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ABC MADRID 30-06-1986 página 52
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ABC MADRID 30-06-1986 página 52

  • EdiciónABC, MADRID
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52 A B C MUNDIAL- 86 LUNES 30- 6- 86 proclamó ¡Qué infinitas hileras de automóviles en esa ciudad infinita que va como de El Escorial a Toledo! Y luego... ¡qué tambores! ¡qué silbidos! ¡qué griterío! ¡qué manera de zumbar y de atronar! ¡qué espectáculo más grandioso y espeluznante el del estadio Azteca, con sus cien mil fanáticos invocando a gritos a unos (dolos de caras feroces y piernas de fuego para excitarlos contra Las Furias! ¡Qué bárbaro, todo, empezando por Schumacher, que estuvo solo haciendo gimnasia a la puerta de su cabana, como un doctor Fausto en su laboratorio diabólico! ¡Y qué extraordinario pudo haber sido de haber estado aquí México, o Brasil, o España! En cualquier caso, ¡qué fantástica tempestad de espadas ésta en la que había prometido ofrendar su sudor genial Diego Armando Maradona! Acaso por eso, la gente, aunque sin mucha fe, empezó apoyando más a Argentina que a Alemania, vencedora moral de aquel Mundial de 1970. Aquella Alemania que em- A z t e c a La c o i u m n a V o g t s bargó los ánimos del público mexi- Beckenbauer- Müller, aun considecano era más pujante que la que rando la evolución estratégica expehemos visto batirse, con la misma rimentada en dieciséis años (justo voluntad formidable, en el Estadio el retraso que, al decir de Bilardo, Un error cíe Schumacher facilitó el primer gol del defensa Brown llevan los americanos respecto de los europeos) no ha tenido reemplazo en el fútbol alemán. Hoy los alemanes no son otra cosa que una incapacidad mal conocida, y en México su voluntad no ha sido bastante para evitar que Argentina, uno de los equipos- prescindiendo de Maradona- más vulgares de esta Copa del Mundo, proclámase en el majestuoso escenario del Estadio Azteca la hegemonía americana: siete Copas América y seis Europa. En el campo siempre estuvieron mejor plantados los alemanes: a Foerster, que posee la ciencia de la colocación, se le encomendó la misión de vigilar los movimientos de Valdano, mientras Lothar Matthaeus, el volante más clarividente, como estaba anunciado, se encargó de someter a Maradona. En el centro, Magath, el teórico kapellmeister para las maniobras ofensivas, vagaba por las sombras, haciendo estériles los esfuerzos sobrehumanos de Bertholds, de Jacobs y hasta del disminuido, pero peligroso, Rummenigge, que contemplaban impotentes el hostigamiento sucio de Cuciuffo a Klaus Allofs. Los argentinos, atrás, parecían no obedecer más órdenes que las de pegarle a todo aquel que franqueara la línea formada por Giusti, Batista, Enrique y Burruchuga. Así las cosas, a los alemanes sólo les faltaba llevar cascos con pincho, y a los argentinos, poncho: Era tremendo pensar que estos dos equipos estaban representando, aunque fuera por azar en el caso alemán, y por el instinto de Maradona y el favor de los arbitros en el caso argentino, al fútbol de Europa y de América. ¿Qué pensarían los daneses, o los rusos, o los ingleses, o los franceses, a los mismos españoles? ¿Qué pensarían Aquello no era ópera ni era tango, y el público, harto, comenzó a vocear el nombre de México México México Hasta que cantó Schumacher. El arbitro, descaradamente favorable a los americanos, señaló una infracción inexist e n t e a los a l e m a n e s s o b r e Maradona, que además se encontró de repente sin vigilante, porque el Vestuarios Maradona: Hemos sido el equipo más compacto del Mundial Juan Carlos Bilardo y sus jugado- quién fue superior en el campo. Heres estaban exultantes. Diego Ar- mos sido el mejor equipo, el más mando Maradona, Giusti, Cuciuffo, compacto del campeonato, y esa Burruchaga, Jorge Valdano, José conjunción nos ha dado el título. Yo Luis Brown, Enrique, Olarticoechea no he ganado el Mundial. Fuimos y Pumpido lloraban junto a la Copa todos del Mundo. Maradona y su amigo Juan Carlos Bilardo, mientras sus de toda la vida, Burruchaga, se hombres saltaban de alegría por abrazaban celebrando su mayor todo el campo, afirmó con su seriegesta futbolística. Finalmente, tras dad habitual que hemos demostraformar una pina irrompible en el do que formamos el mejor equipo césped del Estadio Azteca, Marado- del Mundial, que éramos el mejor na encabezó el ascenso hasta la tri- once de este México- 86, el cuadro buna presidencial y recogió la Copa más conjuntado, más equilibrado. del Mundo. Posteriormente, todos No hay una línea superior o inferior los componentes del equipo argenti- a otra. Todas las líneas del equipo no dieron la vuelta de honor al esta- están a la misma altura y, gracias a dio, recorrido que se extendió du- Dios, el nivel es muy alto rante muchos minutos, dados los El entrenador nacional precisó obligados saludos a toda la gran afique lo difícil fue inculcar en los jución argentina, que llenó el estadio gadores sus posibilidades. Yo sabía de la final. que había equipo. Sólo hacía falta Maradona, lloroso, sin contener que algunos resultados demostraran las lágrimas, habló más claro de lo a los propios jugadores su calidad. que la ocasión suele permitir: Es la Y en pocos días se dieron cuenta mayor alegría deportiva de mi vida. de su potencial, de sus probabilidaDedico el título más importante del des. Lo mejor de todo, y lo más mundo a mi familia; especialmente complicado, era conseguir que la a mi madre, que es seguró estará calidad de todos estos hombres, dillorando de alegría en casa; a todos seminados y desperdigados por mumis amigos, a todos los que me chos países, se fundiera y acoplara quieren y a toda la Argentina, que en un equipo. No podíamos jugar sé que está festejando este triunfo como once individualidades, porque entonces caeríamos ante la disciplicon tanta alegría como nosotros na y conjunción de los rivales euroDiego Armando, abrazado a Bilar- peos. Había que unificar esa calido, a Burruchaga y a Brown, explicó dad en una labor de equipo. Y respecto al triunfo: Como predije, tuvimos la fortuna, unida al trabajo, era muy difícil superar a Alemania. de alcanzar un acoplamiento perfecYa vieron cómo en unos minutos to de este equipo. Con esa conjunigualaron la contienda. Su gran sa- ción, la evidente superioridad muncrificio, su disciplina, les hacen te- dial de Maradona era el granito final mibles, pues pueden marcar en que hacía falta para cuando el enecualquier momento. Menos mal que migo lo exigiera finalmente hubo justicia y Burruchaga logró el 3- 2, que dejaba patente Héctor DEL MAR Valdano marca el segur brasileño amonestó a Lothar Matthaeus, lo que obligó a Beckenbauer a reemplazarlo por Foerster, el hombre más importante de Alema- Palmaresid Año Lugar Campeón Uruguay Italia Italia Uruguay Alemania federal Brasil Brasil Inglaterra Brasil Alemania federal Argentina Italia Argentina s Are Ch Hu Brs Hu Su Ch Ale Ital Ho Ho Al Ale 1930 Uruguay 1934 Italia 1938 Francia 1950 Brasil 1954 Suiza 1958 Suecia 1962 Chile 1966 Inglaterra 1970 México 1974 Alemania federal 1978 Argentina 1982 España 1986 México Notas En el año 1930 sólo se jugó la final. En 1942 y 1946 no se disputaron mundial

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