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ABC MADRID 11-02-1987 página 28
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ABC MADRID 11-02-1987 página 28

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, pág. 28 TRIBUNA ABIERTA MIÉRCOLES 11- 2- 87 N los ú l t i m o s días hemos podido leer, con emoción, las exégesis del llorado Manuel Diez- Alegría como militar, como embajador y como hombre de letras. Desearía reservarme la exégesis del Diez- Alegría ciudadano, pues he sido testigo excepcional de un dilatado período de esfuerzos suyos, compartidos con un grupo de personas generosas de su tiempo y de sus talentos, por crear, en España, una institución civil, independiente y solvente, que promoviese el interés por los asuntos internacionales y ayudar así a determinar el comportamiento de la sociedad española y de España entre las naciones. Me refiero a su etapa de presidente del Instituto de Cuestiones Internacionales, que él ayudó a fundar, y al que guió en sus primeros pasos. Poner de relieve al Manuel Diez- Alegría ciudadano no quiere decir el disputar, dentro de su dibujo humano, su carácter y perfil labrados en la milicia, antes al contrario. Sólo a través del cumplimiento riguroso de su vocación militar, por encima de acepciones accidentales de tipo histórico, pudo decantarse su personalidad hacia una disponibilidad absoluta respecto de sus conciudadanos, para el mejor servicio de España, una vez que su edad le relevó de sus obligaciones militares. Esta es la historia. Hacia finales de 1978, un grupo de profesionales vocados a los estudios internacionales, y un grupo de políticos inquietos por la consolidación de la democracia, para la que era necesario acumular todos los factores de consenso que fuera posible, acordaron la creación de un instituto de estudios internacionales, versado a los problemas de seguridad. En realidad no hacían sino tratar de recrear en España un modelo de institución existente hacía muchos años en democracias maduras de Europa occidental y Norteamérica. En los estadios formativos del Instituto, bajo la eficaz gestión de Gloria Begué, se E 1 DIEZ- ALEGRIA... DON MANUEL sión de las palabras lo que llegué a admirar más en él. Yo tenía la impresión de que eso Por Antonio SANCHEZ- GIJON que él daba venía predeterminado por lo qué acordó que el INCI tendría carácter indepen- él había recibido en su educación, tanto en diente y privado, y debería de integrar a por- su familia como en el Ejército, y de que, por tavoces de los principales partidos democráti- tanto, era lo que necesariamente había de cos. La independencia e imparcialidad del salir de él. instituto sólo podían quedar garantizadas por Pera yo le veía esforzarse en conseguir la presidencia de una figura de prestigio mo- para el INCI los parvos recursos que le perral, personal e intelectual a toda mitieran cumplir su misión, y que prueba, y que encarnase al miscon tanta tacañería le dispensamo tiempo en su persona tanto ban o le negaban las institucioel sentido de continuidad (que no nes públicas y privadas (y triste continuismo) en los rumbos interes reconocerlo, las que más los nacionales de España, como la negaban eran las de carácter privoluntad de salvar las brechas vado... Pensaba yo que esta tahistóricas creadas por el cambio rea petitoria era penosa para él, de régimen. Todos los ojos se porque le restaba su (ya preciovolvieron al teniente general so) tiempo para las tareas que Diez- Alegría, que era prácticaquería aún llevar a cabo, como mente el único militar con altas las de cumplir con las Acaderesponsabilidades en el régimen mias No ponga nunca en marpericlitado que conservaba un tes una actividad en la que yo prestigio universalmente reconotenga que estar, porque ese día cido en el nuevo. es para la Academia de la LenA. Sánchez- Gijón Don Manuel, como pronto le gua me decía frecuentemente) llamamos, aceptó nuestra pro- Secretario general del o escribir sus memorias. Un día puesta con modestia y entusias- Instituto de Cuestiones se lo comenté: Don Manuel, ya Internacionales mo. Se impuso a sí mismo, y sé que la tarea de andar pidiennos impuso, un puntual cumplimiento de las do recursos para el INCI le resta mucho tiemtareas y obligaciones; no