ABC MADRID 29-04-1987 página 3
- EdiciónABC, MADRID
- Página3
- Fecha de publicación29/04/1987
- ID0001594074
Ver también:
EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 29 DE ABRIL DE 1987 ABC siempre más inclinada a los apaciguamientos, a la distensión, a los gestos de paz. Aunque, como en Munich, tales actitudes sean muchas veces el camino más corto para la humillación y el horror. La opinión pública occidental se ha instalado así en una indolencia confortable, en una abúlica inconsciencia desde las que las alusiones a la hipotética amenaza soviética son oídas con la misma divertida incredulidad que un cuento infantil de ogros y trasgos. El presente objetivo inmediato de la URSS- l a famosa opción cero propuesta ya en 1981 por Reagan- presenta aspectos seductores para los occidentales, pero conduciría a una situación en la que la ventaja soviética en armas convencionales, químicas y nucleares de corto alcance, quedaría prácticamente consagrada; sin contar con que la situación geoestratégica de la URSS le permite ceder en su parte europea sin comprometer su fortaleza en su parte asiática, más allá de los Urales. En todo caso, este objetivo inmediato encubre otro propósito a medio plazo: desvincular a Europa de los Estados Unidos, de modo que la defensa europea se haría imposible. Basta contemplar un mapa con proyección polar para comprobar que Europa occidental es un insignificante apéndice pegado a la enorme masa euroasiática, entre la espada soviética y la pared atlántica, que carece de profundidad estratégica para organizar adecuadamente su propia defensa. Sólo a través de la Alianza Atlántica ha conseguido Europa un marco suficiente y creíble de seguridad que, de hecho, ha garantizado el período más largo de paz de la historia europea. Raymond Aron- como tantos otros espíritus libres- vio con claridad el peligro del desacoplamiento entre Europa y los Estados Unidos y escribió así en sus Memorias: Separado de Europa occidental, el Occidente americano no entraría en la era de los bárbaros. Separada de los Estados Unidos, Europa occidental sufriría el yugo ruso- marxista- leninista. La erosión sistemática de la Alianza Atlántica, pintada como instrumento del imperialismo americano, es una actitud suicida, pues ignora, voluntariamente, que desde su fundación, la parte más beneficiada ha sido Europa. A pesar de todo, como denunciaba REDACCIÓN ADMINISTRACIÓN TALLERES- SERRANO, 61 28006- MADRID FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA A política de apertura y reformas q u e ha p u e s t o en m a r c h a Gorbachov en ia URSS y su propuesta de retirada de los euromisiles de alcance medio han convertido al líder soviético en un personaje estimado y popular en los países occidentales. Algunos le presentan alborozadamente casi como el nuevo Mesías de la paz y la fraternidad universales. Sin embargo, quienes conocen mejor la historia y la naturaleza íntima del sistema soviético han recordado precedentes similares y han señalado las contradicciones del nuevo espíritu, en un intento de poner en guardia frente a la fascinación que la exitosa ofensiva de encanto del nuevo dirigente comunista está produciendo. Así, Henry Kissinger ha subrayado que en los asuntos exteriores (Gorbachov) sigue las instrucciones básicas heredadas de sus predecesores, si bien con mucha mayor habilidad en el campo de las relaciones públicas Y algunos soviéticos, como el poderoso Arbatov, han contribuido a aclarar la situación al insistir en que la perestroika no prevé la introducción de ningún tipo de pluralismo. A pesar de todo, parece que muchos europeos occidentales- n o hay peor sordo que el que no quiere oír- están dispuestos a aceptar, sin las menores cautelas, los sugestivos cantos de sirena procedentes del remozado Kremlim. La asimetría de las doctrinas estratégicas de la URSS y de los países occidentales, en especial de los Estados Unidos, es un hecho suficientemente conocido y reiteradamente constatado. La URSS actúa desde una visión a largo plazo establecida por Lenin y que no ha sido alterada desde entonces, aunque