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ABC MADRID 14-04-1987 página 29
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ABC MADRID 14-04-1987 página 29

  • EdiciónABC, MADRID
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MARTES 14- 4- 87 IBEROAMÉRICA ABC 29 Pablo A. Cuadra: No estoy contra la revoluciónen Nicaragua, sino contra la actual dictadura marxista El mayor pecado de los sandinistas es haberse metido en el terreno donde pelean dos paquidermos s. i. Me divierte la reacción del público anglosajón ante esas cosas que les dicen del portento de los talleres de arte, o de los policías poetas, o de la revolución de los poetas manifiesta Pablo Antonio Cuadra, director del diario La Prensa -clausurado por- Los sandinistas afirman que su revolución es una revolución de poetas ¿qué dice usted a eso? -L o fue; pero al desviarla, los nueve comandantes están logrando repetir el caso de Cuba, aunque con menos brutalidad. Es importante, sin embargo, ese deseo de darle a la revolución un aura poética. No se puede pecar abiertamente contra la poesía en la tierra de Darío. La verdad es que en Nicaragua se está dando actualmente la experiencia de mayor trascendencia de toda América en orden a la creación poética: sea como aberra ción- de los que intentan resucitar una poesía sirviente, didáctica o de p r o p a g a n d a- sea como resistencia- d e los que oponen a cualquier intento de dirigismo o de control, la poesía libre y la libertad de creación. -Sin embargo, tanto Tomás Borge como Ernesto Cardenal han dicho que usted es el único poeta que está en contra de la revolucion Pablo A. Cuadra- L o s sandinistas constantemente repiten que yo soy el único poeta que está contra la revolución. En primer lugar, yo no estoy contra la revolución, sino contra su anacrónico desvío hacia una dictadura marxista- leninista. Lo que más me preocupa actualmente es que hemos echado a perder y malbaratado una revolución tan extraordinaria, que unió, en un solo impulso auroral, la política, la religión y la cultura, y que destruyamos ese logro por un apego fanático (como de estudiantes universitarios deslumhrados por su título) a un esquema ideológico de pobrísimos resultados. En segundo lugar, los mejores poetas jóvenes nicaragüenses (aparte de Beltrán Morales, que recientemente murió adversando ese desvío, y de Julio Cabrales, que ha enloquecido) en vez de ser atraídos como por un imán por esa Nicaragua nueva y por esa revolución de poetas se han ido de Nicaragua y viven en el exilio. -Cardenal dice que ahora, en Nicaragua, hasta los políticos escriben poemas. ¿No es una bella cosa esa? -Los policías nicaragüenses pueden llevarlo a uno preso en verso. Cuando yo era niño había en Granada un policía que le decían Coloradito un corredor de primera del que era difícil escapar y un poeta popular. Cuando estuve preso en tiempos de los Somozas, Castro, ¿lucha por Iberoamérica o por un esquema que patrocina el comunismo internacional? las autoridades sandinistas- en dos recientes entrevistas concedidas a la BBC de Londres y el New York Times que por su interés y fuerza expresiva publicamos, aunque resumidas. No estoy contra la Revolución en Nicaragua- enfatiza el periodista Cuadra- sino contra la anacrónica dictadura marxista- leninista. -Pasando a otro tema. Usted ha dicho en otra ocasión que no es ni pro ni contra, sino que su lucha, cívica, es para salvar la revolución por dentro. ¿Se podrá todavía salvar la revolución por dentro? Mi mayor angustia como nicaragüense es que cada día se nos escapa más de nuestras manos nuestro propio destino. El mayor pecado de los comandantes es haber metido a la pequeña Nicaragua, gratuitamente, en el terreno donde pelean dos paquidermos. Yo pudiera estar orgulloso de la actitud dura y valiente de Daniel Ortega contra Reagan. Pero veo y vivo el reverso. Veo la sumisión a Castro, sufro la intromisión de Rusia y de todo el bloque soviético