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ABC MADRID 17-04-1986 página 52
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ABC MADRID 17-04-1986 página 52

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, pág. 52- RELIGIÓN -JUEVES 17- 4- 86 La recuperación vocacional sólo cubre las necesidades mínimas de la Iglesia Entrevista a Fernando del Río, delegado de vocaciones de la CONFER Madrid. Santiago Martín El futuro de la Iglesia está iigado a la existencia de hombres y mujeres que consagren su vida a servir a Dios sirviendo a la comunidad cristiana. Los sacerdotes, religiosos y reiigiosas constituyen un elemento fundamental del Pueblo de Dios. Por eso la crisis de vocaciones que han experimentado en ios últimos años ha preocupado a toda la Iglesia. Recientemente se habla de un aumento en el número de candidatos; para explicarnos cuál es la situación actual, Fernando del Río, agustino, delegado de vocaciones de las Conferencias Españolas de Religiosos y Religiosas, responde a nuestras preguntas. ¿Es suficiente la recuperación vocacional? -Se puede decir que, si siguen así las cosas, si siguen aumentando a este ritmo, puede ser suficiente para garantizar un servicio mínimo en España, pero no para cubrir las cifras actuales. Cada año hay trescientos sacerdotes diocesanos y mil religiosas menos. Para que se mantuviera el número de religiosas actual se necesitarían mil quinientas novicias cada año, y sólo hay ochocientas. Tampoco son suficientes para el aspecto misionero. De los treinta mil religiosos españoles, un tercio están en el extranjero. De las monjas, el 17 por 100 son misioneras. Muchas iglesias, especialmente de Hispanoamérica, dependen de las vocaciones españolas y corren el riesgo de perder esta ayuda vital para ellas. ¿La situación de España es similar a la del resto del mundo occidental? -Estamos ligeramente por encima de la media, pero hay que tener en cuenta que la situación no es homogénea. No se puede comparar Holanda o Francia con Italia o Alemania. Hay países de la Europa Occidental que están mejor que nosotros. ¿Influye el pasotismo de la juventud en las vocaciones? -Por los estudios que hemos hecho podemos decir que no parece que los valores ambientales sean un gran obstáculo; más bien creemos que ocurre todo lo contrario. Ante el vacío de valores, los planteamientos serios suponen un cierto atractivo de seriedad de vida y hasta de alegría de vivir. Influye para que algunos no se acerquen, desde luego, para que sea socialmente algo lejano e incomprendido, pero para los que se acercan, el compromiso totalitario resulta atractivo. ¿El paro influye en la recuperación vocacional? -Directamente, nada. Puede haber casos aislados, pero no es verdad que, en general, el hecho del aumento del paro mueva a los jóvenes hacia la vida religiosa o el sacerdocio. El muchacho que se plantea el problema vocacional no es un frustrado, sino un joven que es capaz de sonreír a la vida y que, por lo tanto, no piensa en algo tan serio de rebote. -Las estadísticas afirman que la situación de las monjas es peor que la de los frailes, ¿por qué? -N o están peor en números absolutos; lo están en el sentido de que los números anteriores son realmente asombrosos y resulta imposible que se vuelvan a alcanzar en España. Además, ha habido un cambio cultural importante respecto a la función de la mujer en la sociedad y en la Iglesia, muy rápido, que ha provocado despiste y falta de identidad y ha impedido un planteamiento sereno. Pero, cada vez más, se adquiere la conciencia de que en la vida religiosa la mujer al- canza una mayor identidad femenina que en una sociedad machista como la actual. ¿En qué consiste el trabajo de la CONFER por las vocaciones? -Nuestra labor comenzó hace veinticinco años. Es el único organismo que se ha ocupado de este aspecto tan importante para el futuro de la Iglesia. Lo ha hecho mediante la animación y sensibilización de los que trabajan con las vocaciones. Se ha superado el trabajo individual de cada Congregación para afrontar juntos los problemas comunes. Además, se ha revisado