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ABC MADRID 16-05-1987 página 14
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ABC MADRID 16-05-1987 página 14

  • EdiciónABC, MADRID
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14 ABC OPINIÓN SÁBADO 16- 5- 87 Prensa extranjera No a Pinochet! Publicamos a continuación uno de los editoriales de la revista opositora chilena Análisis que ha provocado la condena de su director a dieciséis meses de cárcel. (Información en páginas internacionales. Después del informe Volio, la situación de aislamiento que vive Chile ha adoptado caracteres dramáticos. Con Suráfrica, prácticamente somos dos los países en el mundo indicados unánimemente de mantener regímenes espúreos, contrarios a la razón y la dignidad. Nadie cree a esta altura que Chile se encuentre en un proceso hacia la democracia. Todos los síntomas concluyen que nuestro país sufre una dictadura personal, empecinada en perpetuarse y dispuesta a burlar sus propias leyes para impedir el flujo de la soberanía popular y un sistema de justicia social. A no ser los que temen al pueblo y sufren probada aversión por los cambios, todo el mundo concluye que Pinochet es el gran obstáculo del anhelo nacional por la paz y la libertad. Valores como la reconciliación nacional, aspiraciones tan nobles como la de que volvamos a ser un país de hermanos, se contradicen ciertamente con cualquier actitud contemporizadora con el dictador o con la conducta pusilámine de rendirse a la fuerza de éste y a su capacidad de fuego. Del mismo modo que es una ingenuidad abismante aspirar a que nuestro problema se resuelva desde fuera, o espontáneamente desde el interior de las Fuerzas Armadas, sin que a éstas se les represente adecuadamente cuál es la voluntad del pueblo. Lo acontecido en Chile es de un horror tal que la Historia no será generosa con quienes, después de trece años, persisten en oponerse a la unión nacional y a asumir las formas de lucha que esta situación: demanda. En estos días se cumple un año del triple homicidio que conmovió al mundo entero y que nos ratificó con seguridad en manos de quiénes estamos y hasta dónde puede llegar el odio institucionalizado. Creemos representar la sensatez de la gran mayoría de los chilenos cuando nos resistimos a toda forma de diálogo o convivencia con el dictador y nos proponemos majaderamente la unidad política y social de los chilenos para hacer frente al régimen. Son los hechos los que nos demuestran el desaire de Pinochet hasta a las propuestas más moderadas de salida. No ha ocurrido nunca, ni ocurrirá en Chile, que el pueblo se reconcilie con su opresor. Aspirar a ello es burlarse de la Justicia, echarle tierra a un episodio negro, cuyos crímenes deben esclarecerse y sancionarse como condición mínima ineludible para que un país pueda reencontrarse en la concordia y el progreso. La mojigatería no es buena consejera de los cambios. Gracias a un O Higgins y un Carrera, Chile pudo nacer a la independencia. Por un Camilo Enríquez pudo promoverse la emancipación. Y es con la revolución del 91 que el pueblo comienza a avizorar su libera- ción. Juan Pablo Cardona. Análisis Santiago de Chile Planetario EL ESCÁNDALO DE LO OCULTO L A noche en que Rita Hayworth se quitó! lentamente el largo guante de cabritilla escarchada en la penumbra de un cine de la i Gran Vía, todos los negros tinteros del pudor, i entonces dormidos en el mullido colchón de J plumas de la censura, se levantaron iracun- dos. Los chicos que salían al campo a cantar Montañas nevadas o sus mentores, intuyeron que al aflojarse el músculo tensado por la guerra, la paz, la nueva amenaza iba a cernerse sobre la pureza del mundo. La amenaza se llamaba Margarita, pronto se dijo que de origen español y había elegido otro nombre de nuestro santoral, Rita, aunque los acontecimientos iban a darle al explosivo encerrado en su piel de raso y acero, otro nombre, Gilda, cuyas ondas repetiría el eco sobre todos los confines. Los americanos lo habían escrito sobre la primera bomba atómica de la paz. La que estalló en la isla de Bikini. Bikini y Gilda, polos opuestos de una nueva batalla. El bikini y su descendiente, el monokini traían el pequeño escándalo de la desnudez, que sorprende y fatiga. Gilda, en cambio, aportaba el escándalo de lo oculto, de lo que se insinúa pero no se muestra; de lo que menosprecia nuestros sentidos y apela a nuestra imaginación. Ese eterno juego que no es otro que el de la coquetería, mostrarse y ocultarse, que decía Simmel, ofrecerse y negarse, iba a llamarse durante un decenio, Rita. Después vendría Nabokov y nos alucinaría con la seducción de Lolita. Más que la femme- enfant la nírifula, esa niña en la que se insinúa la femineidad en su forma más perversa. Pero eso no importa. A Rita Hayworth, que había pasado pálidamente a los veinte años por las películas que la Columbia rodaba en Victoria para eludir los altos costes de Hollywood y que, después de su revelación triunfal sería torpemente utilizada, como Jane Russel en los primeros filmes en tres dimensiones de los años cincuenta, no podía afectarle el apresurado cambio en los gustos varoniles. Todos íbamos a verla con la esperanza de que aquel gesto encantador de desnudar el brazo torneado y dar la espalda según el ritmo de la danza, en ese gesto denegador, que es, y será, una de las constantes de la vamp se prolongaría al fin para incitar aún más nuestra curiosidad incendiada. Los marines habían dejado en Europa la herencia del strip- tease incitante ritual de la sensualidad bajo el cual relinchaba la triste lujuria del negro, resonaba el poderoso canto de sirena del dólar. Rita volvería, en vano, en Los amores de Carmen también de Vidor, y tras su matrimonio con Orson Welles, dos incompatibilidades absolutas, el talento y el sexo, y La dama de Shanghai rodada por el genio, reinaría en las revistas del corazón de todo el mundo, cuando en España apenas había revistas del corazón, al casarse con el hijo del Aga Khan, especie de buda enamorado y poderoso de la Costa Azul. El maleficio del triunfo, piel de zapa que se cobra avaramente todo deseo, llevaría poco a poco a Rita al alcohol, a la oscuridad y a esa terrible senilidad precoz que puede destruir lo que más hemos amado o deseado. Hoy dicen que Rita ha muerto. No. Sólo ha muerto una sombra. Rita, quitándose el largo guante, permanece entre nosotros. Lorenzo LÓPEZ SANCHO ¿QUERE KNDKR SL XOGHE? Utilice las páginas de Anuncios por palabra s -de ABC

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