ABC MADRID 19-01-1987 página 11

-LUNES 19- 1- 87- OPINION -ABC, pág. 11 E ha iniciado en la localidad de Hackensack, Estado de Nueva Jersey, el primer juicio que se celebra en los Estados Unidos para decidir a quién pertenece la custodia de un niño nacido de una madre de alquiler. Esta, Mary Beth Whitehead, quiere quedarse con su hijo tras haber aceptado ser inseminada artificialmente de un bioquímico de cuarenta años, William Stern, y recibir diez mil d ó l a r e s (1.350.000 pesetas) a la ent r e g a del bebé nada más producirse su alumbramiento. La esposa de Stern habría corrido graves riesgos en el embarazo, y esta fue la causa que empujó al matrim o n i o a a d o p t a r esa fórmula. Mary Beth Whitehead y su esposo, de profesión barrendero, padres de dos hijos, asistieron a la propuesta que se les hacía y mantuvieron cordiales relaciones con los Stern durante la gestación. Tras el parto, Whitehead entregó al bebé. Pero poco tiempo después no pudo soportar la ausencia de la criatura y se presentó en el domicilio de los Stern para pedirles la devolución del niño, con quien escapó al Estado de Florida. Fue localizada y obligada por un juez a devolverlo. Al margen de la decisión que adopten los Tribunales americanos, nuestra posición es clara al respecto: esos contratos son amorales a raíz y equivalen a una forma inaceptable de envilecimiento y explotación económica de la llamada madre biológica. Representan un grado inadmisible de desvirtuación de la maternidad, pues destruyen, por vía mercantil, principios fundamentales del orden natural. No sólo rebajan a la madre a la condición de mera máquina reproductora, sino que hacen de un niño objeto y materia de transacción, además de poner en cuestión las mismas bases del contrato matrimonial del individuo que aporta el esperma, como es el caso del William Stern. En última instancia, se trata de la abusiva extrapolación de la zooténica a la reproducción humana. El bajo status social de las madres de alquiler es un dato decisivo sobre las despreciables dimensiones que envuelven al asunto. Los matrimonios sin posi- S MADRES DE ALQUILER bilidad de engendrar hijos tiene abiertas las vías de la adopción, modo absolutamente legítimo de remediar las carencias filiales. Las madres de alquiler son un invento siniestro- -quinientos casos se han registrado en los Estados Unidos en los últimos diez años- que hablan mal de las sociedades libres. La reacción última de esa madre de Nueva Jersey al reclamar a su hijo significa el restablecimiento del orden vital pervertido. La procreación humana nada tiene que ver ni con las granjas ni con los laboratorios. Los derechos del padre son aquí, a todas luces, secundarios ante los de la madre. L CUMBRE ISLÁMICA irano- iraquí constituye un doble escándalo y una doble y trágica contradicción, puesto que en ella se desangran dos naciones que forman parte de la OPEP como grandes productores de petróleo y que, al propio tiempo, son de confesión islámica, por lo que sus representantes se sentarán juntos en el gran encuentro de los Estados musulmanes de Kuwait. Ahora bien, esta comparecencia conjunta de las representaciones de Irak y de Irán, aunque puede darse por segura en la Conferencia de ministros de Asuntos Exteriores de los 46 Estados musulmanes miembros de la Organización, se entiende de la misma manera que no se producirá en el encuentro posterior a partir del día 26, cuando comience la cumbre islámica propiamente dicha con la comparecencia prevista de los respectivos Jefes de Estado. El imán Jomeini, cuyo estado de salud se encuentra, al parecer, en niveles críticos- -lo que implica, a su vez niveles también críticos para la estabilidad del régimen revolucionario iraní- nunca se ha movido del Irán desde que tomó el Poder. Pero sí se considera muy probable la presencia en Kuwait del presidente iraquí, Sadam Hussein, interesado, lógicamente, en consolidar por la vía de los contactos personales el apoyo mayoritario que recibe de los países árabes. No es el de la guerra del golfo el único asunto político que estará en el punto de mira de los dirigentes musulmanes reunidos por Kuwait. En la agenda de la cumbre están también el problema de Afganistán con la flexión que intentan ahora los soviéticos, y el proble- ma de Palestina. Pero aunque se aborde también la cuestión palestina de importancia primordial para todos los árabes, sean de confesión islámica o sean de confesión cristiana, el asunto de inmediata y mayor preferencia en la cumbre islámica de Kuwait será el de la guerra del golfo. Este problema, que concierne a todos los árabes de la región, afecta de modo muy inmediato a los kuwaitíes, que tienen los cañones de unos y de otros tronando junto a sus propios campos de petróleo. A inmediata celebración de la quinta cumbre de la Conferencia Islámica en Kuwait parece haber sido la referencia más próxima que el régimen iraní ha tomado para desencadenar las profundas ofensivas de estos últimos días sobre la ciudad de Basora y en el frente norte. El hecho de que Kuwait, cuyo Gobierno ha organizado la Conferencia, sea el Estado árabe más directamente amenazado por la guerra que mantienen desde hace seis años iraníes e iraquíes, confiere a esta cumbre musulmana factores de interés muy especial. Es del todo acertada la observación de que la guerra DERECHO A LA CRITICA N torero retirado Rafael Ortega, Gallito ha presentado demanda civil, pretendidamente en defensa de su honor e imagen, contra Vicente Zabala, crítico taurino de ABC, por un artículo publicado en nuestro periódico hace dos años. Zabala opinaba en ese artículo que Gallito era un torero de quinta fila, osado, resentido y amargado. El abogado del torero reclama al crítico una rectificación pública y además- y sobre todo- quince millones de pesetas. Todo esto explica, sin duda, dos cosas: que hay gentes incapaces de entender lo que es la libertad de crítica en este lado del mundo que llamamos el mundo libre; y que hay, además, malos abogados que aconsejan mal a sus ingenuos clientes. Si un crítico de toros no pudiera describir lo que a su juicio es un torero; si no pudiera considerarse de quinta fila un cierto modo de torear; si un artista que vive del público no pudiera recibir adjetivos calificativos, la crítica desaparecería de los medios de comunicación. Por el ridículo procedimiento que propone el letrado señor Montero y su patrocinado Gallito no se podría escribir que una soprano cantó mal, un pintor ha decaído o. un parlamentario pronuncia discursos torpes. Damos toda nuestra solidaridad al crítico de ABC que un torero retirado y un abogado de ideas confusas han tratado de perseguir. Porque una cosa es que el honor de las personas deba ser preservado de las calumnias y otra que la imagen y el trabajo de quienes viven del público no pueda ser revisado, abiertamente criticado ni sometido a consideración. 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