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ABC MADRID 03-02-1987 página 76
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ABC MADRID 03-02-1987 página 76

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, pág, 76 1 TRIBUNA ABIERTA MARTES 3- 2- 87.1 N la noche del lunes 19 de enero m o r í a Gerald Brenan en Alhaurm el Grande, provincia de Málaga. Al día siguiente, 20, toda la Prensa española, daba en primera plana la noticia y recogía mil comentarios de la crema de nuestra intelectualidad ensalzando al ilustre nonagenario y gran escritor e hispanista inglés The Times, én cambio, no dijo nada hasta el 21, cuando en página interior publicó una necrologia con más datos concretos que retórica. Acaf ó resulte instructivo aclarar las razones de esta disparidad entre Inglaterra y España en la valoración del personaje. Ciertamente no es la primera vez que por vanidad o provincianismo en un país se piensa: Tal extranjero que con tanto ahínco se ocupa de nuestra cultura debe de tener gran predicamento en su patria. Los franceses estaban convencidos de que Charles Morgan era una lumbrera de las letras inglesas y los ingleses creían que André Maurois imperaba en los medios intelectuales parisienses tanto como Paul Valéry. Pero en el caso de Brenan el malentendido parece más sutil y profundo. Sus compatriotas lo ven- cuando lo v e n cómo un mero comparsa del grupo de Bloomsbury, capilla muy activa entre 1907 y 1930 y de cuyos santones el español culto de hoy sólo recordaría a Lytton Strachey, Virginia Wolf, Keynes y E. M. Forster. Otros autores de más nombradía, como Aldous Huxley o lord Bertrand Russell, nunca encajaron del todo en el cenáculo, que les producía claustrofobia con su perpetuo cotilleo hacia adentro y bombos mutuos hacia afuera (algo así como nuestra generación del 98 pero con anemia) Hoy en día la reputación del grupo de Bloomsbury anda de capa caída; se acusa a sus miembros de discutir mucho de literatura y escribir poco, hablar mucho del amor y hacerlo con desmayo (aunque, eso sí, con todas las combinaciones heterosexuales, homosexuales y bisexuales imaginables) predicar mucha ideología y comprometerse poco en la política. Total, que no se mojaban. E CARTAS SORPRENDENTES DE BRENAN Y en España se ve a Brenan como brillante estrella de la progresía cosmopolita, profundo conocedor del alma hispana e insobornable testigo de nuestros avatares del siglo XX. Pues bien, ninguna de las dos visiones, ni la inglesa ni la española, resiste a la lectura de las cartas entre Brenan y Ralph Partridge, que acaban de ser publicadas. Brenan no se refleja en ellas como estrella ni como satélite: PELETERÍA REBAJAS FIN DE TEMPORADA Príncipe, 16. Telf. 522 92 97 y 522 93 21 Gran surtido, precios de fábrica. Restauración de alfombras MORÓN ROA SUCESOR. Doctor Castelo, 30 los dos amigos los separó durante cuatro años. Sé que en cierto Por TAIMARON modo, como escritor, mis debilidades y limies un cometa con luz propia- tenue pero in- taciones son mi fuerza escribía Brenan. en 1954. Añadía que eso lo salvaba del orgullo trigante- y trayectoria errática. El epistolario es un retrato fascinante de la prepotente que quita humanidad a los escritoamistad entre dos hombres que se conocie- res demasiado inteligentes. Y es cierto que ron luchando en la guerra del 14 y no dejaron en algunas de estas cartas nuestro héroe pade escribirse hasta la muerte de uno de ellos, rece poco inteligente, o al menos demasiado en 1960. El recopilador, Xan Fielding, se ha crédulo. Acepta, por ejemplo, al pie de la levisto obligado por razones de espacio a ex- tra la afirmación en 1955 de un amigo espacluir muchas de las quinientas cartas de Bre- ñol según el cual él puritanismo de la Iglesia nan y ciento veintisiete de Partridge que ha- había conseguido que se estuviesen reeditanbían sido conservadas, pero lo ha hecho con do, censurados, todos los viejos clásicos. tiento, y sus discretas apostillas consiguen Otras veces mezcla ingenuidad con oportuque el texto fluya como una narración. El re- nismo, como en marzo de 1936, cuando eslato cuenta, pues, con detalle y hondura la cribe que espera conocer pronto a Largo Cavida pública y privada, ¡ntelectualy sentimen- ballero, el futuro Lenin español y que es tal de cada uno de los