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ABC MADRID 06-02-1987 página 76
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  • EdiciónABC, MADRID
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76 A B C ESPECTÁCULOS VIERNES 6- 2- 87 Música Daniel Baremboim reanudó con éxito el ciclo de lassonatas de Beethoven Una expresión cabal y madura del gran pianista El pasado mes de noviembre se celebraron en el Teatro Real las primeras cuatro sesiones de las ocho previstas por Ibermúsica para ofrecer, con Daniel Baremboim como intérprete, la colección completa de las sonatas para piano de Beethoven. El éxito correspondió, como todo el mundo esperaba, a la expectación despertada, que había sido, a su vez, la que sólo precede a los acontecimientos que merecen de verdad este nombre. Pues bien, en punto a interés previo, no le han ido a la zaga, a aquella primera entrega, los comienzos de la que acaba de comenzar. Ni tampoco el éxito determinado por su concierto de arranque. Ha habido para ello razones múltiples, y todas de peso. La primera- ahora como en noviembre- la enorme calidad de músico y de pianista de Baremboim, unida a su extraordinario poder de comunicación. Pero quizá también, siquiera reconozca la d o s i s de subjetividad que pueda encerrar este aserto, el Daniel Baremboim especial atractivo general del programa de reanudación que comento. En efecto, tanto la sonata número 13, en mi bemol mayor, opus 27, 1, como la número 21, en do mayor, opus 52 Waldstein Aurora por otro nombre- y la número 27, en mi menor, opus 90, unen la belleza elegante de sus ideas a la originalidad formal y a su solidez y homogeneidad de pensamiento. Y son, evidentemente, adelanto de posteriores cimas geniales, los dos primeros movimientos, presto y largo e mesto de la número 7, en re mayor, opus 10, 3. Baremboim acertó de pleno en el enfoque caracterológico de los ejemplos seleccionados para su reencuentro con el público del Real. Rara, genial destreza la suya para enfrentar contrastes extremos- d e dinámica, de velocidad, de coloraciones... -sin menoscabo alguno no ya para la redondez y el orden macroconstructores, sino para el natural y lógico fluir de la auténtica música. Y destreza admirable también para que en los pasajes en los que adopta vertiginosidades máximas no quede nunca lesionada la cuadratura y sólo en contadas ocasiones la nitidez. En cuanto a consecuciones globales especialmente felices o momentos concretos que lo fueron, me pareció expresión cabal de la inteligencia y la madurez de un artista la visión que Baremboim emplea en las tantas veces maltratadas Waldstein huye todo lo posible- y sólo lo posible- -de la dimensión de espectacularidad y brillantez que tan a menudo se destaca como el único, superficial valor de esos pentagramas, y les extrae toda su hondura poética. Del mismo modo, creo que es de auténtico maestro el tránsito, la mutación de carácter que propone en la séptima sonata desde el sublime y profundo lamento del largo al desenfadado descanso que significan los sucesivos menuetto y rondó como es muestra de altísima capacidad y de elegancia máxima para cantar la exposición que hizo Baremboim de la segunda sección, no demasiado rápido y muy cantable de la número 27. He hablado del éxito. Fue enorme. Pero, con muy buen acuerdo- y con independencia de que al parecer se hallaba realmente agotado, al borde de la indisposición, ya en el intermedio- el formidable músico no regaló ninguna obra fuera de programa. Ninguna piececita suelta hubiera tenido sentido tras cuatro demostraciones como las gustadas, de tan amplia construcción conceptual unívoca. Leopoldo HONTAÑON Dr. Feelgood, el riiytiun and blues que nunca muere Madrid. J. M. Costa Bueno, bueno, bueno. Ha finalizado una racha impresionante y los ya clásicos ingleses Dr. Feelgood fueron los encargados de poner el broche final. La racha lo ha sido de rock and roll, poprock, el nombre