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ABC MADRID 10-01-1987 página 68
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ABC MADRID 10-01-1987 página 68

  • EdiciónABC, MADRID
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ESDE que Platón, en el diálogo Cratilo, se dedicó a estudiar el significado de, las palabras, hasta nuestros días, pocas habrán dado más juego a la filosofía que las de hombre, alma, mente, individuo, ser... Tanto, que la antropología moderna nos asegura que el hombre es el único ser que es problema para sí mismo, que sabe trocar su esencia en problema. Problema que muchos hombres se habrán planteado más de una vez y, quizá, pocos habrán dejado de hacerlo: ¿qué es lo que hace al ser humano dueño de una vida mental, llena de emociones y esperanzas? de una vida tan diferente de la de un arbusto, un insecto o un rumiante. Y desde que la interrogante se viene planteando, desde que el hombre comenzara a pensar como ser racional, aparecen dos tipos de progreso: el progreso de la sabiduría y el de las ciencias de los fenómenos. Ambos tienen, a su vez, formas distintas de realización: la del primero supone una evolución con el fondo de una continuidad; a la del segundo conviene mejor la sustitución de unos enigmas por otros. Así, la sabiduría exige una tradición filosófica estable; en su seno la filosofía de la Naturaleza establece científicamente lo que son las cosas que estudia para saber su esencia y su condición existencial. En su evolución, las filosofías medievales, asimilación de las clásicas, fueron reemplazadas por la de Descartes y ésta por la de Kant; luego, Kant por Bergson, Whitehead, Heidegger, Husserl, y tantos otros. A su lado, las ciencias de los fenómenos indagan la naturaleza de los ingredientes que toman parte, los mecanismos que ¡cumplen o las leyes por las que se rigen. En su progreso, el sistema de Ptolomeo fue sustituido por el de Copérnico; el de Einstein sucedió al de Newton; el transistor sustituyó a las válvulas, elradar al oteo y la fibra óptica a los cables convencionales. la teoría, sí para no considerarla verdadera; hubo que esperar a la teoría de la relativiPor Ángel MARTIN- MUNICK) dad de Einstein para de la Real Academia Española que se pudiera explidimensión fundamental de láivida; también, car la mayor parte de las anomalías. Semesobre todo, para acercarlos a los cultivadores jante en el saber esperar puede ser el caso de la sabiduría e intentar achicar las distan- del dualismo, integrador de la inmaterialidad cias, aunque sean tan sólo las del lenguaje. de la mente cartesiana, para el que los aniYa lo puso en guardia Aristóteles, en el li- males no poseen en absoluto inteligencia y bro XI de su Metafísica, al afirmar: La ciencia es la naturaleza la que actúa en ellos según del filósofo es la ciencia del ser en todas sus la disposición de sus órganos; enfrente, su acepciones y no desde un punto de vista par- oponente naturalista que intenta acercarse a ticular. El ser no tiene una significación única, una comprensión del hombre validada científisino que se entiende de muchas maneras; si camente. sólo hay analogía de nombre y no hay en el No basta con que Leibniz y Locke enconfondo un género común, el ser no es del do- trasen poco satisfactoria la posición de Des- minio de uña sola ciencia, pues que no hay cartes y que el primero afirmase que la opientre las diversas clases de seres unidad de nión de los que degradan los animales a pugénero... Desde entonces también, la historia ras máquinas... es contrario al mismo orden de la ciencia y la de la filosofía están llenas de las cosas. La continuación en el ejemplo de dualidades, con ingredientes mejor o peor del antagonismo entre la manera de pensar separados y con criterios de limitación más o dualista y la idea naturalista nos sirve para menos borrosos; entre otras, materia y forma, sacar a relucir un famoso pasaje de- David potencia y acto, materia y espíritu, ser físico y Hume en el que comenta el regusto de algualma, entre y ser, etcétera. Comenzando por nos filósofos al suponer que nos encontramos Platón y Sócrates hasta Descartes, la idea de én todo momento conscientes de nuestro sí, la composición dual del hombre en dos par- a lo que el filósofo escocés argumenta: Cuantes separables y engarzadas- e l cuerpo físi- do entro íntimamente en lo que yo llamo mí co no pensante con una posición en el espa- mismo es porque estoy poseído de alguna cio y el mí mismo pensante sin propiedades percepción particular, calor o frío, luz o somfísicas- para dar lugar a la persona humana bra, dolor o placer, amor u odio. Yo no puedo es familiar a toda una gran serie de pensado- ser consciente de mí mismo en cualquier mores. Al componente incorpóreo los dualistas mento, sin una percepción. Cuando me aislo asignan capacidad y aptitud mentales como de mis percepciones soy insensible a mí misdeseos, sentimientos y percepción del mun- mo. Én la