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ABC MADRID 25-05-1986 página 66
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, pág. 66 I MEDICINA -DOMINGO 25- 5- 86 La patología del músico y del cantante es casi desconocida para los médicos Con ingenio y comprensión se puede salvar al artista Por el doctor Antonio CULEBRAS FERNANDEZ Dicen que el guitarrista y compositor Tárrega llevaba siempre consigo una pequeña guitarra para, de continuo, practicar la posición de sus dedos entre los trastes del mástil. A los turistas en Nueva Orleáns, la capital del jazz americano, les llama la atención la grotesca dilatación de los mofletes de algunos músicos negros, que ocurre al soplar el trombón o la trompeta, y que recuerda a esos batracios de las charcas que hinchan la boca al cantar. El gran tenor Pavaroti siempre lleva un pañuelo en la mano para secarse el profundo sudor que le mana durante los recitales. Algunos músicos y cantantes, menos afortunados, ven sus carreras truncadas por síntomas y signos incapacitantes, que manifiestan el abuso físico del ejercitar continuo y la intensa angustia de la salida a escena. Pero pocos médicos saben interpretar esas manifestaciones, porque la patología del músico y del cantante es casi desconocida. Para remediar este abandono, durante el verano pasado se celebró una conferencia conjunta entre músicos y médicos en la localidad americana de Aspen (Colorado) con objeto de hablar sobre los trastornos médicos que afectan a los profesionales de la música y ver la forma de aliviarlos. Recientemente, prestigiosas revistas de Medicina americana han dedicado muchas de sus páginas a esta patología tan especial. Por supuesto que los males profesionales de los que pulsan instrumentos de cuerda son totalmente diferentes de los que afectan a quienes tocan instrumentos de viento, o de percusión, o a los cantantes de ópera y zarzuela. Casi se podría decir que cada instrumento tiene su patología especial. mano y antebrazo, pérdida de fuerza y agilidad y fatiga muscular. El abuso físico de la mano y de los dedos en posturas extremas ocasiona también hinchazón de los dedos, calambres, rigidez muscular, hormigueos y, en casos graves, incapacidad para seguir tocando el instrumento. Las posturas antifisiológicas mantenidas durante largo tiempo, como en flautistas o en arpistas, originan estiramientos, compresiones y atrapamientos de los nervios del brazo, antebrazo y mano, que se manifiestan por pérdida de sensibilidad y fuerza, hormigueos, dolor y espasmos. En novicios es frecuente una incómoda sensación de tensión en dedos anular y meñique, que resulta del estiramiento de la aponeurosis común a ambos. En músicos de edad avanzada son habituales los dolores artríticos en las articulaciones del hombro y codo, que son las más usadas. La mala postura origina dolores de espalda y cuello y la mala iluminación del foso cansa la vista y provoca cefaleas. La talasoterapia, en España La talasoterapia o tratamiento de las enfermedades por medio de los baños, viajes o climas marítimos ha vuelto a resurgir. Médicos de reconocido prestigio afirman que se trata del antiestrés más natural, más eficaz y compatible con el organismo humano, ya que estos tratamientos tienden a asociar las ventajas del agua de mar con las del clima marino, las algas y los rayos solares. No se trata de una técnica nueva, ya que existe desde la antigua Roma y fue redescubierta por los ingleses en el siglo pasado. Después de los experimentos del biólogo francés R. Quinten, a principios del siglo XX, quien demostró la identidad del medio marino y del medio vital, ha tenido un auge enorme en varias partes del mundo. Fue en 1778 cuando abrió sus puertas el primer Instituto de Talasoterapia en Dieppe. En nuestros días, por iniciativa del legendario deportista Louison Bobet, que conoció las bondades de la talasoterapia a raíz de haber sufrido un accidente hace veinte años, se crearon una serie de centros especializados. Ahora, por fin, en España se ha inaugurado el primer Instituto en el complejo hotel Byblos Andaluz, Centro de Talasoterapia Louison Bobet, situado en las proximidades de la localidad malagueña de Mijas. El objeto de la talasoterapia es la aportación al organismo, a través de la piel, de aquellos elementos que contienen el agua de mar, en grandes cantidades, y de los que carecen los cuerpos cansados. Se trata- según