las tácticas y el tempo de su realización se hayan ido adecuando a las cambiantes circunstancias. Siguiendo los preceptos de un general chino de hace veinticinco siglos, Sun- Tsu- cuyo libro El arte de la guerra, se estudia en las Academias militares soviéticas- los dirigentes de la URSS piensan que el arte supremo de la guerra es el de someter al enemigo sin combate Gorbachov, como sus antecesores, está al servicio de ese designio universal de expansión ideológica y dominación para cuya consecución no siempre es necesario poner en juego los tanques o los misiles. Ya decía Lenin (Memorándum a Chicherin en 1921) que la revolución no se desarrolla nunca en línea recta o por crecimiento ininterrumpido, sino por una serie de golpes de acelerador y de freno La Unión Soviética se ha convertido en adalid de la paz y del desarme, pero es la única gran potencia que, desde Yalta, ha aumentado sin pausa sus zonas de influencia (Checoslovaquia, Cuba, Vietnam, Etiopía, Yemen del Sur, Angola, Mozambique, Afganistán... sin que jamás haya retrocedido un solo metro. Los países occidentales, por el contrario, actúan con una visión a corto plazo. Los mandatos limitados de sus dirigentes les hacen caer, muy a menudo, en el electoralismo y en el halago a una opinión pública L EL IRRESISTIBLE ENCANTO DE MIJAIL GORBACHOV recientemente The Economist, los partidos s o c i a l i s t a s de Gran Bretaña y Alemania Occidental combinan protestas de lealtad a la OTAN con políticas desleales a la Alianza Habría que añadir otros partidos de otros países, no exclusivamente socialistas. Con Gorbachov, los soviéticos han descubierto repentinamente su europeidad. Abundan afirmaciones de que somos europeos o referencias a nuestra común morada europea Se socava así la Europa comunitaria, que tan trabajosamente se está fraguando, presentándola como incompleta y egoísta. Y, al mismo tiempo, se sugiere que los no europeos los americanos, se retiren a su continente. Algo parecido habría que decir de la resucitada idea de una Europa central, la Mitteleurope histórica, formada por países de ambos lados incluidas las dos Alemanias y, por supuesto, neutralizada. A largo plazo, cuando estos designios se hubieran realizado, Europa occidental se convertiría en un protectorado soviético cuya férula caería sobre nuestros nietos con rigor y sin contemplaciones. Sólo la estupidez puede pretender que da igual un imperialismo u otro. Gorbachov ha ganado una primera batal a, de índole psicológica, poniendo en juego unas indudables dotes de seducción. Alexandre de Marenches, director de los Servicios Franceses de Información (DGSE) bajo Pompidou y Giscard, alude en sus Memorias (Dans le secret des prínces, 1986) al encanto tenebroso de Stalin, que sabía fascinar astutamente a sus interlocutores, incluidos personajes encumbrados y aparentemente avisados como Roosevelt. Gorbachov posee también un irresistible encanto, tan eficaz como el de su antecesor y seguramente más peligroso porque está además desprovisto, además, de sus sombrías connotaciones. Un encanto que ya está consiguiendo éxitos indudables en ese territorio sin fronteras de las mentes y las voluntades. Por cierto que, como han recordado Alain Besangon en LExpress y Kosta Christitch en Le Point, muchos de los conceptos que hoy utiliza Gorbachov ya fueron empleados por Stalin cuyo estilo solitario y cuyos trucos (voto secreto, liberación de detenidos, reconstruksia han sido adoptados por el nuevo líder soviético. Muchos ocidentales, confundiendo sus deseos con realidades, se preguntan por qué no va ser posible que la URSS adopte como regla un liberal y tolerante Vive y deja vivir La respuesta está en los que siguen siendo textos sagrados de los soviéticos que no dejan lugar a dudas acerca de sus proyectos a largo plazo. Como ese libro del mariscal Chapochnikov, El cerebro del Ejército, donde, parafraseando a Clausewitz, se escribe: Para nosotros, la paz no es sino la continuación de la guerra por otros medios. Alejandro MUÑOZ ALONSO EDICIÓN INTERNACIONAL Para hacer llegar sus mensajes comerciales a todo el mundo.