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ABC MADRID 23-01-1987 página 16
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ABC MADRID 23-01-1987 página 16

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C OPINIÓN Señor presidente ZIGZAG VIERNES 23- 1- 87 EL BOCADILLO DE LA OBRERA ICE el político del PDP Javier Rupérez que el Gobierno está hurtando al Parlamento los asuntos básicos de la política nacional, y tiene razón, pero esos asuntos duros, directos, encarnados y lacerantes en la v i d a de la gente están ahf, turno a turno, en el horario de nuestra vida ciudadana. En el barrio populoso y gris donde permanezco h o r a s la obrera, hacia las diez y media, sale a tomar el bocadillo. En la barra del bar, mirándola, con su larga lucidez ator- mentada, están Zola, Dicénta, Gorki y unos cuantos más. Si esta gente de pluma y de revolución intentara contar ahora las angustias de la joven que toma el pobre bocadillo con fruición y esperanza, no les harían caso. La modernidad que enmarca la voluntad de los pueblos y las sociedades modernas es una retórica que no parece haber llegado aquí. Está muy lejos de este mostrador, de este café, estas manos jóvenes ya encallecidas, de esta grisura que descuenta un poco cada día de la cuenta del penoso vivir. Entramos en el ochenta y siete con la misma angustia que teníamos af salir del año anterior. Viene en los periódicos que ha aumentado la población reclusa. Viene en las estadísticas que han aumentado los delitos. Ojo, hablamos de una delincuencia de estadísticas, hechas a partir de las detenciones. Pero hay otra delincuencia que ¡como esa nueva economía de la derrota, está sumergida. Es la delincuencia que no se ve en los partes de Televisión Española ni en los números manipulados de las estadísticas oficiales. Son los numerosos delitos que no se denuncian, que suceden todos los días, que están a contrapté de la paz y de la convivencia y que se ocultan, que no se dicen, porque avergüenzan al ciudadano por la expresión simbólica del drama social en que vivimos. Este drama de la escasez y la injusticia produce una delincuencia que se arropa en la misma situación de desamparo. Se pide de rodillas en la calle porque se está en paro. Miles de jóvenes entran en los mercados a vender pequeñas bolsas, a asaltar a las amas de casa con imperiosas peticiones de dinero para comer. Eso está ahí. Si alguien hiciese la crónica minuciosa, múrtipfe, del pequeño suceso desamparado por la información, hablaría en el vacío porque nadie le haría caso. Ahora mismo los políticos, en general, al enfrentarse con la exigencia electoral de las autonómicas y municipales, sueñan con arropar su mensaje en el aura del populismo. El populismo es el folclore de nuestros políticos. Se trata de hablar del pueblo sin estar en el pueblo. El populismo es el signo político en la calle, mientras en el Parlamento es el planteamiento oficioso de los problemas, como si detrás de ellos no hubiese ciudadanos con rostro, familias desesperadas, profesionales agobiados, pueblos y colectividades que parecen hundirse cada día más en la miseria. Come la obrera su bocadillo mientras avanza la mañana su porfía de puños y andamiaje. Está entregada la obrera a la indomable voluntad armada del trabajo. Golpea el mediodía cercano una sinfonía de mediocridad. Perder el trabajo, ver cómo se acercan los meses definitivos de la subvenciones del paro, estar abocados a terminar en los pasillos de espera de una Seguridad Social sin recursos e inmisericorde, pensar que los hijos van a vivir en una desconvivencia ciudadana cercada cada día más por la delincuencia, ver cómo la ter cera edad se aisla y desespera y se margina porque los planes del Estado dan ya por finiquitado su contrato humano que les ha hecho vivir en sus profesiones para los demás. Es una desolación. Sigue la obrera comiendo el bocadillo. La armonía de la larga fatiga del turno se apacigua en esta pequeña taberna donde se hace una tregua para empezar de nuevo. Mientras