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ABC MADRID 11-04-1986 página 3
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ABC MADRID 11-04-1986 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO P O R PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 11 DE ABRIL DE 1986 ABC parte, debe ser una aportación considerable al esclarecimiento de alguna cuestión interesante. En suma, el acierto en la elección del tema es esencial; si falta, la pérdida es de mucha gravedad. REDACCIÓN ADMINISTRACIÓN TALLERES- SERRANO, 61 28006- MADRID FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA NA vez al año, la revista Hispania publica una larga lista de tesis doctorales- terminadas o en elaboración- de las Universidades de los Estados Unidos y el Canadá, en el campo de las lenguas española y portuguesa, y sus literaturas. Siempre siento admiración por el enorme esfuerzo que representan, y gratitud por la atención prestada a nuestra cultura en esos países, incomparable con la del resto del mundo. Pero siempre que pienso en tesis doctorales siento una inquietud que va más allá de lo hispánico. A ruegos de la dirección de Hispania, he escrito algo sobre mis preocupaciones en la sección llamada El rincón del presidente quizá vale la pena comunicarlas a otros lectores. u LAS TESIS DOCTORALES (I) Ahora bien, cuando leo las listas de disertaciones, no puedo evitar un movimiento de sorpresa. Hay muchos temas interesantes y perfectamente justificados; pero en un porcentaje alarmantemente alto de casos siento perplejidad y un asomo de indignación. ¿Por qué un estudiante, hombre o mujer, al borde de su madurez intelectual, cuando se supone que está lleno de entusiasmo e ilusión, va a emplear dos o tres años de su vida en trabajar sobre algo que probablemente no le interesa, ni va a inteEn la tradición española y de otros países europeos, por ejemplo Alemania, las resar más que a tres o cuatro personas? ¿No hay el peligro de que lo invada el hastesis doctorales solían ser muy breves, fotío, de que ese primer trabajo sea solalletos que rara vez llegaban a las 100 págimente una carga, algo que hay que hacer, nas: un primer trabajo, una muestra de la como pagar los impuestos; de que pierda capacidad del que se iniciaba en la vida inla fruición de la labor intelectual, de plantelectual. Poco a poco, las tesis se fueron tearse problemas, de investigar, de escridilatando y complicando, llegaron a ser libir? bros, pero siempre breves. La tradición francesa era distinta; las tesis eran gruesos Tengo la impresión de que muchos telibros, que requerían muchos años de inmas son propuestos por profesores, y por vestigación y elaboración; obras de madumotivos no siempre suficientes. Por ejemrez, publicadas tras largos años de docenplo, porque caen dentro del ámbito de su licia; a veces, la obra más importante de un mitada competencia, y se sienten seguintelectual. Esto tenía inconvenientes: suros o bien porque el tema está de ponían una suma de esfuerzos despropormoda o porque el tema es un amigo o cionada con su estricto valor; por la exhibiconocido del profesor, que cree prestarle ción de erudición y fuentes su calidad liasí un buen servicio y ayudar a su difusión teraria peligraba; dejaban de ser libros desy prestigio; o porque tiene una significación tinados a lectores, a un público, y se escriideológica o política con la cual simpatiza bían pensando en las preferencias, los coel que lo propone. nocimientos- a veces las manías- de los Esto último explica la extraña frecuencia miembros del Tribunal que había de juzgarde tesis sobre autores contemporáneos. No las; se convertían, como dije hace mucho tiempo, en une serie de clins- d oeil a es que esa tendencia me parezca mal: el conocimiento de la cultura del presente es l adresse du jury, una serie de guiños dirigide suma importancia. Con dos condiciones: dos al Tribunal. que sea verdadera cultura y que sea presente, actual, real y no futura simple En España, después de la guerra civil, promesa o esperanza. Para que se justifilas tesis empezaron a engrosar; tenían que que una tesis sobre un autor vivo, tiene ser muy extensas- s i eran breves, difícilque haber hecho una obra de verdadera mente eran aceptadas- pero rara vez reimportancia y cuya figura resulte ya visible. presentaban un gran esfuerzo de muchos Se escriben tesis sobre autores que apeaños; eran artificialmente dilatadas, hinchadas, con tejido adiposo, innecesario, destinado simplemente a ocupar páginas. Esta tendencia ha prosperado en muchos lugares. Si Descartes presentara el Discours de la méthode o incluso las Meditationes de prima philosophia, si Leibniz intentara ser doctor con el Discours de métaphysique o la Monadologie, ciertamente serían rechazados. EDICION INTERNACIONAL Hoy una tesis reclama muchas páginas y dos, tres o más años de trabajo. Esto Para hacer llegar sus mensajes quiere decir que es una obra importante, comerciales a todo el mundo. por lo menos para el que la realiza, y debería justificarse esa dedicación, en dos sentidos: la tesis debe contribuir decisivamente a la formación del candidato, que lo enriquezca para el resto de su carrera; por otra ñas han empezado, que las merecerán acaso dentro de diez o veinte años, y sobre algunos que, a juzgar por las muestras, no las merecerán nunca. En algunos casos, autores sacados a la superficie pública por ciertos críticos han caído en el olvido antes de que la tesis se haya terminado. Yo aconsejaría una sencilla operación: repasar las listas del quinquenio anterior y ver qué parece todavía vivo Muchas tesis estudian no la obra de un autor, sino un libro suyo. Es probable que la tesis tenga más importancia que el libro estudiado, y esto parece una forma sutil de sacrificios humanos ya que el tiempo es la sustancia de la vida humana. Algo parecido ocurre con las tesis comparativas del tipo El asunto X en Fulano y Mengano tengan o no que ver. Otro peligro es el nacionalismo En otras épocas, las diversas órdenes religiosas sostenían cierta rivalidad: cada una pretendía tener filósofos, teólogos, canonistas, escritunstas; tal vez era así, pero en algunas épocas no era fácil; cuando se daba una lista de teólogos franciscanos o filósofos carmelitas era probable que se exagerase. En el campo de lo hispánico, esto se traslada a los países; los hay muy pequeños; no se puede esperar que dispongan de una literatura de gran riqueza en todos los géneros. En rigor, hay una literatura- l a de lengua española- cultivada en muchos países, uno de los cuales es España. Las aportaciones a esa literatura, en cualquier parte, pueden ser de suma importancia- -Rubén Darío, por ejemplo- pero esto no quiere decir que en cada país haya una novela, un teatro, una poesía, una filosofía, etcétera (ahora se prefiere decir una novelística una cuentística pero ello no mejora las cosas y deteriora la lengua) Incluso es artificial el estudio de la lengua o la literatura española a diferencia de la hispanoamericana (a veces se dice latinoamericana palabra de muy difícil justificación, forjada hace algo más de un siglo para explicar la intervención francesa en México por las tropas de Bazaine, en tiempo del Emperador Maximiliano; palabra que sería algo más adecuada si se incluyera Quebec) No hay más que una lengua y una literatura (la escrita en esa lengua) o bien veinte, si se atiende a los matices, a las modalidades propias de cada país. Hay- una modalidad española, y otra argentina, y otra mexicana, y otra peruana, etcétera. Lo que no hay es dos, porque no se puede meter en el mismo saco a los países antes mencionados, a Cuba, Colombia, Chile, Venezuela, Costa Rica y a todos los demás. A menos que el saco se llame Mundo Hispánico. Julián MARÍAS de la Real Academia Española

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