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ABC MADRID 07-02-1987 página 14
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ABC MADRID 07-02-1987 página 14

  • EdiciónABC, MADRID
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U ABC OPINIÓN SÁBADO 7- 2- 87 Panorama LOS JÓVENES QUE LLEGAN áOB. S N? UN AS CAl, ñ HA LEERÁ MARX. AHORA lo W lí ri 6 5 NÍ A D E VE LA D E Pekín a México, pasando por París o Madrid, los jóvenes andan revueltos. Nadie esperaba este brote de rebeldía en una juventud que se caracterizaba por pasar de todo. Pero como lo que primero pasa es la juventud misma, estos rebeldes de hoy deben de ser ya de otra generación. Trato diariamente a muchos de estos jóvenes; la mayoría están desorientados, otros están aburridos de los conflictos que les impiden estudiar normalmente, sólo unos pocos parecen coincidir o repetir las consignas reivindicatorías que gritan los manifestantes o que explican los que los representan ante los medios de comunicación. Ayer, un profesor de Sociología, al comentar la desasistencia o la media entrada en las aulas, me decía: Asómate al bar, allí verás el lleno hasta la bandera. No hacen falta encuestas ni estadísticas de consumo: son datos externos y palpables, como en las bibliotecas: un libro ajado, sucio, anotado, es un libro muy consultado. Lo que ocurre con el alcohol y la juventud debería preocuparnos seriamente. Las pinas de quinceañeros con el cigarrillo en la mano y la litrona empinada a morro y en corro es espectáculo frecuente en cualquier bar, en cualquier esquina, en cualquier salón de actos vecinal. Si levantamos un poco el listón generacional y ascendemos a los de veinte años, piden chinchón o coñac a las diez de la mañana en el bar de la Facultad, y a veces, a la tarde, alguno incursiona en el aula con su cubata. Ni el bedel, ni el profesor, ni los compañeros, por mucho que lo reprueben, le dicen nada. Probablemente, alguien nos ha imbuido la idea de que entre los derechos de los ciudadanos está contemplado el de poder irse a los paraísos artificiales de la droga y el alcohol, cuando, dónde y en cuanto se quiera. Planetario EL SR. DIRECTOR GENERAL, SE JUSTIFICA N un fin de semana perfectamente aprovechado, un preso asesina, durante la comisión de un atraco, a un cabeza de familia en Bilbao. Ayer, jueves, el director general de Prisiones, constituyéndose en una especie de disco de La Voz de su Amo, sostiene en un debate televisado, que el índice de fracasos que se registra en esos permisos, feliz innovación del ministro Ledesma, que se enorgullece de tanta progresía es insignificante. En efecto. Lo bastante, en efecto, para que un hombre decente sea asesinado en Bilbao. Hace no sé cuántas semanas, otro decimal Y ahora, demos un repaso a los menores, a los que aún no han cumplido los catorce de ese mínimo índice de fracasos utiliza su años y cometen ya actos de bandidaje. No permiso para apuñalar a su mujer. Hay genme refiero a la posible delincuencia juvenil o tes que se empeñan en estropearle las estainfantil, sino a los divertimientos de los hijos dísticas al señor ministro de Justicia y las exde familia. El arma del petardo- y a denun- cusas a su eco fiel, el director general de Priciada en estas páginas- hace verdaderos siones. Porque el señor director general, aquejado estragos en la sensibilidad pacífica, ante la contemplación pasiva de familias y autorida- del famoso síndrome de Copenhague- ¿o des. Dos muchachos, en mi urbanización, pa- será de Estocolmo? -sólo que al revés, sienran un taxi con cara circunspecta, abren la te la necesidad de indentificarse, no con su puerta trasera con ademán de ir a entrar, lan- torturador, sino con sus, según los opinantes zan tres o cuatro petardos al interior y salen del debate a que me refiero, torturados. Los presos. corriendo. El día de final de año, en el garaje Hace tiempo, el jefe de la Policía Municipal, del inmueble en que habito, se produjo un conato de incendio, dos automóviles ardieron a media noche; hay fundadas sospechas de que el inicio del fuego lo provocó una carga de petardos. Las alarmas de bomba en Móstoles, que todos hemos leído, los sustos, los tropezones de las personas mayores, el llanto El tratamiento más moderno, riguroso y eficaz para de los bebés, sobrecogidos por el estampiel tratamiento de la celulitis bajo constante control do... no parecen ser motivos suficientes para médico. prohibir la venta de estos artículos que son un desahogo de violencia en quien los utiliza y un incremento de terror en quien los padeAplicaciones médicas de la Mesoterapia ce que suele estar ya bastante asustado por C Santa Engracia, 141,1. C. 28003 MADRID la vida en general. Información y petición de consulta: Tel. 91- 23316 67 (diaria de 16 a 20 h. Marta PORTAL E CELU LITIS señor Lobo, tenía la costumbre de enviar a los periodistas las propias informaciones de éstos, subrayadas de amarillo, y un mínimo cartelito en letra set que decía: No deje que la verdad le estropee un reportaje. Yo, insignificante de mí, merecí dos de esos aleccionadores rotulitos. Pues bien: el señor director general, identificado con su ministro, rehusa que la verdad de estos hechos le estropee la estadística de las salidas carcelarias con permiso de fin de semana. Un recluso, según creo en régimen de prisión abierta o como se llame, y unos apóstoles de los derechos humanos le cantaron al señor director general de Prisiones las verdades del barquero en el debate moderado por la inteligente Victoria Prego. Nadie había para cantarle a esos apóstoles de la abolición de las prisiones y de su conversión, al menos, en hoteles de cinco estrellas, las verdades del barquero sobre los atracadores que se enorgullecen de sus treinta y cinco detenciones en pocos meses; de los asesinos que protestan contra la cama, la celda y el menú de la prisión; de los drogadictos que inducen a los boticarios a dejarnos un día sin aspirina para protestar contra los diarios atentados que padecen. El señor director general no podría hacerlo sin perder la aureola de progre sin la cual no le duraría al señor Ledesma en el cargo ni una hora al día siguiente de la emisión. El señor director general se justifica. Todo mejorará. Habrá que hacer cárceles más pequeñas y más confortables. Habrá que respetar a los señores asesinos, pobres ¡nocentes víctimas de la corrompida sociedad burguesa. Nadie piense en los asesinados. Son insignificantes decimales, en los insignificantes fracasos del sistema. Lorenzo LÓPEZ SANCHO

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