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ABC MADRID 19-02-1987 página 34
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ABC MADRID 19-02-1987 página 34

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, pág. 34 TRIBUNA ABIERTA JUEVES 19- 2- 87 A concertación social para 1987 está dando lugar a una encendida polémica. Cada uno de los agentes sociales tiene una concepción propia de lo que debe ser objeto de negociación. Sin embargo, cualquier planteamiento serio de concertación social y de negociación colectiva ha de tomar en consideración que el desempleo alcanza en España un porcentaje superior al 21 por 100 de la población activa, que dobla la media de los países de la Comunidad Europea y nos sitúa en el primer puesto de los países desarrollados en cuanto a nivel de paro se refiere. La envergadura del problema exige que las reivindicaciones concretas de los agentes sociales se condicionen al objetivo de reducir el desempleo desde sus cotas actuales. No pueden desconocerse las difíciles situaciones de tipo personal y el resquebrajamiento del tejido social a que el paro está dando lugar. Desde esta perspectiva han de ser juzgadas las intenciones recientemente apuntadas por el Gobierno, CEOE y sindicatos respecto a lo que puede ser la concertación social este año. L CONCERTACIÓN SOCIAL Y PARO Desde el comienzo de la transición política, y con su origen en los Pactos de la Moncloa de 1977, se llevan a cabo acuerdos globales entre el Gobierno, los sindicatos y la CEOE que se convierten en un mecanismo de legitimación de la incipiente democracia y del modelo económico basado en un mercado más libre y en una empresa privada más eficiente. Estos acuerdos, auténticos pactos sociales, sirvieron para suavizar el proceso de adaptación de la economía y de la sociedad españolas al nuevo contexto político y económico, propiciando el diálogo entre los agentes sociales y el ajuste gradual de los desequilibrios económicos profundos que padecía, y aún padece, nuestra economía. En efecto, los sucesivos acuerdos sociales han permitido una mayor interrelación entre la política y la economía, con logros concretos en materia de contención del crecimiento salarial a partir de 1979 y de reducción de ia conflictividad laboral. Asimismo estos acuerdos han posibilitado avances normativos tan importantes como el Estatuto de los Trabajadores y modalidades más flexibles de contratación laboral. Es cierto que desde finales de la década de los setenta se produce en España un espectacular avance del paro. Pero ello no es en modo alguno imputable a la concertación social. Antes al contrario, la moderación salarial que introdujo ha servido de freno a la agravación de este problema. El desempleo español tiene sus raíces en la rigidez existente en el mercado laboral y en las deficiencias de la estructura productiva que se derivan del proceso de industrialización de los años sesenta y principios de los setenta, reforzadas por la explosión de salarios que tuvo lugar en los inicios de la transición política a la democracia. Asimismo la evolución de las variables demográficas y la crisis económica internacional han contribuido a agravarlo, con el acceso masivo de jóvenes y mujeres al mundo del trabajo y con el regreso de una parte de nuestros emigrantes. Para evitar que el problema del paro alcanzara las dimensiones actuales, se habría necesitado un comportamiento más dúctil de planteados nuestra economía. Por ello, en el acuerdo social para 1987, caso de producirPor Sancho de MONCADA se, así como en cualdel Instituto de Estudios Económicos quier otra negociación nuestros mercados laboral y de bienes y paralela que se lleve a cabo, deberían conservicios. La rigidez ha sido, pues, el principal templarse, junto a aumentos salariales que impedimento para la creación de empleo. En no rebasen la tasa de inflación prevista, los un primer momento, no se acometieron las ajustes estructurales más urgentes, en parreformas estructurales necesarias por debili- ticular la flexibilización del mercado de trabajo dad política. Quizá podría haberse esperado y un nuevo esquema de financiación del sisde los pactos sociales que aportaran solucio- tema de Seguridad Social. nes a las deficiencias estructurales de nuesEl Gobierno no puede mantenerse al martro sistema económico, pero el incumplimien- gen del proceso de negociación, entendido to de algunos importantes compromisos por en este amplio sentido, sino que debe ser parte del Gobierno les ha restado operativi- partícipe activo del mismo y, en cualquier dad al respecto. caso, asumir sus resultados. Y ello por varias En las circunstancias actuales, la lucha razones. En primer lugar, porque sin un contra el paro pasa por la mejora de la com- acuerdo que mantenga la tasa de crecimiento petitividad internacional de nuestras empre- salarial en el entorno del 5 por 100 el cumplisas. Para ello, hay que reducir sustancial- miento