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ABC MADRID 21-03-1987 página 43
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  • EdiciónABC, MADRID
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SÁBADO 21- 3- 87- CULTURA -ABC, pag. 43 Solzhenitsin cierra en Marzo, 1917 el tercer nudo de la trilogía La rueda roja Mil quinientas páginas en ruso relatan el golpe dé los bolcheviques Roma. Miguel Castellví El boicot cultural contra Solzhenitsin se ha roto y la revista italiana II Sabato ha publicado por primera vez en Occidente unos fragmentos de su último libro, Marzo, 1917, que cierra la monumental trilogía La rueda roja, dedicada a la Revolución. Coincide con el anuncio de nos reales, desde los más famoque Noviembre, 1916, será publisos hasta personas totalmente cado en italiano. Para los apadesconocidas de las que he resionados de Solzhenitsin es una cogido testimonios valiosísimos buena noticia ver que empieza a El escritor, que fue profesor de resquebrajarse el cerco del silenMatemáticas, tomó prestado de cio en torno a este autor. Archiesta ciencia el método de los piélago Gulag, el documento his nudos En matemáticas existórico sobre los campos de conte el concepto de los puntos nocentración soviéticos y las dales. Para trazar una curva, por purgas leninistas y estalinisejemplo, no es necesario trazar tas, obtuvo un enorme eco en todo el recorrido, basta identificar Occidente, provocando su expullos puntos más importantes y sión de Rusia. cuando se fijan éstos, se ha desPara Solzhenitsin, sin embarcrito toda la curva. También yo go, el Gulag era sólo un testimome he concentrado en los punnio que, en el fondo, le desvió tos nodales de la revolución del proyecto que se había trazaEn 1984 aparece en París la do a los dieciocho años: la obra versión definitiva del primer de su vida iba a ser relatar la nudo, Agosto, 1914. Partiendo historia de la revolución. Una pridel texto de 1972, Solzhenitsin mera piedra de este proyecto fue hizo una serie de añadidos, inAgosto, 1914. Quienes hace cacluyendo prácticamente entero torce años leyeron esa obra Lenin en Zurich, un pequeño limaestra que Seix Barral trajo a bro dedicado a la época que el España, esperaban con enorme revolucionario ruso pasó en Suiinterés nuevos títulos del novelisza. ta ruso. De tarde en tarde llegaAl año siguiente, Ediciones ban noticias de que Solzhenitsin Fayard- Seuil sacaba la versión escribía en un pueblecito de Verfrancesa de Noviembre, 1916. mont, en los Estados Unidos, Este segundo nudo se centra aunque no se conocía bien su en los hechos sucedidos entre el proyecto. 27 de octubre y el 17 de noviembre de 1916, cuando se produce Por fin, en 1983 Solzhenitsin el golpe de Estado de octubre. lo explicó en una entrevista. La obra pasa desde el frente de Krasnoe koleso (La rueda roja) guerra hasta los huelguistas de- decía- es un relato que abarPetrogrado reapareciendo el proca todo el arco de la revolución y tagonista principal de Agosto, comprende un centenar de per 1914: el coronel Vorotyntsev. sonajes históricos o por lo meEl último nudo, Marzo, 1917 relata la toma del poder por los bolcheviques. Tiene mil quinientas páginas y hasta ahora sólo se ha publicado en ruso. El anuncio de que por fin se edita en italiano el segundo nudo da esperanzas de que se rompa el vacío que en torno a Solzhenitsin se ha creado en medios culturales, también en España. Hasta ahora, que sepamos, no existen ediciones en castellano de la nueva versión de Agosto, 1914 ni de Noviembre, 1916. Se desconoce el motivo por el que Fayard ha podido publicar la traducción francesa hace más de dos años, mientras que los editores españoles siguen sin hacerlo. Lo mismo pasa con los tomos 2 y 3 de Archipiélago Gulag. El aire contrario a Solzhenitsin se sintió después de sus fuertes críticas a Occidente y sus enfrentamientos con otros disidentes como Siniavsky. La