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ABC MADRID 07-02-1987 página 101
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ABC MADRID 07-02-1987 página 101

  • EdiciónABC, MADRID
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GENTE UENO, yo lo cuento como me lo cuentan, más o menos. Ya saben ustedes que Carlos Saura está rodando en tierras americanas, concretamente en Costa Rica, una película de las de mucho presupuesto, con muchos medios, que cuenta o va a contar las aventuras de Lope de Aguirre y sus hombres en busca de Eldorado. Así se va a titular el filme, Eldorado Apenas comenzado el rodaje, en el que participan importantes actores nacionales y extranjeros, salió de un puerto español un barco lleno de cabras con destino a Costa Rica, cabras que, al parecer, había solicitado el director español. ¿Y se sabe porqué? -Hombre, necesitará varios planos de rebaño o algo así... ¿Y para eso no le sirven las cabras costarricenses? Ahí está el quid de la cuestión. ¿Acaso no hay cabras en Costa Rica? ¿Sucederá por ventura, que las cabras americanas le han parecido a Saura menos fotogénicas que las españolas? ¿O es que, tal vez, como ruedan con sonido directo, el balar de las cabras locales no le ha parecido lo suficientemente afinado? Misterio. No se sabe nada, nadie contesta. Carlos Saura quería cabras, y cabras le han mandado. Punto. Un envío original. Enorme el poder de convocatoria de Emilio Romero en el club Siglo XXI: media hora antes de que comenzara su conferencia ya no quedaba ningún asiento. B Sara Montiei y las lágrimas de glicerina para prohibir algo así. Hablando de ojos, me encuentro en la galería con el doctor Santalices, gallego, becado que fuera de Castroviejo, el oftalmólogo que cuida los ojos de Sara hace años; o sea, que de repente nos vemos hablando de las conjuntivitis de la Montiei, un tema apasionante para las nueve de la noche y ante los lienzos celestiales y azules de Roca Fuster. -Pues parte de la culpa de las conjuntivitis que ahora sufre Sara- me dice el buen doctorse deben a la glicerina que la ponían en los ojos cuando rodaba películas... -Santo cielo, ¿acaso querían volarle las pupilas? -No. Entonces le ponían glicerina para hacerla llorar... Qué cosas se llegan a saber. Ahora resulta que las lágrimas de El último cuplé eran lágri- mas de... glicerina. Ni tan siquiera de cocodrilo. Estando así la vida, no me extraña nada que Pitita Ridruejo, a la que veo por allí acompañada de su marido, Mike Stilianopolus, se haya convertido en rigurosa vegetariana. Y encima da conferencias: próximamente en Santander y en Gijón. Pedro Olea besa con entusiasmo y frenesí a Sara, mientras yo le pregunto: ¿Y eso que he oído de que vuelves al cine? -E s t o y decidida a volver, siempre que el proyecto sea interesante, con un buen guión y un buen director, con medios... Y con un papel que naturalmente corresponda a mi auténtica edad. Voy a cumplir cincuenta y nueve años el próximo diez de marzo. Así que si vuelvo al cine será para intentar hacer algo muy bueno. De lo contrario, no me interesa volver por volver, hacer por hacer; prefiero dejar mi biografía tal como está. Así que me voy a la exposición de Roca Fuster, que amadrina Sara Montiei. Los fotógrafos han descubierto una gran atracción en la galería Alcolea: Sara le ha prestado al pintor para esta muestra el desnudo (puro, angelical, casi místico) que le hiciera a principios de los años setenta. -C o m o lo han visto poco- m e dice Sara- están todos locos con el cuadro... Y Sara no hace más que posar ante el gran lienzo, bajo los flahses una y otra vez. Roca Fuster la ha iluminado casi tan bien como Anthony Mann. Lo verdaderamente gracioso es que este cuadro estuvo prohibido: -Sí, es verdad- me cuenta Pepe Tous- nos obligaron a retirarlo del vestítulo de un teatro de Madrid y luego también lo tuvimos que quitar del teatro Victoria, en Barcelona, por orden del gobernador civil, orden que todavía conservo como algo curioso. Qué malos ojos hay que tener Muy razonable. Tan razonable como la gloriosa frase que acaba de pronunciar la llamada Zsa Zsa Gabor para justificar y a la vez explicar- su noveno divorcio: -Un hombre pobre puede ser mi amante, jamás mi esposo. Estoy acostumbrada a vivir como una reina y mis caprichos 3 cuestan mucho dinero. Por lo demás, que la Gabor tiene temblando a medio Hollywood y parte de Nueva York: acaba de anunciar la aparición En la exposición de Roca Fuster se exhibe el desnudo que el de sus memorias diciendo: pintor le hiciera a Sara Montiei a principios de los setenta- Soy sincera y no voy a engañar a los lectores. Voy a contar toda la verdad. El que tenga algo que temer, que se las arregle como pueda. He tenido nueve maridos y dicen, exagerando un poco, que unos mil amantes. Carlos Saura rueda en Costa Mi vida está, por tanto, salpicaRica una superproducción da de picantes y divertidas que cuenta las aventuras de Lope de Aguirre anécdotas. Confieso que me he divertido mucho escribiendo mis memorias, sobre todo pensando en la cara que van a poner algunos cuando salgan a la luz... Algunos deben tener la misma sensación de cuando se está en el interior de un armario porque ha sonado el timbre de la puerta. En fin, que Ana Obregón ya ha abandonado el Sahara y se encuentra rodando una película en la Costa Brava, que la Pantoja ha rechazado (se lo ofrecía Julián Reyzábal) un millón dia Un hombre pobre puede ser rio por actuar durante un mes en Cleofás en marzo, cuando no mi amante, jamás mi esposo dice Zsa Zsa Gabor hay galas; que Patxi Andión lletras su noveno divorcio va una buena temporada dedicado exclusivamente a las monterías... AMILIBIA SÁBADO 7- 2- 87 ABC 101

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