ABC MADRID 15-01-1987 página 57

JUEVES 15- 1- 87 REPORTAJE A B C 57 eras días en libertad lúe liberará Cuba ya está en Cuba La tarde la ocupó en dar un paseo y aprovechó para graduarse la vista en una óptica. Las gafas que llevaba tenían patillas de otras monturas que, artesanalmente, los compañeros le arreglaron en la cárcel. Y los cristales no servían. Había aumentado la graduación. El 27 fue con toda la familia a comer a una marisquería. Era tarde, pero el dueño abrió la cocina para atender a Eloy en cuanto le reconoció. Pidieron una parrillada de marisco. Ai llegar las dos fuentes enormes, puso una cara de asombro verdaderamente graciosa, dijo: ¿Pero para quién es toda esta comida? ¿Va a venir más gente? Porque esto no lo acabamos en una semana... seguido las sociedades integradas en los dos bloques que hoy dominan el planeta. Tenía mil preguntas que hacer. Había mil respuestas que darle. Ninguna absoluta, nada es blanco o negro hoy día. Pero su avidez en conocer sorprendió a todos; especialmente que estuviera tan aparentemente informado de algunos aspectos de la política internacional. -Los canales de comunicación entre los presos funcionan de manera poco corriente. Son mejores que los de cualquier servicio de inteligencia del mundo, incluso en tiempos de guerra. Cada noticia era motivo de comentarios y difusión inmediata. Dé ahí el notable flujo de noticias que circulaban. Además, los guardias son seres humanos y en ocasiones hablan más de lo que teóricamente les permiten. Y tienen problemas para contar como todo el mundo. Lo cierto es que se equivocó y, muerto de risa, explicaba: Si hoy mismo le dicen a cualquier compañero de presidio que puede comerse los platos de gambas o langosti- ¿Recibíais Prensa? nos que quiera, cada uno acaba con cuarenta. Y no exagero. En- Esporádidamente. De cuando ese momento recordó la comida de en cuando en los últimos años nos las cárceles castristas. daban algunos ejemplares de Gramma Cuando no llegaban o Primeros regalos faltaba algún número comprendíaDespués de salir del restaurante, Elena Patricia haría a su padre e primer regalo recibido de un familiar: una cartera de piel que dejó elegir a la propia dependienta. ¿Quién va a asesorarme mejor? Esa misma tarde Eloy recibió como regalo su primera ropa comprada en España, y lo más importante: sus gafas nuevas. Fue tal la alegría que nada más ponérselas tiró las viejas al aire con satisfacción. ¿No es la única pertenencia que sacaste de la cárcel? le preguntaron. Sí, pero... ¡ah! ya entiendo. ¿Las quieres de recuerdo? No, tú no, Patricia. No quiero que nadie de mi familia tenga nada que me recuerde el presidio. Bien, tómalas, pero no sé para qué te van a servir. El domingo siguiente a su liberación, Eloy y su familia tuvieron la posibilidad de encontrar un momento de verdadero relax mental y escuchar música iberoamericana entre el aturdimiento de varias voces hablando a la vez en conversaciones entrecruzadas. Incluso la curiosidad de Eloy por conocer de forma directa asuntos de política internacional pudo ser satisfecha. Por primera vez se interesó en aspectos comparativos de la evolución que habían Gutiérrez Menoyo ha visto a mucha gente llorar, y hundirse a muchos hombres a los que torturaron salvajemente en las prisiones cubanas en Occidente. Actuaba Bruno D Aquino. Tras las dos primeras canciones, Bruno dedicó su actuación a Eloy, ante la sorpresa del púdría hacerlo algún cantante conocido, pero prefiero que sea alguien que empieza. Especialmente, en su caso, porque yo llevaré muchos años en la cárcel, pero no comprendo que aún no sea famoso en todo el mundo. Bruno D Aquino aceptó encantado. Incluso se pusieron a cantar a los pocos minutos la letra de uno de los poemas, entre el estruendo de la música de fondo discotequera que sonaba. Y llegó el acuerdo para hacerlo. Eloy, posteriormente, volvió a asombrar a todos. Cuando convencidos de que estaría agotado a las tres de la madrugada y el grupo de casi cuarenta personas que se había dado cita para verle pensaba despedirse, me preguntó: ¿Podemos quedarnos un rato más? Y hasta las cinco, rodeado de amigos, Eloy pasó la primera noche relajada de su libertad. Hasta el punto de que durante una hora bailó con su hija Elena Patricia algunos boleros, pasando luego a hacerlo con su novia Isabel, quien nos confesaba que jamás había pisado una discoteca Cabe reseñar aquí que Isabel estuvo diez años en las cárceles de Castro antes de poder marchar a Estados Unidos y haber permanecido tres años más visitando a Eloy en Cuba mientras éste estaba en prisión, en las escasísimas ocasiones en que ese derecho le fue permitido. Una mujer que durante ca- He estado llorando en la cama, abrazado a mi hija, porque precisaba liberarme psíquicamente de la presión interior Durante años me han torturado, golpeado física y moralmente, he sido vejado y jamás derramé una lágrima mos que había algo que nos intentaban ocultar. Y no importa que no fuera así, porque lo cierto es que eso nos ayudaba a levantar la moral, ya que nosotros así los creíamos. blico, que, puesto en pie, le obligó a saludar entre aplausos dos veces consecutivas. Nadie pudo luego prever la reacción de Eloy cuando, tras su actuación, se sentó con el cantante que tanto le había impresionado. -Durante las huelgas de hambre en la cárcel- comentó- me dediqué a musicalizar diversos poemas de compañeros de prisión, especialmente de quien para mí es el mejor poeta de Cuba del siglo veinte: Ernesto Díaz. Lleva más de veinte años en la cárcel injustamente y nadie se explica cómo ha surgido una figura tan importante allí porque no era más que un simple pescador. Me gustaría saber si sería capaz de cantar algunas de las letras de Ernesto con mi música. Ya sé que po- Bailando de madrugada Esa noche, a la una de la madrugada, y viendo relajado a Eloy, nos trasladamos a una sala de fiestas. Allí le esperaban, sorpresivamente, un grupo numeroso de amigos españoles y cubanos, incluidos algunos compañeros que sufrieron prisión en Cuba. Fue un momento emotivo que pasó, no obstante, inadvertido para el gran público. Media hora después, Eloy pudo contemplar su primer espectáculo