también la misma teología de la vida religiosa, intentando hacer operativos los nuevos planteamientos. ¿Qué le diría a un joven creyente que está buscando su camino? -Que no tenga miedo a to mucho que recibe; es decir, que sea capaz, con confianza, de darse cuenta de to mucho que recibe mediante la fe y que sea agradecido. Debe pensar en llenar su vida de entrega. Cara y cruz SETENTA Y CINCO MIL CATEQUISTAS El Congreso Nacional de Catequesis, que concluyó el pasado domingo, es un hecho que, me parece, no debe pasar inadvertido para la comunidad cristiana. Aunque sólo fuera por el hecho de que en su fase diocesana han participado setenta y cinco mil catequistas y mil doscientos en su fase nacional conclusiva. Estas simples cifras muestran, creo, que la catequesis en la España de hoy es bastante más importante de lo que ciertas ironías podrían hacer pensar. Porque es bastante fácil subrayar los- evidentesdefectos que la catequesis española ha tenido en décadas pasadas. Pero la sensatez invita a preguntarse si, a fin de cuentas, no será precisamente la catequesis una de las pocas cosas que han funcionado aceptablemente en nuestra Iglesia. A ella se debe, en definitiva, buena parte de la fe de los cristianos militantes y todo el rescoldo de cristianismo que permanece en el fondo del alma de todos esos españoles que aún creen, aunque no vivan activamente su fe. Y hay que añadir que, por fortuna, también la catequesis ha sido en estos años uno de los campos que menos se han visto invadidos por el desaliento y por las confusiones ideológicas. Incluso hay que decir que- c o n sus luces y sus sombras- el esfuerzo catequético de las parroquias españolas sigue siendo lo más vivo- y casi lo único- de muchas de ellas. Entre esas luces yo señalaría cinco muy visibles hoy: la Iglesia española cuenta con un elevado número de catequistas; la mayoría de ellos son seglares; un alto porcentaje de los mismos son jóvenes; muchos de ellos han renovado su estilo catequético, pasando de la pura enseñanza memorística a una visión de la catequesis como formación cristiana integral de los niños. Y aún hay que añadir un quinto dato- t a l vez el más típico de estos años- a la antigua catequesis infantil se ha añadido en la última década la educación de tos adolescentes en ia fe, gracias a la recuperación creciente del sacramento de la confirmación como realidad vivida. Pero junto a estos innegables avances sigue nuestra catequesis contando con puntos muy oscuros: el predominio desmesurado de las catequistas mujeres sobre los varones (de cada cuatro que la imparten en España tres son mujeres) la corta proporción de catequistas adultos y profesionales. el hecho- dramático- de que en un alto porcentaje de los casos la catequesis sea la única opción apostólica que nuestras parroquias ofrecen a los seglares; y lo más grave de todo: que entre nosotros funciona aceptablemente bien la catequesis infantil; comienza a caminar la de los adolescentes; pero prácticamente no existe la de los jóvenes y menos aún la de los adultos. Este, probablemente, es el falto número uno de nuestra Iglesia: despertamos la fe de los pequeños y, luego, prácticamente les abandonamos cuando entran en las tormentas de la vida. El adulto español, salvo excepciones, no tiene hoy más posibilidades de fecundar su fe de niño que en las homilías. Y todos sabemos el nivel ideológico y vital que éstas respiran. Pero, ¿qué alimento religioso y espiritual encuentra entre nosotros el cristiano de cultura alta o universitaria? ¿Cuántas parroquias tienen una verdadera catequesis orgánica de adultos? ¿Cómo vive el mercado del libro religioso en España? ¿Qué porcentaje de católicos españoles pasa por una escuela mínimamente seria de teología? Con todo ello, quejarse de la fe infantil y no formada de los españoles resulta inútil. Porque noventa y nueve de cada cien tienen a los cincuenta años la misma madurez de fe que a los ocho años. Y es como si trataran de dormir en el viejo moisés de cuando eran chiquitines. J. L. MARTIN DESCALZO

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