falló ni una sola vez po... No, no se preocupe- m e respondió- en su cita con nuestros invitados, al filo misLo que lamento de verdad es el escaso resulmo de la hora del encuentro; también era tado. Quizás es que yo no sepa pedir. Si he exacto a la hora de levantar la sesión. Su esde decirle la verdad, ésta es la primera vez tilo era un correctivo severo al impetuoso y que lo hago, pues he tenido por norma siemalgo desordenado de la tropa que él comanpre, en mi carrera militar, no pedir nada. Ahodaba, formada por profesionales de todo tipo, ra, sin embargo, sé que mi obligación es dispensadores irregulares de su tiempo, y de exactamente ésa: pedir. Esa frase me hizo políticos azacaneados por los sobresaltos de percibir, por debajo del gran profesional que la transición. había sido, por debajo del hombre generoso de sí, al ciudadano; un tipo humano del que, Con todo, no fue ese estilo personal suyo, si carecemos, no estaremos mucho tiempo caracterizado por la sobriedad de gestos y la de este lado del curso de la historia: del lado elegancia resultante de la economía y precide la civilización. libros de doña Berta es uno de los escasos epígonos de la literatura de imaginación. Su Por Jorge FERRER- VIDAL libro Vida y hechos del caballero don JacoCómo nos cruje la ausencia de don Alvaro bo es una original mixtura de relato aventurero y novela fantástica, adobada con un lenCunqueiro, artífice de inusitadas jocalías liteguaje inédito en la literatura de hoy, rico en rarias, con los Orestes, Medeas y Merlines... intencionalidad, de genuina belleza barroquiLa imaginación- mínimo margen de garantía para la felicidad del ser humano- va mu- zante, con el que se logra notables aciertos riendo de hambre y de abandono. ¿Acaso no de expresión puestos en boca de personajes era el sueño lo que la mente poderosa de un delirantes, rabiosamente literarios, entre los Unamuno concibió como único paliativo con- que figuran centauros, halcones, sirenas, caballeros y caballos de muy dispar pedigree, tra el proceso al parecer imparable de la besextraños hombres que se enamoran de un tialización del hombre? ¿Puede vivir el hombre anclado en tierra sin más quehacer que viento con nombre de mujer y mujeres irrepetibles, con vocación de lumias o de santas, la pérfida voluntad de engordar alforjas y andecidoras de pías oraciones o dadas al bedorga? Por eso nos ha complacido en gran medida bercio de jengibre e incluso también al fumela lectura de un autor nuevo, casi inédito, que teo de tagarninas de las Indias, pues era muen su primera obra en prosa nos regala con jer de vicios caros recreaciones de tiempos antañones, en un Libro el de Montells que nos devuelve con alarde de tabulación profundamente artístico felicidad a la narración literaria pura que abre y servido en un lenguaje de gran plasticidad en la superior instancia del ensueño y de la evocativa. Yo diría que este escritor, José fantasía ese don de Dios que ayuda a enriMaría Montells por nombre, y por más señas, quecer el alma y a soportar la carga de la editor de la muy apetitosa colección de Los vida... S E nos f u e r o n yendo y cada día hay menos. Me refiero a escritores que aplicaron su talento a la creación de mundos ilusorios en los que hacían crecer personajes imposibles y se producían situaciones lúcidas no predecibles. También en la recreación fantástica de mundos históricos anda befa la literatura de nuestro tiempo y reincide en una perspectiva vital de vuelo torpe y gallináceo que prohibe al lector a ascender a la gloria de la imaginación y jinglar en una nube. La literatura de hoy suele ser corta de bofe y lena, y en más de una ocasión, sabiéndose mermada en insalubre y poco artístico despropósito, se anilla sobre sí misma como una sierpe o se divide en planos contrapuestos, se conforma en maraña laberíntica en la que el lector se pierde y agoniza. Ya nadie sabe cómo surgieron aquellos grandes fabuladores, no tan lejanos en el tiempo: don Pío, don Ramón, el mítico don Vicente Risco o aquel inefable, mendaz, poético progenitor en segunda instancia de personajes concebidos por otros grandes artistas de hace más de dos mil quinientos años... EL DON DE IMAGINAR 1118

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