ABC MADRID 21-05-1986 página 18

18 ABC OPINIÓN MIÉRCOLES 21- 5- 86 Panorama AMOR A MADRID NTONIO Machado, que ha sustituido a don Ramón de Campoamor en las citas popularizadas, veía Madrid como un rompeolas de las cuarenta y nueve provincias españolas Añadan tres y vale. Madrid, el autonómico igual que el de los tiempos de don Javier de Burgos, es cogollo, selva, playa, despepite, cota, deslumbre, concentración de los que llegaron a él para afrontar el desafío del me comes o te como Yo, uno de ellos, hace tres décadas. Don Federico Carlos Sainz de Robles, antologo de toda la poesía en castellano, dijo en una de sus salidas recordables, que a Madrid le sobraban los no nacidos en sus lindes, porque aunque debían a esta ciudad lo que eran, el pago solía ser sentirse como en el destierro de los nortes, sures, estes y oestes. No le faltaba alguna razón al más apasionado cronista de la Villa. Ese deseo utópico de un supercastizo, tiene que ver con la resistencia de los que no somos de aquí a trasladar del todo nuestras raíces identificatorias, si bien fundamos para siempre las que nos continúan. En mayo; Madrid quiere convertirse en pueblo a través de sus fiestas, y ese es un modo de aproximación humanizada. Según su alcalde, hay cuatro problemas no dominados: la circulación, la droga, el chabolismo y el medio ambiente. Menos mal que la cosa lúdica está arreglada con generoso presupuesto. Y así, la cosmópolis se parece, durante una quincena, a cualquier punto de España en trance ferial. Los ángeles que ayudaron a San Isidro le echan también un quite al millonario censo convirtiéndose en administrativos, conductores, albañiles, guardias urbanos y gente de mucha monta. Entre las corridas, las verbenas y el rock circula el ocio. Es una breve pausa donde se intentan recobrar los mimbres antiguos y lucir los del día. A -E l oficio de Rey exige dedicación y sacrificio, pero tiene compensaciones. Por ejemplo, el Rey puede ver a Nicolás Redondo con corbata. Planetario LA INSESURIDAD NO ES ALARMANTE día festivo en que no son reventados unos cuantos pisos a la hora de. la misa. La hora de la misa es la consigna de los palanqueteros- antes les llamaban espadistas- que se lo montan de piso vacío para subvencionar sus gastos. Entre doce y dos de la tarde, los especialistas se cuelan en las casas burlando la vigilancia, no demasiado estricta, por lo regular, de los porteros, suben a los pisos y llaman insistentemente al timbre. Si nadie contesta, en un santiamén fuerzan la puerta y desvalijan la vivienda. Más de treinta millones en joyas se llevaron de una casa hace poco dos robaperas, y en otro piso, hace unas semanas, acuchillaron, no sin gallarda respuesta, al chico de la casa. En una más, que me es muy conocida, los asaltantes, al encontrarse con la dueña, todavía en camisón, y oír la voz del marido, se dieron a la fuga después de haber reventado la puerta con admirable maestría. ¿Cuántos de esos delitos son denunciados? Sólo aquellos que tienen graves consecuencias. En los demás, como muy bien debe saber el alcalde socialista de Alcorcón, la víctima se conforma con que no haya sido más. -En la calle, nadie interviene cuando ve cómo un par de forajidos demasiado jóvenes derriban a una mujer al arrebatarle el bolso del ya clásico tirón. ¿Para qué? ¿Para lamer un navajazo? No. La situación no es, estadísticamente, alármente. Si Borges pudo decir que la democracia es un abuso de la estadística, la inseguridad es una inhibición de la estadística. A mayor inseguridad, menos denuncias. Los camellos circulan por Madrid con más naturalidad que por las dunas del desierto. En Alcorcón, los contratistas de un servicio particular de vigilancia están pensando en disfrazar de camelleros a los vigilantes. Así la alarma sería todavía menor. Lorenzo LÓPEZ SANCHO A inseguridad no es alarmante en Alcorcón puesto que lo dice el alcalde socialista de Alcorcón. De momento, la inseguridad sólo es alarmante en la plaza de Colón, si no me desautoriza el alcalde socialista de Madrid. Digo en la plaza de Colón por aludir al centro geométrico de la villa; que uno se resiste difícilmente al viejo vicio retórico de la sinécdoque. Al centro que limita al Sur con los trileros de la c Alcalá y al Norte con los revientapisos de los alrededores de la plaza de Castilla. Ni en la amplia zona matritense tan vagamente limitada, ni en Alcorcón, los vecinos cumplen lo que el corregidor alcorconés llama el. deber cívico de denunciar los hechos delictivos ¿Para qué, si lo único que les proporcionaría hacerlo sería nuevas molestias? El amor necesita de unas dimensiones La inhibición de las víctimas es la que reabarcaduras. Y Madrid, por lo común, se nos escabulle; aseguran que hay que inventarlo duce el significado, de otro modo alarmante, para que exista y cese la extrañeza ante él. de las estadísticas. Casi nadie va a ComisaPero su realidad multiforme, su caleidoscopio, ría. Unos se abstienen por temor a las ferono admite dudas, y, sin las adherencias litera- ces amenazas de los delincuentes; otros, por rias, está ahí. Es preciso buscarle las vueltas, puro desencanto, por justificada desconfianaceptarlo como es, en lo bueno y en lo peor, za. Pero en ese centro de Madrid que gira lo cual entra en las condiciones del cariño. La geométricamente con un largo radio en torno segunda luz acaba por imponerse incluso a la a la estatua de Colón, raro es el domingo o primera. Llevamos su tirón en la carne del alma con roce del ruidazo y del aire, cuyo Velázquez de ahora es Antonio López, que lo pinta como si todos hubieran huido. Cada barrio es un pueblo. Yo miro a Madrid desde el mío, Moratalaz, asumo los goces y pesares, en panorama cinemascope, y le digo: Juntos hasta la muerte. Madrid, víctima y coartada. De todos y de ninguno, el pobre gigante coleccionista de acentos. Su corazón rebosa confluencias y es un mar donde hay muchos peces de colores con pesca de todos los estilos. Luis JIMÉNEZ MARTOS JOYAS, BRILLANTES, RELOJES (Bolsillo v pulsera) MONEDAS PLATA (Antigua y moderna) EL MEJOR PREqo r Seriedad y discreción I