en mi país- l o más extranjero a nosotros: vietnamitas, cambodianos, palestinos, coreanos del Norte, búlgaros, alemanes del Este, etcétera- Estamos rebalsando de gentes extrañas, ajenas totalmente a nuestra cultura, costumbres e historia. Nos besan en la boca los rusos y los bigotudos palestinos de la OLP. Nos hablan con infinitas inclinaciones los siervos de Kin II Sun; nos asesoran los neoimperialistas cubanos; nos abordan con preguntas cretinas rebaños rubios que bajan del norte o grupos de diputados demócratas y republicanos. Somos los maniquíes de una vitrina para expender ideología. Somos la primera noticia del mundo. Hemos perdido nuestra privacidad histórica. Somos el centro del cinismo del siglo XX. ¿No será ésta una lucha entre las dos Américas? Rubén Darío preguntó a los cisnes: ¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés? -S i fuera así, yo estaría en mi puesto. Lo he estado siempre en mi obra desde muy joven. Pero voy a hacerle unas preguntas que se convertirán en contestación: Primera, ¿de qué sirve que tantos millones de hombres no hablemos inglés si las dictaduras no nos dejan hablar? Segunda, ¿Fidel Castro, como nuestros nueve comandantes, luchan por Hispanoamérica o por un esquema ideológico y poolítico que patrocina el comunismo internacional? O, en otras palabras, ¿La tradición de América, su corriente más profunda, incluyendo lo que heredamos y lo que aún vive de nuestas antiguas civilizaciones indias, más las utopías del primer siglo hispano- indio, más las del siglo XVIII; más los aportes fundamentales de la independencia y de las luchas actuales: ¿desemboca todo esto en el marxismo- leninismo y en el castrismo como su realización más auténtica y dialéctica ¿tantos millones de hombres hablaremos ruso? o hay otra cosa distinta en la desembocadura de nuestra historia y en la médula de nuestra tradición novomundista? no un policía, sino un reo de confianza que hacía de policía me conseguía libros y me consultaba sus versos. No se necesitaba una revolución para volver poetas a los nicaragüenses. Yo más bien me quejo de que una politización de la literatura seque la buena fuente poética de nuestro pueblo. La poesía es una sustancia demasiado sutil y volátil para soportar convertirse en propaganda política. ¿Hay una doctrina del sandinismo sobre letras y artes? -Formulaciones muy pobres. Lo que hay, Veo la sumisión de Castro, sufro la intromisión de Rusia y de todo el bloque soviético en mi país- -lo más extranjero a nosotros: vietnamitas, camboyanos, palestinos, coreanos del norte, búlgaros y alemanes del Este más que todo, es una actitud dual: decir, por un tado, que la revolución es de poetas y, por otro, presionar y proclamar que los poetas son y deben ser armas de la revolución o que deben estar al servicio de la revolución Uno de los comandantes incluso tuvo el valor de dictarle a los poetas una especie de preceptiva para que escribieran cosas que las entienda el pueblo Ernesto Cardenal, el ministro de Cultura, ha hecho por su parte gran propaganda a sus talleres de poesía Ya he dado mi opinión y mi experiencia sobre estas incursiones del Estado en el terreno de la cultura y del arte. Lo que pudieran haber realizado lo borran, manipulándolo como propaganda o usándolo como medio de concienciación. Lo que me divierte (y me repone del fariseísmo de esta política cultural) es la reacción del público anglosajón ante esas cosas que les dicen del portento de los talleres, o de los policías poetas, o de la revolución de los poetas La prestirigitación con la poesía, sacar de un policía un poema como de un sombrero un conejo, parece que es de un efecto contundente para los rebaños rubios que nos invaden semanalmente. Creen con admirable fe que la Revolución les hará aparecer de pronto Shakespeares y Edgar Poes en serie. No importa que eso sea un milagro en cualquier historia.

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