corresponsales duran- bueno halagar a quien puede cortarle a uno te casi medio siglo, y también, claro está, la la cabeza. España es mi país, con revolución común a ambos, es decir su relación de o sin ella, y si se vuelve roja yo tendré que amistad. Amistad no exenta de altibajos: intentar cambiar también de color En cierta hubo dos rupturas, una cuando Brenan tuvo ocasión cae en una intriga tan sórdida como amores con la mujer de Partridge (la famosa infantil: en 1930 era amante de una aldeana Carrington, eterna admiradora platónica de alpujarreña de quince años, Juliana, pero, Lytton Strachey, que se suicidó a la muerte convenció a otro lugareño para que la sedujede éste) y otra por discrepancias políticas se en su ausencia y así él, Brenan, quedase durante la segunda guerra mundial. Pero sus a salvo de que algún día la familia de la muafinidades pesaban más que sus desavenen- chacha le pudiese exigir dinero o el reconocicias ocasionales. Habían nacido el mismo miento de algún hijo que tuviese. No obstante año y, pese a su precoz rebeldía contra los lo cual terminó adoptando a una hija de Juliavalores conservadores de sus respectivas fa- na... Quizá por cosas así sir Raymond Carr milias, ambos fueron voluntarios a la primera comenta al reseñar este libro que cartas tan guerra mundial (Brenan, herido en Ypres, vol- íntimas han de resultar embarazosas a vevió al frente, ganó la Military Cross y la Croix ces de Guerre y terminó de capitán; Partridge En todo caso, Gerald Brenan surge en también ganó la M. C. y la Croce di Guerra, y ellas como un hombre de carne y hueso basllegó a comandante a los veintitrés años) Los tante más interesante que sus dos estereotidos eran mujeriegos y, en el fondo, unos pos al uso, el inglés y el español. Ni un epíaventureros románticos. Poco acordes, ya se gono decadente de Bloomsbury ni un paladín ve, con el talante y el elenco de Bloomsbury. del progresismo español, sino un excéntrico Su ideario, en cambio, sí coincide con el de Otro inglés excéntrico. sus amigos londinenses. Agnóstico, de un Pero dejémosle a él la última palabra. En vago izquierdismo y apasionados por los refi- 1956 envió a Partridge el siguiente texto, menamientos formales en las letras y las artes, dio en serio medio en broma, para su propio ningún obstáculo intelectual los separaba de epitafio: Rezad por las obras sin escribir de Bloomsbury. Sin embargo, y a juzgar por las G. B. nacido en 18... y muerto en 19... Silencartas, ninguno de los dos parece del todo in- ciosamente, en secreto, su deseo de morir tegrado en aquella vasta tertulia permanente. creció y creció. La vida aún parecía casi herBrenan menos aún, puesto que vivió casi mosa cuando el hielo se rompió y él se huntoda su vida en Andalucía. Allí le llegaban dió. cartas y visitas de doctos personajes, pero él Seguro que nadie en Andalucía ha pensaparecía preferir los revolcones con las mozas do en cumplir este deseo. Y eso que él, del pueblo. La botánica y la ornitología- -afi- siempre práctico, aclaraba: Nada de márciones típicas de la clase alta inglesa, pero mol, por favor. Sólo piedra caliza del lugar. insólitas entre intelectuales- aparecen con frecuencia en estas cartas. Como también la política, pero en tono más peleón que lucubrante. Brenan describe con mucha gracia sü ayuda a la duquesa de Athóll en su campaña PARA CUALQUIER CLASE DE PRODUCTOS. electoral de 1938. La duquesa era muy conINDUSTRIALES, MINERALES. QLHMICO- FARMACEUTtCOS. AGRÍCOLAS. ALIMENTICIOS. ETC. servadora, pero también muy antifranquista, y Brenan se paseó con ella por aldeas y camJfOYAL J 1 HIUMPH pos de Escocia predicando el evangelio frentepopulista español a un electorado recalci- C FLORES, 5- T 241 01 34- 06001- BARCELONA trante la duquesa perdió el escaño. Mientras tanto, Partridge, el héroe de la guerra anterior, se había vuelto pacifista, pero pacifista SE VENDEN ACCIONES de verdad, de los que no toleran discrepanDE COMPAÑÍA cias. Cuando estalló la segunda guerra mundial y Brenan (que escribía me muero de DE SEGUROS GENERALES ganas de volver al Ejército en cuanto veo un Información uniforme cosa imposible por su edad) se Apartado de Correos n. 61186. Madrid alistó en la defensa antiaérea, la bronca entre MEZCLADORAS

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