el doctor Sánchez Almeidadel yodo, azufre, calcio y magnesio, todos ellos componentes del agua de mar, que pueden atravesar la piel cuando la temperatura alcanza los treinta y siete grados en baños dosificados de unos veinte minutos de duración. Los efectos de la hidroterapia sobre el organismo son ampliamente aumentados por la algoterapia, ya que un kilogramo de algas reducidas en polvo contiene tanto yodo como diez mil litros de agua de mar. A su vez, las algas tienen la propiedad de concentrar en ellas más de quinientas veces los elementos esenciales a la vida, como sales minerales, magnesio, calcio, potasio, junto con las vitaminas. Se ha demostrado científicamente que estas curas favorecen la recuperación de energías después de un gran cansancio, mientras que frenan algunas alteraciones debidas a la senescencia, como la descalcificación, y también tonifican el organismo. La talasoterapia tiene las mismas contraindicaciones que las curas termales, y sus aplicaciones médicas son, entre otras, las afecciones reumáticas, como artrosis, algias, y las secuelas posreumáticas, así como para el cansancio nervioso, la angustia y la celulitis. Los efectos del tratamiento- que suelen discurrir entre una o dos semanas, según el doctor Paule Obel; sobre todo los propiamente curativos del agua y de las algas marinas- persisten durante meses, pero el denominador común son esos días de descanso y relajamiento que aportan al organismo su vitalidad. J. M. FERNANDEZ- RUA Cambios climáticos Así, los que practican en instrumentos de viento pueden llegar a perder la oclusión o sello entre la faringe y la cavidad nasal, por dilatación progresiva del velo del paladar y de las estructuras que lo sostienen, resultando en escape de aire por la nariz al soplar. Muchos cantantes presentan una sensibilidad especial a los cambios de temperatura y humedad ambiental, acusando en su producción las variaciones que suceden al trasladarse de una ciudad a otra, al cambiar de altitud, al viajar en avión, al entrar en atmósferas excesivamente secas o al actuar en locales climatizados. La pérdida progresiva de audición puede ser el resultado de la exposición, durante muchos años, a niveles de sonido superiores al baremos de tolerancia, un problema particularmente acusado en rockeros y discotequeros. La legislación social recoge escasamente esta grave enfermedad del trabajo, en parte porque los músicos se muestran siempre reticentes a declarar una sordera progresiva. Los pianistas, guitarristas, violinistas y, en general, los que emplean las manos para crear música, sufren afecciones de otro tipo. La producción de una octava en el piano, como en el Concierto número 1 de Tschaikovsky, requiere tocar vigorosamente con los dedos rígidamente extendidos en un abanico de dieciocho centímetros de longitud, medidos entre el pulgar y el meñique. Este y otros movimientos parecidos, repetidos en incontables ocasiones en el transcurso de un concierto, recital o práctica, conducen a la inflamación de los tendones extensores de los dedos o tendinitis, con dolor en el dorso de la Nerviosismo en escena Pero la afección más temida es el pánico que se apodera de algunos artistas antes de salir a escena, acompañado de manifestaciones de distonía vegetativa, caracterizadas por sequedad de boca, sudoración profusa, pulso rápido, palpitaciones, vómitos, diarrea, temblores y flojedad de piernas. A veces estos trastornos son tan acusados que acaban con la carrera del infortunado. Muchos consideran que algo de nerviosismo antes de salir a escena es un estímulo necesario para alcanzar ese filo de calidad que todos buscan; sin la excitación que produce estar de cara al público, las actuaciones de muchos quedarían sosas y apagadas. Más cuando la angustia se convierte en terror o pavor, es necesario intervenir médicamente. Las nuevas técnicas de apoyo psicoterapéutico son útiles, pero muchos encuentran mayor alivio en los bloqueadores de los receptores beta- adrenérgicos, que reducen los efectos de la adrenalina Los médicos interesados en sus pacientes músicos consideran necesario reconocer al paciente tocando el instrumento, para observar las posturas, los movimientos y las tensiones que conducen a las manifestaciones físicas. A veces, con un poco de ingenio médico y comprensión se salva una carrera y un artista.

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