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ABC MADRID 11-05-1987 página 38
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ABC MADRID 11-05-1987 página 38

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, póg. 38 r TRIBUNA ABIERTA -LUNES 11- 5- 87 HÍ está, al fondo de la p l a z a igual que siempre. La plazuela, otro tiempo sombría y con un monumento al doctor Esquerdo, está ahora llena de trajinantes y autobuses. Pero su fachada, su familiar y querida fachada, no ha cambiado. Acaso un poco dada de almazarrón, como esas viejas coquetas que quieren disimular sus arrugas. Pero es el mismo hospital donde yo entré siendo casi un niño y donde estudié y me formé como médico. Allí asistí por primera vez a una intervención quirúrgica, allí también di mi primera anestesia a un viejecito, con una hernia estrangulada, que se moría. Allí aprendí a jugar al tute y al mus en las interminables noches deí cuarto de guardia y allí también vi morir en mis brazos, impotente y desconsolado- hasta el punto de que estuve al borde de renunciar a seguir mis estudios- a una pobre mujer con un cáncer. A En las frías mañanas de invierno, bien temprano, entraba por su ancho portalón, por donde ahora también entro, para hacer mi servicio de alumno interno primero y de médico de guardia después. Allí también, por esa larga galería que ahora, al cabo de más de medio siglo, recorro, me cruzaba, tímido y admirado, con los grandes maestros de entonces: don Juan Madinaveitia, el barbudo patriarca de la medicina española, que nunca quiso ser catedrático del adjunto San Carlos, que siempre permaneció fiel a las cuatro paredes del viejo Hospital General; pero que desde allí ejercía un poderoso magisterio sobre los que a su vez fueron mis maestros. Cuando yo le conocí ya era muy viejo y estaba jubilado, pero, fiel a su vocación de curar y de enseñar de toda una vida, seguía yendo todas las mañanas a su trabajo, indestructible como una vieja encina. Por allí pasaba también con la rapidez y agilidad de sus años mozos don Gregorio Marañón, entonces aún con todo el pelo negro y con una llama brillante en sus ojos oscuros. Se perdía al fondo del pasillo camino de su instituto, que ya era por aquellos años como la Meca de la medicina española. Pausado, denso, rodeado de un tropel de alumnos, llegaba don Laureano Olivares, el gran cirujano de entonces, y tantos y tantos otros. La última, -en fin, pero no la más pequeña, con sus tocas blancas que tenían algo de revoloteo sin dolor aquellos frescos, pictóricamente magníficos, históricamente tan falsos, que Por José BOTELLA LLUSiÁ cubren los muros del palacio de Cortés en de paloma, sor Ventura Pujadas, la superiora Cuernavaca. Pero el que fuese tan antiespade las Hermanas de la Caridad, que era una ñol no quita un ápice de su gran talento artísespecie de providencia para todos nosotros, tico. La obra aquí expuesta es más suave, pues a todos atendía y ayudaba. quizá por ello menos de tesis y más verdadeTodos estos, y otros fantasmas, que sería ra. muy largo recordar aquí, rondan esta mañana Pero tanto como el contenido me admira el de primavera en torno mío cuando, continente: aquellas altas salas presentando mi documento de abovedadas, todas blancas, enidentidad, penetro en el Centro caladas, con cercos de granito de Arte Reina Sofía para verlo en bruto en puertas y ventanas, por primera vez y para visitar la una vez restauradas son admiraexposición de pintura de Diego bles. Tienen una luz y unos volúRivera. El viejo hospital, que por menes perfectos. mucho que a mí me emocione Subo ahora al piso superior su recuerdo era fantasmal y tétripor una escalera con arcos de co, se ha convertido en algo lupiedra y sigo contemplando las minoso y alegre. Una muy acerexposiciones de este gran centro tada restauración ha transformade cultura. Pero quiero, sobre do s u s a n t i g u a s s a l a s todo, volver a ver las galerías, abovedadas y amplísimas, en un las salas, las escaleras