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ABC MADRID 30-03-1987 página 79
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ABC MADRID 30-03-1987 página 79

  • EdiciónABC, MADRID
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LUNES 30- 3- 8 LA FIESTA NACIONAL Ayer, en la Monumental de las Ventas -ABC, pág. 79 Uff, ¡qué frío pasamos! Se imponen las plazas techadas Hoy quería ver yo a los que se ponen malos de tanto decir que son aficionados. Encaminarse hacia las Ventas suponía un sacrificio más que regular. Es verdad que esto se ha inventado para el sol, los abanicos y las viseras; y si no es así, ya puede ir preparando el arquitecto Bernardo Diez su techumbre móvil para días como el de hoy en que el Moncayo, perdón, digo la sierra guadarrameña, sopla cortante y heladora. A la hora de comenzar la corrida sólo estábamos los cabales. Mucha piedra vacía. Los abrigos, las bufandas, las gabardinas daban al coso venteño una imagen invernal, que se acentuó cuando salieron los bueyes para llevarse al primero de la tarde, que después de haber repartido sustos entre Juan Ramos, que se puso de rodillas para la locura esa de la larga cambiada en la puerta del chiquero, y un peón que salió peligrosamente perseguido. Todo como si el animal quisiera disimular que era cojo perdido. El presidente sacó el pañuelo verde a petición de una muy justa protesta, y el cornúpeta se fue muy contento detrás de los bueyes de Florito ajeno al fin que le esperaba: un puntillazo en los corrales, tal y como les gusta a los animalistas, que nacieron con vocación de puntilleros. Arreciaba el frío y el viento mandaba en el redondel como dueño y señor de la tarde invernal. El toro en el tercio de varas no pasó de cumplidor, mientras Pepe Luis Vargas, rodó por los suelos al pretender llevar el toro al caballo después de un bonito quite. Juanita Ramos lo banderilleó lucidamente. El bravo aragonés bregó con dificultad, características de esta ganadería: alegres siempre con los caballos, pero aplomados en el último tercio. El hombre mantuvo una valiente porfía, entablerado y animoso. Persiguió el triun- Ficha técnica Plaza Monumental de Las Ventas. Cinco toros del marqués de Albaserrada; broncos, ásperos, de corto viaje y difíciles. Uno de Victoriano Sayalero, bravo y noble. Juan Ramos, de nazareno y oro, pinchazo, estocada baja y dos descabellos (ovación y aviso) En el cuarto, estocada corta y tres descabellos (silencio) Pepe Luis Vargas, de verde y oro, dos pinchazos, estocada baja y descabello (silencio) En el quinto, pinchazo hondo y un descabello (palmas) Pedrito Castillo, de azul celeste y oro, tres pinchazos y un descabello (silencio) En el sexto un pinchazo hondo y dos descabellos (palmas) pudo hilvanar porque el astado emprendía una embestida potable para arrepentirse a continuación y tirar el consabido derrote. El caso es que Pepe Luis Vargas resolvió la difícil papeleta de esta tarde con decoro. No será la última vez que le veamos en las Ventas. Esperemos que con ganado más potable. Imposible No lo vio claro Pedrito Castillo con el tercero de la tarde. Por si las moscas, le zurraron mucho los picadores a su enemigo en varas. El de Algeciras se negó a banderillearlo. Pero llegó el animal sin gas a la muleta, muy aplomado y sin el menor recorrido. Castillo porfió mucho con ambas manos para nada. El toro, convertido en una hamburguesa, optó por pararse escuchando las provocaciones del diestro algecireño como el que oye llover. Mató de tres pinchazos y descabello. Ni palmas ni pitos. El sexto volvió a imitar a sus hermanos en eso de enfadarse mucho con los caballos y negarse en rotundo a colaborar en el éxito de Pedro Castillo con la muleta. El diestro sureño, después de banderillear con facultades, no le fue posible hacer buenas las evidentes ilusiones que traía puestas en un éxito en Madrid, que tanta falta le hace. Cuando dobló el toro, de pinchazo hondo y un par de descabellos, el público salió despavorido hacia los vomitorios, como si huyera de un incendio. Entiendo que en Rusia al que es malo le envíen a Siberia porque ¡hay que ver lo mal que se tiene que estar en Siberia! Vicente ZABALA Decidido Con apreturas recibió Juan Ramos al precioso sobrero de Victoriano Sayalero, que hizo una pelea alegre en los dos primeros tercios, permitiendo al torero maño que pusiera tres pares de banderillas muy buenos, dos al cambio en los medios y otro al cuarteo, ganando muy bien la cara del cornúpeta. La faena de muleta se desarrolló bajo el denominador común de la nobleza del toro y el pundonor de Ramos que, poco puesto, pero muy decidido, buscador del triunfo con desmedido entusiasmo llegó a caldear a los fríos graderíos con muletazos apretados. No se le podía pedir más a un hombre que torea poco, sufre mucho y es habitual de enfermerías y clínicas. Gustó el coraje de Juan en este primer toro, al que mató de espadazo bajo y dos descabellos. Escuchó fuertes aplausos y un aviso previo. Ya se había ocultado el sol bajo unas nubes terroríficas cuando apareció el cuarto. La larga de rodillas de Juan Ramos que a poco le cuesta la vida fo con fe. No hubo forma. Lo mató dignamen- i te de una estocada corta y descabello. Escuchó palmas. X J Sin suerte Poco se empleó el primero de Pepe Luis Vargas, que anduvo por allí amargándole la tarde al torero de Ecija, que puso toda la voluntad del mundo en su deseo de agradar al público. Rara vez se produjo el acoplamiento entre el indómito toro del marqués y las dudas del torero, que no veía claro el lugar por dónde meter el diente ai beligerante enemigo, dispuesto, en todo momento, a vender muy cara su vida por el sistema del derrote rápido y la arrancada corta. Mató de dos pinchazos y estocada baja. Valiente de verdad- y hasta torero- se mostró Varguitas con el dificultoso quinto toro, al que muleteó garboso y pinturero, sacando algunos pases vistosos; pero no los Pepe Luis Vargas porfía entablerado y valiente al quinto Hubo que doblarse y pelear con la dura corrida de Albaserrada

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