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ABC MADRID 01-04-1987 página 117
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ABC MADRID 01-04-1987 página 117

  • EdiciónABC, MADRID
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GENTE OMO era de esperar, ha cundido el pánico. La broma más pesada que se pueda gastar a una folclórica ahora mismo es decirla por teléfono: -Señora, soy inspector del Ministerio de Hacienda y... Mortal de necesidad. Por el momento, están todas reunidas con sus asesores fiscales, no sea que hayan descontado indebidamente el precio de una peineta. Escuchaba yo el otro día una conversación casi surrealista: -A mí no me puede pasar lo de Lola, ¿verdad, don Teodoro? -Verdad, no le puede pasar. ¿Seguro? -Seguro. Ella no ha declarado, y usted, sí. -Ya, pero ¿y si se olvidan? -No se olvidan, señora. Tranquila, que a usted no le pasa nada. ¿Ni aunque cambie el Gobierno? -N i aunque cambie el Gobierno. ¿Y si creen que lo declarado es poco? ¡Que no le pasa nada, diantre! Temblorosas la carnes y con la pupila dilata. Así están las pobres. Mientras, Ana Mariscal da conferencias. Ayer dio una en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, titulada Mis experiencias en torno al cine y la literatura Ah, la triple A de aquellos tiempos: Amparo Rivelles, Aurora Bautista y la citada Ana. Amparo está en Barcelona representando la obra Hay que deshacer la casa Aurora se reincorpora a la comedia Paso a paso Las tres en plena forma, como Paul Newman, que por fin consiguió su Osear. Antes, decía: -E l Osear es como una mujer hermosa tras la que uno ha ido durante mucho tiempo. Al final, cuando la mujer hermosa te da el sí, ya te encuentras cansado... C Alberto Closas: Me voy gozosamente -Bueno, no sé si lo decía don Próspero, pero, en fin... El caso es que me voy- -me dice Albert o- Me voy gozosamente. He hecho todo ío que tenía que hacer, he cumplido mi ciclo. Debuté con la Xirgu en el 41, he sido empresario desde el 45, he trabajado con doña Lola Membrives, he hecho las mejores y algunas no tan buenas comedias, he trabajado por placer y por dinero, pero siempre a gusto, eso sí, porque para mí, salir al escenario fue siempre una gozada. Quiero vivir. Quiero dejar hueco a otros. Quiero olvidarme de las dos funciones diarias, del timbre que avisa... Quiero jugar al golf. Recuerdo que una vez le pregunté a Sean Connery que qué le gustaría hacer si al mundo le quedaran solamente veinticuatro horas de vida, y me dijo, muy serio él: Jugar al golf. Bueno, pues a Alberto Closas le gusta- ría morir como a Bing Crosby. Lo dice él. -Y no es que quiera abandonar el teatro del todo, no, que eso no podría. Seguiré enseñando en mi teatro de Buenos Aires, dirigiendo y produciendo... Quiero despedirme representando una gran función de un gran autor injustamente olvidado y apaleado: Alfonso Paso. Ojala hubiera ahora un autor como Paso; cuánto mejor estaría el teatro. Para hacer esta función, traigo de Buenos Aires a Leonor Benedetto, una hermosa y gran actriz, un auténtico regalo. La veo, pese a que le gusta cubrirse los ojos con los rizos de su pelo largo. Es bella, vegetariana y algo tímida. Pero tiene sentido del humor. Ha techo todo tipo de teatro, televisión y cine; su máxima popularidad, en toda América, Australia, y Galicia, se la proporcionó la serie Simplemente María No conocía España. -Y me ha sorprendido- m e dice. -A nosotros también, casi todos los días. -S e lo digo en serio. Están ustedes tan vivos, ponen tanto en todo, que se les quiere nada más llegar. Nos ven mejor desde fuera que lo que nos vemos nosotros. Bueno, pues la función de Alfonso Paso elegida por Closas es La Zorra la dirigirá él mismo, la producirá Enrique Cornejo y se estrenará la próxima temporada en el teatro Infanta Isabel, que regenta Santiago Paredes. A los sesenta y cinco años, sin quitarse la gabardina a lo Bogart, la mueca de sonrisa cínica que le hace guiñar de una forma ya clásica el ojo derecho, la copa de la mano y el cigarrillo colgado de los labios, Closas dice adiós a su carrera de actor. -Y a nada es como antes- -me sigue diciendo Alberto- y no creas que hablo desde la nostalgia, no. Antes los actores vivíamos para la bohemia, para la juerga, para comprarnos corbatas... Ahora viven para pagar los plazos del coche y de la nevera. Somos los últimos de algo distinto, irrepetible, no sé si mejor o peor, pero distinto. ¿Y qué les dejas a tus hijos? -N o tengo un duro. Les dejo lo mejor que se puede dejar: todo lo que yo sé de la vida. Les dejo mis trucos, mis trampas y mis habilidades. Creo que es una buena herencia... Ya lo creo. AMILIBIA 1 Alberto Closas se despedirá de los escenarios con La zorra de Alfonso Paso, en el teatro Infanta Isabel. Para hacer esta función- d i c e- traigo de Buenos Aires a Leonor Benedetto, una hermosa y gran actriz, un auténtico regalo. Mientras tanto, Amparo Rivelles está en Barcelona representando Hay que deshacer la casa Ahora parece que dice: -Nunca es tarde si la dicha es buena. Seguro que ha tomado jalea real. También Alberto Closas se conserva como pocos, pero eso no es óbice para que no se retire, para que no dé fin a su carrera, que uno pensaba que la cosa iba un poco en broma, pero resulta que no, que va completamente en serio, que Alberto no quiere caer en aquello que decía Próspero Mcriméc: Ni los hombres de estado ni los actores se retiran a tiempo. MIÉRCOLES 1- 4- 87 A B C 117

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