y el gran museo. Las galerías que dan al patio de aquel querido hospital inmenso patio central, con arcos que vio los días de mi juventud; y pilastres de granito y paramenY volver así a recibir una improntos de yeso blanco, relucen al ta de arte y de belleza donde ansol de la mañana. En vez de las José Botella Liusiá taño recibiera los rudimentos de batas blancas de los médicos y Catedrático mi formación médica. las también blancas tocas de las monjas, Y me vuelvo lentamente a casa andando ahora veo chicos y chicas, estudiantes y pa- -por el paseo del Prado. Y paso, al pie de los rejas de novios de esta alegre movida ma- cedros que D Ors amaba, por delante del mudrileña. El patio, aún sin terminar, conserva seo. Hoy ya es tarde para entrar, como otras las dos monumentales fuentes de estilo italiamañanas hago. no. El edificio fue construido por Carlos III, las trazas son de Hermosilla, pero Sabatini lo terminó. Formaba parte de un proyecto muPero me acuerdo de que hay cerca de tres cho mayor, en el que el edificio que hoy ve- mil cuadros sin colgar. Ni el palacio de Villamos tenía dos grandes alas y un enorme pa- hermosa, ni el Casón, ni el Salón de Naciotio central abierto. De las dos alas, una es la nes del Buen Retiro, aunque este último se del Hospital de San Carlos, hoy día por des- habilitara, bastarían. ¿No podría convertirse gracia abandonado. La otra, ia sur, no llegó a el Hospital General en un Prado II? Sus naconstruirse nunca y debía ocupar el espacio ves son perfectas para colgar cuadros. Las de las casas de vecinos y de un hotel que exposiciones que hoy día felizmente con tandan a la glorieta de Atocha. En los mismos ta frecuencia se hacen en Madrid, unas veaños se levantaba lo que no llegó a ser mu- ces se montan en Arte Contemporáneo, seo de ciencias, y hoy es el Prado, y el Jar- como la actual de Picasso, o en los bajos de dín Botánico a él unido. También en aquellos la Biblioteca Nacional. Aun así, en el Centro aledaños, en lo que entonces eran las afue- Reina Sofía hay sitio de sobra para museo y ras de la ciudad, en lo alto del cerro de San salas de exposición. Me dirijo a los realizadoBlas, se construía el observatorio astronómi- res de esta gran obra- y en especial al mico. De este modo, Carlos III y sus arquitectos nistro de Cultura- y con mi felicitación por lo Villanueva, Hermosilla y Sabatini estaban que han conseguido les brindo esta idea, que creando en torno a la hoy polémica plaza de podría resultar. Carlos V una ciudad universitaria en el Madrid del siglo XVIII. EL VIEJO HOSPITAL ALCOHOLiSI O RESIDENCIA PRIVADA MÉDICOS- PSICÓLOGOS- ACUPUNTURA PSICOTERAPIA CRUPAL E INDIVIDUAL RESERVAS E INFORMACIÓN: (9 5 2) 2 1 16 9 3 fi SÜLAGA F E L P U D O S C Bravo Muriüo, 105 Teléfono 233 21 80 Cruzo el gran patio del hospital y al final entro en una magnífica nave donde está la exposición. Estas eran las salas de cirugía del hospital. De una de ellas era el jefe mi padre, y de la otra, don Julián de la Villa. Ahí mismo, en un pequeño quirófano hoy desaparecido, vi, entre temores y entusiasmos, la primera laparotomía de mi vida, que me llenó a la vez de ilusión y de horror. Allí está instalada ahora, quién había dé decirlo, la exposición del gran pintor mexicano. No voy a comentarla aquí, quizás otro día me decida a hacerlo. Por su importancia necesitaría más espacio. Diego Rivera ha sido el gran pintor de México, el que ha sabido captar sus paisajes, sus tipos, sus pasiones y sus luchas. Los españoles no podemos ver SE VENDE LOCAL COMERCIAL CON OFICINAS Zona Arguelles. Calle Buen Suceso, 13. Superficie 280 m 2 aproximados Local comercial con oficinas totalmente acondicionadas, con aire acondicionado y calefacción, con fachada de 12 m 2 aproximadamente, gran zona de exposición BUEN PRECIO Directamente propiedad. S 446 58 54 CONFIEMOS SU REFORMA FINANCIACIÓN A MEDIDA DE SUS POSIBILIDADES Llámenos: A D Y S. A Teléfono M 224O

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