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ABC MADRID 08-03-1987 página 55
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DOMINGO 8- 3- 87- CULTURA -ABC, pág. La semana Federico Mayor Zaragoza podría encabezar una de las candidaturas que hasta el próximo 1 de abril se presentarán ante el Consejo Ejecutivo de la UNESCO con motivo de la elección del nuevo director general Bertrand de Jouvenel, politólogo y economista francés, pionero de la prospectiva, falleció el pasado domingo en su domicilio a la edad de ochenta y tres años. Se trataba de uno de los mejores politólogos franceses de este siglo, junto a Raymond Aron y Julien Freund Julio Cano Lasso, arquitecto y urbanista madrileño, recibió el premio Antonio Camuñas de Arquitectura, el más prestigioso de cuantos se conceden en España a la labor de un arquitecto La villa El Capricho una de las primeras obras del arquitecto Antonio Gaudí, situada en la localidad santanderina de Comillas, va a ser subastada por la casa Sotheby s. El precio de oferta es de cincuenta millones de pesetas El manuscrito de La Familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela, pasará finalmente a propiedad del hijo del escritor. Se resuelve así el litigio entre la Diputación Regional de Cantabria (anterior titular del manuscrito) y el hijo del novelista Niño Quevedo fue el ganador de la XXI edición del concurso de cuentos Hucha de Oro por su relato Sola. A esta edición habían concurrido tres mil quinientos originales. Veintiséis artistas españoles han expuesto sus obras en Berlín Este bajo el lema Escultura multiplicada Entre los escultores representados se encuentran Pablo Serrano y Miguel Berrocal. Rafael de Penagos ha presentado sus Poemas a Consuelo, versos dedicados a la muerte de su mujer. Dos poemas inéditos de Alexander Pushkin, padre de las letras rusas, han sido descubiertos en el Archivo del Museo de Historia de Moscú El Museo de Bellas Artes de Sevilla sufre un grave deterioro que de no solucionarse urgentemente podría provocar el hundimiento de la que está considerada, por su importancia, como la segunda pinacoteca de España. Georges Arnaud, escritor francés autor de El salario del miedo falleció en Barcelona, ciudad en la que vivía en el anonimato desde abril de 1986. Matisse vuelve a oficiar la consagración de la primavera en la Escuela de Bellas Artes de París Más de cuatrocientas obras en una reveladora y gratificante exposición París. Juan Pedro Quiñonero L Ecole des Beaux- Arts presenta una colección de cuatrocientos treinta dibujos, grabados, litografías, aguafuertes, y libros ilustrados de Matisse. Un acontecimiento lujurioso, muy bello; una de las introducciones más perfectas que imaginarse puedan al colorista más luminoso entre los grandes del arte moderno. La exposición sobre Henri Matisse (1869- 1954) incluye obras que provienen de la Biblioteca Nacional, los fondos Doucet, el museo de Baltimore. Es posible redescubrir obras maestras que figuran en todos los manuales de Historia del Arte, y es posible redescubrir obras desconocidas de una belleza excepcional. Esta colección incluye obras de todas las grandes etapas de Matisse. Y desde esa óptica, se trata de una exposición pedagógica en grado sumo que permitirá al gran público una reintroducción fuera de lo común, una revelación histórico- cronológica de la obra de Matisse. Artista apolíneo perdido en un siglo de artistas apocalípticos, Matisse fue un creador y revelador de formas tan radical y profético como Picasso. Pero, con el paso del tiempo, su legado se percibe como un gigantesco aerolito, inmaculado y marmóreo, impresionismo, a Dada, el surrealismo, la abstracción... Sin embargo, esta exposición nos confirma que Matisse vivió y fue testigo de tal agitación devastadora persiguiendo, insomne, sus propias obsesiones íntimas, de una pureza radical, de un clasicismo y una factura mediterráneas. Y, en verdad, tal huida sin fin se confunde con un viaje permanente a las fuentes bautismales de la creación: el color, la línea, -el cuerpo de mujer, las flores, la luz blanca y purísima que ilumina toda la obra de Matisse con la fuerza inexorable de una pasión secreta e inmortal. Matisse fue un testigo, un actor y un protagonista de excepción en un siglo que hace oscilar la historia del arte y la historia de nuestra civilización. El arte de su tiempo, y el nuestro, dio y da cuenta de las matanzas más horribles y trágicas de la, historia del hombre. Sin este recuerdo es imposible comprender dada, el surrealismo, la abstracción radical. Ante ello, Picasso y Duchamp, responden con un alarido sin fin. Matisse, por su parte, adopta una posición marginal: hundidos los imperios, sofocada la rebelión de todos los pueblos, fusilados todos los rebeldes, asfixiada la creación en el supermercado o la clínica psiquiátrica, el artista decide oficiar la consagración de la primavera, la creación y reinvención de mundos maravillosos e involvidabies, la iluminación perpetua del cuerpo, las flores, el mar, horizontes de un paisaje reinventado sin cesar en nuestro deseo de ser felices. Tales deseos se confunden on nuestros misterios, con nuestras pasiones: como quería Bretón, la salvación de! mundo pasa por la salvación y redención de nuestro cuerpo y sus propios laberintos. Las ondulaciones del cuerpo desnudo de la mujer se convertirán en un manantial, alfaguara de placer, destino y salvación de la fecundidad, el alba de un amanecer que los colores y la luz desean confirmarnos irremediablemente feliz: la creación será, -con Matisse, ¡a consagración de los colores y el blanco del lienzo desnudo, tachando, borrando, con su luminosidad grácil, la torva oscuridad que nos cerca con sus lúgubres presagios. Henri Matisse parcialmente al margen de las convulsiones y cataclismos que dinamitaron la historia del arte occidental en apenas cincuenta años. Sin duda, Matisse no estuvo ausente de muchas de esas aventuras subversivas, ni puede comprenderse definitivamente sin recurrir, comparativamente, al DE ALBIAC Y FILOSOFÍA Porque me llamó poderosamente la atención, repruduzco algo de lo que se dijo en la presentación del último libro de Albiac, Todos los héroes han muerto: Volviendo a la filosofía de Albiac en éste y su libro anterior, a mí lo que me impresiona es que consigue que la entiendas. Más diré: yo le tenía mucha prevención a la filosofía idealista y demás alemana y, en particular, a Schelling, apellido- para más inri- ridículo y de boticario. Pues va Albiac y cita una frase de ese filósofo que es una perfección. Otra vocación descarriada. No me acuerdo de qué trata, pero es muy buena su frase. Se les perdone pues, su ser filósofos ellos a este Albiac y a aquel Scheiling, cuya hermana María escribió- me dicen- Frankenstein. Para abundar en esto de que es un escritor el aquí secreta, pero complacidamente presente, vemos que escribe: sobre el charon perezoso y cansino de la nada. También esta otra frase, que atribuye pudorosamente a Espinosa: Las palabras forman parte de la imaginación Y, por último, la que imputa púdicamente al difunto Blas Pascal, y que traigo a colación, porque a pesar de estar dando ahora mismo la impresión de no estar a la altura y de que no entiendo nada de cosas tan complejas como las que viene en su libro, la frase que digo demuestra que el más filósofo de los cinco soy yo. La frase es: Burlarse de la filosofía es la verdadera forma de filosofar. Mi crítica es que habla demasiado de derrota, de desesperanza, etcétera. De lo que se trata es de destruir, así que de derrota nada. Con tantas potencias como tiene el alma, ¡cómo va a haber fracaso! Julio CERÓN

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