misma línea de pensamiento se do. El antidualismo naturalista sostiene que encuentra la interacción entre los acontecilas funciones mentales no requieren la pre- mientos físicos y los mentales; así, la luz essencia de entidad extrafísica alguna; más timula la retina y tras ello tiene lugar una exbien, la ausencia de componentes inmateria- periencia visual; recíprocamente, los recuerles hace descansar dichas actividades en la dos y los sentimientos desencadenan complejidad estructural del cerebro. procesos fisiológicos. Posiblemente, porque frente a la genuina entidad de una mente En la actualidad se podrá o no seguir com- cartesiana con sus límites bien definidos, ni partiendo las ideas dualistas- ¿qué otra cosa siquiera la primitiva forma aristotélica que si no podía admitirse durante los siglos pasa- toma la materia es susceptible de tales difiPero, sobre todo, la andadura de ambos dos? pero la posibilidad racional de no ha- cultades de apreciación. es, de atrás, muy desigual; el paso más veloz cerlo puede emerger de los avances reciendel progreso de la sabiduría dejó al otro dis- tes en el conocimiento de la estructura y la En todas estas disquisiciones no puede oltante, para luego verse sobrepasado, codear- función del cerebro, el órgano de los siste- vidarse el telón de fondo: los varios millones se y forcejear con él, allá pasado el Renaci- mas adquisidores del saber; al igual que el de años en los que, paso a paso, hubo de miento, y perderlo de vista incluso en la lon- evolucionismo conoció la posibilidad de ser acaecer la evolución de los mecanismos cogtananza de nuestros días. Si en ese forcejeo- sustentado, entre otros, por los datos paleon- noscitivos, mientras se desarrollaba el andar Descartes negó el valor de la teología como tológicos que imponen secuencias temporales erecto y e descenso de la laringe cruzaba el ciencia y Kant el de la metafísica y quedó la a lo largo de los cientos de miles de años Rubicón anatómico que permitió la evolución razón sin rumbo- extraviada y entregada al que lleva el hombre sobre la Tierra. Y al mez- hacia nuestra presente capacidad del habla; empirismo, en expresión de Maritain- bus- clar las imágenes de las dos ideas resulta la a la vez, pensamiento y lenguaje lucharían cando con ansiedad la sabiduría; hoy, los evolución de la red de conexiones en el en- por influirse mutuamente y pudo comenzar la progresos diarios de la ciencia contemplan céfalo durante unos quinientos millones de transmisión de lo aprendido individualmente. demasiado a lo lejos la filosofía de la Natura- años; comienzo que supone ser cinco mil ve- Panorama inspirador, con toda seguridad, de leza, que no hace intentos suficientes para al- ces más antiguo que el Homo sapiens nean- la frase de Konrad Lorenz: La vida misma es canzarlos. Quizá haya que desenmohecer los dertalensis, la forma tenida por más antigua un proceso de adquisición de conocimiento. mismos conceptos fundamentales de antaño de nuestra especie. Ambas ideas son, a su Ya es hora, pues, de preguntarnos: ¿qué al hilo de los avances contemporáneos de la vez, ejemplo de la necesidad de ir conjuntan- hay hoy de ciencia, de biología, detrás de física y de la biología, contrastar la vigencia do hechos científicos de la Naturaleza para todo ello? ¿qué tipos de hipótesis o de isde la terminología y recordar el Proemium de que sean escudriñados sabiamente por los fi- mos resultan mejor apuntalados por las Santo Tomás: Todas las ciencias y artes es- lósofos y, de esta manera, recapitular sobre avanzadillas de la ciencia contemporánea? tán ordenadas a la unidad, a saber, a la per- la validez o las dudas residuales o emergen- Tras el cuarteo de la ciencia en el sigío XVII, fección del hombre. Luego, necesariamente, tes de anteriores hipótesis, elaboradas sobre la visión intelectual de la ciencia experimental una de ellas debe ser la rectora de todas las recursos de la ciencia menos fundados. ya no se cimenta sobre principios establecidemás; ésta se llama la sabiduría, pues proNo por familiar deja de ser ilustrativo el dos; antes: al contrario, ta ciencia bucea simpio es del sabio ordenar a los demás. caso del éxito de la física newtoniana en los plemente en los principios para tratar de enSi, como decían los clásicos, la historia es siglos XVIII y XIX al interpretar el movimiento contrar los que mejor se acomodan a los remaestra de la vida, tomemos prestados de de los planetas alrededor del Sol y predecir sultados alcanzados. Con esta intención el siguiente argumento ella unos cuantos mojones para ahormar es- sus órbitas con gran exactitud. Las anomalías tos comentarios acerca del conocimiento de y desviaciones, sobre todo en la órbita de va a examinar la congruencia científica con el la Naturaleza, su enraizamiento cultural y su Mercurio, no fueron suficientes para rechazar ente, el ser y él sí. D LA CIENCIA DEL SER Y DEL Sí (I)

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