televisión, aunque atentas a la información diaria lyonesa, hayan optado por renunciar a crear opinión. Es también que han transcurrido cuarenta y tantos años, que Klaus Barbie fue alemán, pero es boliviano, que los delitos de que está acusado se cometieron en Francia y contra franceses y numerosos etcéteras más. Tal vez, si Klaus Barbie hubiese sido extraditado a la RFA, no existiría esa actitud distante, dado que, además, los delitos nazis no. prescriben aquí, según reforma jurídica aprobada en el Bundestag en 1965, a propuesta del Gabinete conservador- liberal La actitud distante es general, las opiniones personales empero- h e sondeado para ello a gentes de las más diversas edades, distintas profesiones, hombres y mujeres- están marcadas por la ambivalencia. Tanto en la coexistencia de opiniones racionales- emocionales y actitudes opuestas en una misma persona, como en el conjunto de las diversas generaciones, y como trasfondo siempre el ha pasado ya tanto tiempo... Tres generaciones, por ejemplo: la de aquellos tiempos, hoy sexagenaria o más. Los entonces niños o nacidos poco después del final de la guerra mundial- hoy entre 35 y 50 años- -y la juventud actual- -en los últimos años del Bachillerato y los primeros de talleres o Universid a d e s- todos, en el trasfondo siempre, ha pasado ya tanto tiempo... Tres gruesos puntos, tres generaciones, en el grueso trazo de la recta de la actitud distante. Sigue en el fondo de las almas de la vieja generación el sentimiento de culpa, quizá no el de haber participado, pero sí el de no haber impedido, pero tal sentimiento, no obstante, ahora y con el proceso a Klaus Barbie, la postura es de basta ya de ¿hasta cuando? d borrón y cuenta nueva No quiere la generación de la posguerra cargar con las culpas de sus mayores; rechaza, emocionalmente, la trágica herencia, pero cree que

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