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ABC MADRID 24-01-1987 página 52
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ABC MADRID 24-01-1987 página 52

  • EdiciónABC, MADRID
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XH ABC ABCÚTcraHo 24 enero- 1987 -Pensamiento y Ciencias SocialesA oferta editorial en castellano no es precisamente escasa en manuales P. Legrenzi generales e introductorios de historia de la Psicología. Por no mencionar sino unos pocos de especial relieve, recordemos que los ya clásicos de Brett, Boring, Heidbreder, Marx y Hillix, Murphy y Wolman vienen utilizándose en nuestro país desde hace ya no pocos arios como textos universitarios. Más recientemente, los de Leahey, Robinson y Sahakian han venido a sumarse a la lista. En cuanto a la producción estrictamente española, bastará traer a la memoria los de Pinfltos, Carpintero y Caparros para advertir que se trata de un género también cultivado con éxito entre nosotros. L Una historia interior el detalle al que desciende M. Sambin en el dedicado a la psicología de la Gestalt con el y otros autores. Historia de ¡a Psicología. Editorial Herder. descarnado esquema Barcelona, 1986. 304 págs. 1.800 ptas. en que L. Meccacci vista de la historia interna Este propósito y convierte el suyo sobre Ja psicología soviétiadopción de perspectivas iniciales imponen ca. Especialmente excelentes, por difíciles y unos límites indudables de óptica, de exten- bien resueltos, me parecen los redactados sión y profundidad al tratamiento de los te- por R. Luccio sobre los orígenes de la Psicomas, pero no se ve bien como podría esca- logía y la psicología cognitivista. En todos se parse a éstas o a parecidas limitaciones con advierte, sin embargo, un parejo esfuerzo de concisión y claridad que hacen de éste un libro sumamente legible. A ello contribuye en no escasa medida la versión castellana de Joan Uopis. y esto debe subrayarse en un país donde ios libros de Psicología suelen exigir un profundo conocimiento del idioma original para poder aspirar a entender a medias sus traducciones. Dentro, pues, de los límites que ella misma se ha trazado, V obra de Legrenzi- y otrosa posee méritos sobrados para ser recomendada con calor. Y no es el menor de ellos la inclusión de una bibliografía comentada para profundizar en los temas que el libro trata Abunda en ella la referencia a autores y traducciones italianos. Pero esto, que por fuerza ha de resultar útilísimo al lector italiano- y que de paso podría servir de ejemplo a los psicólogos de nuestro país, siempre más amigos de citar lo foráneo que lo nativo- al lector español apenas le sirve de nada. Porque ¿de qué puede servirle conocer los datos de obras y traducciones a los que no tiene prácticamente acceso alguno? Por el contrario, se silencian en la mayor parte de los casos las traducciones españolas de esas mismas obras. ¿A qué mencionar, por ejemplo, la versión italiana del De Anima, de Aristóteles, como si no hubiera una española en la editorial Gredos? ¿No está Skihner traducido en su práctica totalidad en Fontanella? Y eso que a veces el silencio hubiera sido preferible a las indicaciones orientativas que se ofrecen al lector español; por ejemplo, la de que la Cognitive Psychology, de Neisser, se encuentra traducida en Marova como Procesos cognitivos y realidad, una traducción que en realidad corresponde a otro libro de Neisser. Y ¿cómo admitir que todavía se dé como traducción española de la clásica Historia de Boring la anunciadísima pero inexistente de Paidós, en lugar de la publicada- ésta s í por Trillas? En estas circunstancias, la reciente aparición en la editorial Hender de la Historia de la Psicología de Legrerazi y otros debe obligarnos, ante todo, a cuestionar su sentido. ¿Qué justifica, en efecto, la traducción y publicación de otra historia de 4 a- Psicología? ¿Qué novedades aporta ésta a) abigarrado panorama ya existente? Señalaré para empezar un rasgo que seguramente ha de llamar de inmediato la atención, y es la nacionalidad de sus autores. No proliferan en España, que digamos, las traducciones de obras italianas de historia de la Psicología. Y es una lástima, porque en Italia se está llevando a cabo actualmente tina importante labor de investigación histéricopsicológica que es, sin embargo, prácticamente desconocida entre nosotros. El intento de acercarnos algunos de estos esfuerzos historiográficos debe ser, pues, saludado con alborozo. No cabe duda de que la incorporación de esfuerzos de este tipo podrá contribuir a mitigar, también en nuestro país, ese angiocentrismo que ha venido dominando en la historiografía psicológica y que con razón denuncia Luccio en tino de los capítulos de la obra que comentamos. Un segundo rasgo que merece destacarse es el de su fecha: 1982 en la edición italiana; que yo sepa, por lo tanto, te más reciente historia general de la Psicología de que se dispone en español. Claro es que esto no la convierte en mejor ni peor que otros manuales de parecida índole, pero conviene reparar en las posibilidades que le confiere. Por lo pronto, las de contener una bibliografía actualizada y ocuparse de acontecimientos que nos son bien próximos. Le permite, por ejemplo, diagnosticar lo que podríamos llamar la agonía del cognitivismo cuando a lo más que se había llegado entre nosotros era a consignar su triunfo (aunque en este caso se tiene la sospecha de que, más que ante una noticia de última hora, estamos ante un exceso de celo exterminador por parte del cronista, y acaso haya que decir de ella- como tuvo que decir Mark Twain de la de su propia muerte- que parece, cuando menos, algo exagerada) La Historia de Legrenzi y otros ¿por qué se excluye a los otros de la portada del libro, dando así la falsa impresión de una obra de rf itor único? está planteada como una intro ¡ón para no iniciados desde el punto de un manual de este tipo. Es verdad que en él faltan cosas, pero también lo es que las que están no podían faltar. El libro se presenta, por otra parte, con una cierta intención crítica, de problematización de la tarea a realizar, y con un decidido afán de renovación historiográfica, que son de agradecer. Pero también se observa una considerable distancia, un En fin, para qué seguir; los ejemplos podesnivel incluso, entre las pretensiones innovadoras del prólogo y! a estructura, bastante drían multiplicarse indefinidamente. Es claro convencional, del resto. Lo que se nos propo- que la editorial española no ha sabido estar ne, en definitiva, es una exposición por es- aquí a la altura de la italiana. La revisión- por llamarla de alguna manera- -que se ha cuelas (o nudos teóricos como aquí se los llama: estructuralismo, funcionalismo, psicoa- hecho de la bibliografía de esta Historia resulnálisis, conductismo... esto es, algo que po- ta escandalosamente descuidada e insuficiensee ya ejemplos sumamente ilustres en la te y revela un penoso desconocimiento de las historiografía psicológica tradicional (pién- posibilidades con que cuenta hoy ya la bibliosese en Heidbreder, pongo por caso, o en grafía psicológica en español. Y es que, en Woodworth) y que es precisamente lo que en muchos casos, preparar la versión de un libro un pasado reciente parecía necesario supe- en nuestro idioma exige algo más que tradurar, dada la dificultad de engastar en ellas la cirlo. Las editoriales españolas de Psicología amplia variedad actual- y no tan actual- de harían bien en asegurarse un asesoramiento- riguroso que impida cometer traiciones tan orientaciones psicológicas. patentes como ésta contra el espíritu del oriComo en toda obra colectiva, se aprecia en ginal. No es, me parece, demasiado pedir. ésta alguna desigualdad en el desarrollo de los distintos capítulos. Contrasta, por ejemplo, Enrique LAFUENTE NIÑO

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