crítica italiana fue muy dura con la segunda versión de Agosto, 1914, aparecida en París a fines de 1983. La obra resulta irremediablemente híbrida, el historiador pasa por encima del novelista, las roturas de estilo se repiten, aunque el autor declara que son voluntarias A pesar de muchas páginas admirables, de antología- escribía en Repubblica Elena Guicciardi- este mastodóntico collage de elementos heterogéneos se revela fatigoso, y da miedo pensar cómo será la obra íntegra de veinte mil páginas si Solzhenitsin no consiguiese de- Alexander Solzhenitsin satar sus propios nudos estilísticos Pero el verdadero reproche al autor ruso es otro: Solzh e n i t s i n- c o n c l u í a Elena Guicciardi- es un gran utopista, pero es sin duda- y esto no es una novedad- un utopista reaccionario Más allá de las ¡deas del escritor, es aceptable la crítica de que en los capítulos de Noviembre, 1916 sobre el ambiente político prerevolucionario, la documentación pesa demasiado sobre el relato. Pero en Rusia son los escritores quienes hacen la historia; y cuando Tolstoi escribe Guerra y paz no quiere hacer sólo literatura, hace también historia y filosofía. Y hay que admitir que las páginas filosóficas de esa gran novela resultan igualmente soporíferas. Pero estas pegas son pequeñas imperfecciones frente al genio creador que vemos en acción en Noviembre, 1916 cuando Vorotynsev se enamora de Oída- son algunas de las mejores páginas de amor de la literatura contemporánea- en las escenas de guerra o en las descripciones ciudadanas de Pietrogrado. Es el mejor Solzhenitsin, que todavía no es posible leer en castellano. El fusilamiento A una distancia de unos quince pasos de la puerta estaba el semicírculo negro de obreros, todos con una cinta roja en la manga del abrigo. Todos apuntaban con sus fusiles. Habían robado armas y municiones en el almacén. No había manera de examinar los rostros uno a uno, pero todos juntos se imprimieron en la memoria para siempre, para el tiempo que quedaba de vida: todos con una sola ojeada. Eran jóvenes y llenos de rabia. Detrás suyo había una gran muchedumbre. Mujeres que alzaban los puños, amenazantes, por encima de los hombros de los de la primera fila: Duro con el carnicero y un chorro de insultos. Entregad las armas. No tenemos, las entregamos ayer. La muchedumbre no lo cree. Se adelanta con cautela uno de la fábrica Ericson que se encuentra en las cercanías. El obrero se acerca, toca los cinturones, los bolsillos de los oficiales. Se sorprende: no hay armas. La muchedumbre lo ve y alza la voz: ¿Por qué perder tiempo con ellos? Disparemos al verdugo. Nos han mandado demasiado. Ahora somos nosotros los que damos las ordenes El que había venido a registrarles se aparta de los condenados. Ahora, en la muchedumbre hay una tensión distinta: ya no es de persecución, sino de triunfo. Hacen sitio a los que estaban detrás y quieren participar en la ejecución. Algunos apuntan. Pero no hacen fuego, esperan la orden de un jefe. Qué complicada es la vida. Qué simple, en cambio, la última decisión. La muerte, aquí, ahora. Pero más fuerte que todo lo demás es la sopresa: ¿Cómo, hemos sacrificado la vida por éste país y el país nos odia? ¿Por qué? El pequeño Greve es ún niño ante esta masa de adultos. Esta inmóvil. Vsevolod murmura: Malditos imbéciles... Serghej estira los hombros para un último profundo respiro y descubre el pecho con la cruz de San Jorge. No pensaba que moriría aquí y de este modo. Qué pena para los ancianos padres que pierden dos hijos a la vez y a mano de rusos por añadidura. Pero decir algo a los asesinos, en voz alta, para tratar de detenerles o de justificarse... No, no lograría hacerlo nunca. Antes de que llegue la orden de disparar, un grito corta el aire, procedente de la iglesia del regimiento: Alto, alto. No disparéis Aiexander SOLZHENITSIN

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