de la previsión de inflación para 1987 mente la tasa de inflación, demasiado alejada será casi imposible. Se necesitaría una resde la que registran nuestros más directos tricción monetaria tan intensa para impedir la competidores y garantizar la paz en las rela- financiación de las mayores tensiones sobre ciones laborales. En un contexto de franca li- los precios, que limitaría las posibilidades de beralización internacional, un crecimiento crecimiento y debilitaría nuestra posición coeconómico creador de empleo sólo es posible mercial en el exterior. En segundo lugar, el si las empresas españolas se hacen más Gobierno debe comprometerse a una reduccompetitivas, ganando mayores cuotas de ción de las cotizaciones a la Seguridad Social mercado interior y exterior. Este aumento de que permita aproximar el precio pagado por competitividad, urgente si atendemos a los el empresario por la contratación de factor decepcionantes resultados de la balanza co- trabajo al salario percibido por el trabajador. mercial española en 1986, requiere un uso Esta medida, no exenta de costes, tiene dos más eficiente de los factores productivos y ventajas principales: abaratar el factor trabajo exige una mejora tecnológica de los procesos sin pérdida de poder adquisitivo del trabajade producción y una mayor adaptabilidad fun- dor y racionalizar el esquema de financiación cional y geográfica del factor trabajo. El obje- de la Seguridad Social que dejaría de incidir tivo de inflación del 5 por 100 programado casi exclusivamente, como hasta ahora, sopor el Gobierno para 1987 es factible. Exige, bre el mercado laboral. En tercer lugar, las eso sí, ciertas dosis de severidad monetaria, variaciones en la normativa legal que afecta a un mayor equilibrio de las cuentas públicas y la flexibilidad del trabajo requieren la iniciativa una moderación salarial que permita el regre- directa del Gobierno, que ha de homologar la so a la senda de ajuste, abandonada este úl- legislación laboral española con la de los países de nuestro entorno y promover una serie timo ejercicio. de iniciativas encaminadas a mejorar la moviEn particular, la contención de los costes lidad geográfica y ocupacional del factor tralaborales es un elemento irrenunciable de ia bajo en nuestro país. En definitiva, se trata política económica antiinflacionista. Su instru- de alterar las condiciones de funcionamiento mentación discurre a través de un doble cau- de nuestro mercado laboral, que tan pobres ce: la moderación salarial en sentido estricto resultados está dando en términos de emy la reducción de las cargas tributarias vincu- pleo. ladas al factor trabajo, especialmente las cotizaciones a la Seguridad Social. La fiscalidad La situación actual de nuestra economía supone un elemento encarecedor del factor requiere una actitud responsable de todos los trabajo de considerable magnitud. En España agentes sociales. Es lógico que cada uno de es cada vez mayor la distancia existente en- ellos, en defensa de sus intereses privativos, tre el salario pagado por el empresario y el mantenga en principio puntos de vista distinsalario efectivamente percibido por el trabaja- tos de los de los demás; pero al menos debe dor. Esta cuña, que tiene un mínimo del 30 exigirse a todos que coincidan en la identifipor 100 y que normalmente supera el 40 por cación del principal problema: el paro. Pues 100, da lugar a la aparición de un doble pre- bien, resulta improbable que el desempleo cio en el mercado de trabajo. Por un lado, el disminuya de forma sustancial si no existe coste efectivo de contratación del trabajador una estrategia de cooperación social que per- con sus correspondientes cargas fiscales- mita un crecimiento económico creador de que es el precio del factor trabajo, y, por otro empleo, como preconiza la Comisión de las lado, el salario percibido sobre el cual se rea- Comunidades Europeas. Esta estrategia relizan las reivindicaciones. A medida que este quiere el diálogo social, pues resulta muy difíúltimo crece, el primero lo hace en cuantía cil articular una política económica coherente aún mayor, encareciendo el factor trabajo y con este objetivo sin una convergencia de los promoviendo su menor utilización relativa. intereses de los principales agentes sociales. A la vista de lo anterior, un hipotético En España y en este momento, no se trata acuerdo entre los interlocutores sociales tanto de reproducir miméticamente el modelo- poco probable a tenor del desarrollo de los de pacto social del pasado como de propiciar acontecimientos últimos- debe ser ambicioso nuevos cauces que, aprovechando la expeen sus objetivos y amplio de contenido, como riencia anterior, permitan llevar adelante la única vía para resolver los problemas de estrategia de cooperación que haga posible competividad y falta de empleo que tiene una rápida creación de empleo.

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