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ABC MADRID 15-02-1986 página 36
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ABC MADRID 15-02-1986 página 36

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. pág. 36 L campo al triste entristece Así decía el maestro fray Gabriel Téllez y sus versos me vienen a la memoria, aquí, tan lejos, tan ajenas resonancias de cuanto pueda sentir como mío. Y, sin embargo, llevo a cuestas el ligero lastre de mí cultura. Digo de mi cultura no porque sea mía, sino porque yo estoy dentro de ella, resultado, que no creador. Trato de entender todo con referencias que signifiquen algo para mí; por eso pienso en Tirso de Molina, que se me anticipó varios siglos para decir lo que ahora siento. Porque hace unos años vine a Corea: me pareció un país triste; vuelvo ahora y todo tiene un esplendor recién estrenado. Vine en diciembre y vuelvo en agosto. El campo ha ido adecuando mis sentimientos a su propia realidad. Y ha entristecido al triste o ha dado gozos a quien los busca con su mirada. En diciembre, los arrozales están secos; el cielo deja caer una lámina de plomo sobre los campos y el sol apenas si se atreve a rasgar la niebla espesa y oscura. El viajero se asomó al templo de Chogue y Shindarta Gautama le evocó- s ó l o- al joven príncipe con los tres fatídicos encuentros: lecturas de Ramón Llull o de don Juan Manuel acosando en el recuerdo. O los frescos- portentosos- de Orcagna en el camposanto de Pisa. Viejas culturas que se encontraban en aquel templo donde me asomé por vez primera al budismo y donde vi que los ojos de Buda no contemplan, sino que su frente es un sol luminoso. Sentí en mi boca como un crisantemo yerto. Porque mi encuentro trajo evocaciones de muerte fui encontrando muerte, en la visión neblinosa de Seúl, tendida la ciudad a mis plantas como envuelta en un sudario de lágrimas. O veía pordioseros que acompañaban sus gestos con sonidos desgarrados de flauta. O, al salir lejos de la ciudad, sólo sentía un silencio muerto sobre los rastrojos secos y un cielo de foscos nubarrones y un atardecer desolado que me hacía pensar en los vientos de mi tierra, en los azules de Castilla o en los orijoscos de Andalucía. Todo en TRIBUNA ABIERTA -SÁBADO 15- 2- 86 E 1 1 LOS ROSTROS DEL PAISAJE COLECCIONES OTOÑO- INVIERNO CONJUNTO de K- A. BOLSO y ZAPATOS de PIEL 3 S 95 Ptas. Duque de Sesto, 5O MADRID COMUNIDAD DE PROPIETARIOS GUARANÍ CALEFACCIÓN individual gas ciudad, cristales Climalit, mármol y tarima de roble. GARAJE, piscina y 1.300 m 2 de jardín. PARQUE NORTE (detrás de la C. S. La Paz) Teléfonos 739 92 54- 270 80 26 Calle Arzobispo Morcillo, 66 Pisos lujo, 3, 4 y 5 dormitorios. Llave en mano Camino del sur, los arrozales eran de oro y los pomares ofrecían sus rojas manzanas. Todo era distinto, hasta Por Manuel ALVAR las carreteras balizadas el viaje me evocaba sordina de muerte, por- para ser pistas de aterrizaje o las ciudades que los arrozales del río Han hacía días que acalladas con toques de queda, o las luces murieron, y androjosos pescadores baldea- apagadas para que los enemigos no puedan ban el hedor de sus barcazas. Tirso, como orientarse. Pero el campo estaba hermoso y siempre, tenía razón: el campo al triste entris- los cielos limpios. El pino excelso enmarcaba tece. Y el viajero sentía la necesidad de defi- la estampa exótica y unas calabazas de enormes hojas hablaban todavía de nir aquel mundo que tan adverso la madurez que empieza al meparecía y de definirse para endiar agosto. Entonces se celetender su propia vida. En el tren bran las fiestas de la recolección viajaba otro pasajero