ABC MADRID 03-02-1987 página 47

MARTES 3- 2- 87 CULTURA A B C 47 Enki Bilal, un maestro del color, gran premio del Festival de Angulema Hugo Pratt y Milo Manara, galardonados por Verano indio Madrid. Ana Salado Dibujante eslavo pero formado en Francia, Enki Bilal ha sido en la edición de este año la estrella del Festival de Comics de Angulema, que le ha concedido su premio especial, el que distingue una carrera profesional dedicada a la historieta. El prestigio y la calidad de las obras del aún joven Bilal, internacionalmente reconocidos, evitará seguramente este año las ya tradicionales críticas que el festival soporta de los profesionales no franceses Colaborador primero de la revista Pilote en la que se da a conocer en los años setenta, y más tarde de Metal Hurlant Bilal alcanza pronto la popularidad entre el público francés y europeo. Son los años en que la historieta rompe sus propíos esquemas y busca nuevos horizontes tanto en sus contenidos como en su expresión gráfica, y el temperamento de Bilal es el más adecuado al momento. Dibujante observador de la realidad cotidiana, posee a la vez un gran sentido de la fantasía y ello le lleva a ilustrar unas veces relatos de carácter histórico o social, y otras de ciencia ficción y fantásticos. Su guionista más asiduo es el prestigioso Pierre Christin. Con él trabaja en Leyendas de hoy una serie de historietas realizadas al principio de su carrera, en las que aún está buscando un perfeccionamiento de la línea y de su estilo en blanco y negro. Más tarde va centrando sus esfuerzos en el dominio del color y finalmente ha sido su magnífica forma de colorear la que le ha merecido los mejores elogios y la mayor cantidad de seguidores. Sus páginas, siempre perfectamente entonadas alrededor de un único color y eficaz y hermosamente realzadas con el blanco, se han convertido en modelo para muchos dibujantes a los que, como a los lectores, importa mucho menos el que Bilal siga teniendo dificultades con los rostros- -los mismos e inalterables rostros de siempre- y su expresividad. Obras como La ciudad que nunca existió a medio camino entre la fantasía y la parábola social, como Las falanges del Orden Negro -con la guerra española como telón de fondo- como Partida de caza que narra una historia de política sucia entre dirigentes de la Europa del Este, realizadas todas ellas sobre guiones de Christin, componen lo que podríamos llamar la parte realista de su obra. Sin embargo, y como no podía ser menos en un autor que vive la explosión de fantasía y libertad cuyos detonadores son las historietas de Moebius y Druillet, también Enki Bilal vuela al espacio y al futuro y crea robots, naves espaciales, diseños de vestuario para sus hombres del siglo XXI e incluso dioses. Exterminador 17 Recuerdos del espacio exterior o La feria de los inmortales son algunos títulos representativos de esta faceta suya que le ha llevado a ilustrar, igualmente, numerosos libros de ciencia ficción. En suma, Angulema ha premiado este año a un autor de gran solidez gráfica y narrativa Un insólito Freud, visto por Bilal y maestro del color. También ha premiado, como mejor historieta extranjera, el Verano indio de Hugo Pratt y Milo Manara. Con toda seguridad, esta elección resultará bastante más polémica porque, a pesar de ser Hugo Pratt un maravilloso guionista y Milo Manara un excelente dibujante, no es menos cierto que en los últimos meses se han realizado historietas, fuera de Francia, que aventajan en contenido y calidad a este, cuando menos insulso, álbum. Pedro Crespo, Caballero de las Artes y las Letras en París París. Juan Pedro Quiñonero Como informamos hace unos días, Jerome Clement, director general del Centro Nacional Francés de la Cinematografía (CNC) ha impuesto a Pedro Crespo, escritor, periodista, crítico cinematográfico de ABC, las insignias de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, para destacar y condecorar un trabajo crítico nacional e internacional. Clement confirió al acto una doble dimensión personal y nacional, para condecorar, al mismo tempo, a España, y se refirió a la múltiple personalidad intelectual de Crespo, insistiendo, en particular, en su apasionamiento por el cine y su consagración temprana al seguimiento cotidiano de las evoluciones de la cultura francesa y universal de nuestro tiempo. Pedro Crespo, emocionado, respondió con una breve alocución en francés, reconstruyendo los fundamentos de su propia evolución intelectual, sus relaciones con la cultura francesa, su revelación de Pan s y su diálogo permanente con la cinematografía francesa. Diálogo feliz, en esta ocasión, que el Ministerio francés de la Cultura, a través del CNC, ha considerado oportuno subrayar y alentar con la imposición de esta condecoración a nuestro compañero (y sin embargo amigo) Pedro Crespo. Murió Alistair McLean: un mago de laacción y el heroísmo en elcine y. la literatura bélica Londres. Alfonso Barra El escritor británico Alistair McLean murió ayer a los sesenta y cuatro años de edad en un hospital de Alemania occidental a causa de un fallo cardíaco. El popular novelista, uno de los de mayor difusión y renombre en su género, había nacido en Daviot, Escocia. Hace tres semanas sufrió un ataque al corazón cuando visitaba a un amigo en Munich. Muchas de sus obras inspiraron filmes que establecieron también marcas extraordinarias de taquilla. En esa relación pueden ser citados Los cañones de Navarone, Estación polar Zebra, Bear island y El desafio de las águilas. En su primera novela, HMS Ulysses, publicada en 1955, relataba sus experiencias en la Armada británica durante la guerra. Muy pronto encabezó todas las listas de libros más vendidos. Era hijo de un pastor presbiteriano. Cursó estudios universitarios en Glasgow y. después enseñó inglés con la firme decisión de abrirse en el futuro un camino en la literatura. Al hacer aquella primera incursión en el mundo de los libros, era profesor de enseñanza media; en sus obras explotaba sus conocimientos de la Marina, en la que sólo había servido como un marinero más. Escritor que valoraba sobre todas las cosas el interés de los relatos, hizo gala de un estilo directo y descarnado, que se caracterizaba por la tensión argumental, basada en una acción trepidante, en la que se conjugaban el peligro, el sentido del deber, el heroísmo y la cobardía. Sus relatos son un ejemplo de agilidad, y en ellos no hay lugar para la retórica. Su segundo gran éxito de ventas fue el libro Los cañones de Navarone cuya versión cinematográfica, protagonizada por Gregory Peck y Anthony Quinn, muy pronto logró un enorme éxito. A la vista de su popularidad cinematográfica, comenzó a escribir primero los guiones de cine y luego, basándose en ellos, las novelas. Su obra incluye cerca de treinta títulos. MacLean fue siempre un hombre modesto a la hora de valorar su triunfo. Guardaba sus comentarios hirientes sólo para aquellos escritores que alcanzaban la notoriedad explotando en sus obras el sexo, el sadismo o la artificialidad. Tantos beneficios económicos lograría con los derechos de autor, que decidió convertirse en un exiliado fiscal para ponerse a salvo de la voracidad del fisco. Por ello, trasladó su residencia a Suiza.