que se prefiera, pero siempre un mismo tipo de historia y un ambiente más cercano al pub inglés o al club tabernario americano que a las habituales salas de concierto europeas. Comenzaron los Smithereens, los más pop, y continuaron los Blasters para demostrar lo que pueden aportar los californianos al género. Faltaba Dr. Feelgood y consumaron. En realidad, el concierto, tan previsible como tos anteriores del grupo, volvió a ser potente. Lee Brilleaux, el cantante y único miembro original de la banda, apareció vestido con un elegantísimo esmoquin que no le impedía congestionarse cuando se lanzaba en clásicos propios o ajenos como You don t love, She does it right, Back in the night o Roxette. Brilleaux tiene una voz redonda de bluesma inglés, esos personajes que en muchas ocasiones son capaces de recrear el rhythm and blues negro de Chicago (o Nueva Orleans) con mejor estilo, entrega y capacidad que bastantes de sus colegas blancos y estadounidenses. Es una voz viril y un poco aguardentosa, mantenida en dicho estado gracias a los innumerables tragos de güisqui y a las catorce cajetillas de tabaco que debió fumar a lo largo de su actuación. Además, Lee Brilleaux toca la armónica, instrumento que en sus fauces adquiere matices insospechados para quien haya intentado utilizarlo alguna vez. Pero no sólo eso, el hombre sabe también tocar la bottleneck guitar, ésa que utiliza un cuello de botella (o un tubo de metal en su defecto) para presionar las cuerdas entre los trastes. Guitarra preciosa, por otro lado, de aquellas semiacústicas que marcaban los comienzos en la electrificación del instrumento. Pero ya que estamos con guitarras, parece justo hablar del nuevo solista del grupo, el llamado Gordon Russell. El guitarra fundador de Dr. Feelgood era Wilko Johnson, una especie de ametralladora que en cada solo fusilaba fieramente a la audiencia con el mástil de su instrumento. Ninguno de los que ocuparon luego su puesto le llegaría a las suelas de los zapatos. No así el joven Gordon, un músico que recuerda, con cierta intensidad, las maneras del primer Eric Clapton, cuando éste andaba haciendo un tipo de trabajo semejante a bordo de Lors Yardbirds o los Bluesbreakers de John Mayad, allá en los felices sesenta. Como podía sospecharse, la gente acabó encantada y ellos, tras varias repeticiones llegaron a su climax con la obligada versión del Johnny B. Good, el superclásico por antonomasia. En suma, otro fantástico concierto de la menos pretenciosa de las músicas. En otro orden de cosas, mencionar que ésta era la última actuación que va a acoger la Sala Universal mientras se realizan algunas obras para aplacar las quejas vecinales. Se supone que dentro de un mes y medio podrá haber reanudado sus actividades. Ojalá y podamos escuchar música en vivo sin incordiar al prójimo. Los empresarios teatrales se asocian para defenderse de la Administración Madrid Empresarios de toda España han constituido la Asociación Española de Empresarios de Locales de Teatro, según manifestó a Ep Jaime Fraga, uno de los firmantes del acta de constitución, junto con Mariano Torralba Mateos y Joaquín Iborra Muñoz. Jaime Fraga, que fue empresario de los teatros Alcázar y Beatriz, de Madrid, y actualmente lo es de la mayor parte de los teatros de Galicia, manifestó que la asociación se propone la supervivencia, frente a la acción de la Administración, que está abriendo teatros municipales por toda España y discriminando a la empresa privada (BULE AR) MEJOR PtUCl LA ESPAXOU 1986: ¿ambla Directores Cine Español. MEJOR PEflCtU ESPAÑOLA 1986: SmlJordi. USE y Micos Barcelona. una de las oirás mayores de la historia del cine español. EL PAÍS (í F. Sanios) sabiduría sin alardes. 016 IM. Marinero! maravillosa película. (V. Sanctus) la mejor película de F. Fernán Gómez. ABC (P. Crespo EL VIAJE ANINGUNA PAR pr o O tS ingaa por FERNANDO ERN A -GQMEZ

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