insolidario; y sus ecos duraban. El viajero se en la duermevela desapareció adunaba con aquella felicidad y como un fantasma que no se popiensa que el campo hace que el sara sobre el suelo, mientras la alma del hombre se acompase tierra, siempre silenciosa, dejaba con los sentimientos que la natuver un campesino de ropas raíraleza expresa. Al triste entrisdas y sombrero de paja que metece y da gozo al gozoso. No sonaba una carreta arrastrada por mos impasibles al mundo que dos cebúes aburridos. Todo traía nos rodea, sino que el mundo el recuerdo de cuanto no podía nos hace ser como él es. Tirso comunicarse: ¿Cuándo cantan de Molina ha sido una evocación los pájaros? ¿Los grajos graznan emocionada cuando empezaba cuando los escardadores arranManuel Alvar estas cuartillas; ahora vuelven can la cizaña? ¿Las tórtolas zude la Real Academia otros recuerdos de nuestra culrean en abril? Porque aquellos Española tura. Porque la soledad es algo cuervos eran aves nefandas que más que sentirse solo; válganos quisieron arrancar túrdidas de carroña del muerto arrozal, y, sin embargo, el recuerdo de Unamuno: Haz, Señor, que yo soñaba con pardales que volaron sobre el desde mi soledad sirva a las soledades de ermollo verdeante de los trigos. Y el último mis hermanos y que al fin nos encontremos día cruzó la muerte a mi lado: al amparo de todos en Ti, a quien van a dar nuestros senun zaguán dejé paso a la comitiva y mis ojos deros buscaron- d e nuevo el campo- -a las verdes ¿Ha cambiado tanto un país que se nos colinas. Comprendí entonces que todo cuanto había visto no era otra cosa que soledad. Al convierte en desconocido? ¿Tanto cambiaatardecer, con lluvia (sí, en el corazón) y con mos nosotros que no llegamos a identificartristeza en mis ojos entendí las experiencias nos? Corea es ya un mundo distinto del que de una semana: conocí. Ahora no viaja a mi lado un extraño Cubierto de paja con el que no me comunico. A mi lado, Untiembla el campesino Kyung- Kim y Han Sang, mis alumnos coreay las garzas tiemblan nos. El paisaje y la amistad, certeza ahora de a grillas del río ser hombre. Liberación de soledades sirvién (Soledad te llaman: donos de los demás, que nos conducen por ¿es nombre preciso? amables senderos. He vuelto a Corea y mis caminos han sido muy otros. No he querido ver la hostilidad de las fronteras, ni el mundo oficial, ni la monotonía del mimetismo occidental. Y he ido lejos en busca de otras soledades. Eran los últiLANUEVA mos días de un verano luminoso: el sol se EXPOSICIÓN rompía en haces de luz sobre los tejados polícromos y las colinas eran verdes, los arrozales brillaban con la luz hiriente y los bancales inundados parecían estanques y no fangales. Hacia el sur, los haces de arroz agavillados evocaban almiares dispuestos para ser quemados cuando la leña falte. A los lados del Avda. RamónyCajal. 7. TeH 5 S 3660 1 Madrid camino, el ajonjolí silvestre me retiraba amaCENTROMUEBLE gos de nostalgias, porque el ajonjolí en Andalucía se llama alegría (o sésamo en la literatura culta) Ajonjolí silvestre del camino, como en aquel verso de Lupercio Leonardo ArgenBravo Murillo, 36 sola: ajonjolí, jazmín y adormidera HerTeléf. 446 62 50 moso verso porque a los prodigios del sésamo se unen los perfumes del jazmín y los ensueños del ababol. Y el ensalmo del Ama ¿QUIERE APRENDER IDIOMAS? en Doña Rosita la Soltera: Entérese donde. a través i Por el ajonjolí, de las páginas de ñ por las tres santas preguntas Anuncios por Palabras s y la flor de la canela, de A B C sA tenga mala noche y malas sementeras. DESCUBRA BIOK

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