el Parlamento no abra sus puertas a la calle, mientras las palabras que se entrecruzan los políticdS no se deriven de una demanda y de un entendimiento de lo que está pasando, seremos como esos pájaros que a cientos de miles se levantan en la alameda tunecina, revolotean sin sentido, y vuelven otra vez a posarse en los árboles buscando sustento. España, ¿puede entrar en la modernidad con una política de retórica? Mauro MUÑIZ encuestadores y algunas publicaciones manipularon, al servicio Las noches de Madrid cuentan de diversas fuerzas políticas, los con unas extrañas naves que sondeos anteriores al referénsurcan sus calles de forma anár- dum español sobre la OTAN. quica, sin respetar regla alguna, Hay dos condiciones esenciales y deteniéndose, de pronto, en para que el sistema democrático los lugares más insospechados. pueda funcionar sin ser corromSon camionetas de todas las pido, como recordaba Walter Lipmarcas, formas y colores que man. La primera es la no intersólo tienen algo en común: unos vención directa ni indirecta del viejos somieres de cama que for- poder o de los partidos en la man una especie de jaula. En su Prensa, la radio y la televisión. peregrinar por las calles, se paLa segunda es la no manipularan ante oficinas, tiendas de electrodomésticos y, en general, ción por los diversos poderes políticos del arma deformante de cualquier basurero sospechoso de contener papel o cartón. las encuestas. Mientras dudosos De los vehículos descienden jó- asuntos no sean objeto de una venes dotados de una agilidad legislación enteramente distinta y pasmosa para hurgar en los con- nueva, no existirá en España un tenedores, esparciendo por el sistema democrático digno de suelo todo aquello que no les sir- este nombre. ve. Sin el menor pudor, entorpeIPC, fracaso cen el tráfico, bloquean calles, no respetan señales e incluso Volvemos a recordar uno de llegan a enfrentarse abiertamen- los datos cruciales de la salud te ante algún apetitoso botín si de nuestro país: el diferencial de da la casualidad de que coinci- inflación que nos separa de den ante la presa dos de estos nuestros competidores europeos sandokanes de papel. Bueno se- y americanos. Ayer el Gobierno ría que la Policía destinase a al- hizo público el índice de Precios gunos funcionarios a controlar a al Consumo (IPC) del año que esta nueva raza de papirógrafos acaba de terminar: 8,3 por 100 que incumplen cada noche las en términos oficiales. Pero aun leyes de la ciudad dormida. dando éstos por enteramente fiables, es muy grande la distancia que nos separa de nuestros rivaEncuestas les. Francia, 2,1 por 100; Italia, Ginés Garrido, uno de los re- 4,6 por 100; Gran Bretaña, 3, 5 presentantes de las empresas por 100; otras naciones, como españolas en el seminario sobre Alemania Federal, Holanda y demoscopia que se ha reunido Bélgica, se situarán en los alreen Estrasburgo, empezaba su dedores del 0 por 100, mientras ponencia con una advertencia Estados Unidos permanece en el sombría: Nunca como ahora 3,5 por 100. Nuestros Gobiernos han quedado descalificadas las suelen tener respuesta para todo encuestas preelectorales. Serán y aún habrá alguien capaz de fenecesarios años de trabajo impe- licitarse en esta ocasión con alcable y favorables condiciones gún peregrino argumento. Pero electorales para que la actividad la comparación de nuestros preprofesional de los investigadores cios córelos de nuestros vecinos de opinión pública recobren la revelan nuestra condición de imagen y el respeto que han per- país económicamente enfermo. dido en España. Se refería el Con un diferencial como éste autor de la ponencia al desdicha- año tras año, no existe modo de do festival de cifras con que los esquivar una nueva devaluación. Piratas de papel trofeo Edición especial Concurso sorteo en enero CUMPLIMOS 200 NÚMEROS 1.000 CARTUCHOS DE PREMIO Encuesta LA CAZA ANTE EL ANO 2000 ADQUIERA ESTE NUMERO EN QUIOSCOS Y LIBRERÍAS. 350 PTAS.

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