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ABC MADRID 15-02-1986 página 34
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ABC MADRID 15-02-1986 página 34

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, póg. 34 TRIBUNA ABIERTA SÁBADO 15- 2- 86 agitar un periódico, del N Checoslovaque leía con su voz de quia nadie duda trueno largos períodos. que si el gran Al final de una pausa poeta Vratislav Nesval o descanso en el dePor Nicolás GUILLEN hubiera escrito en franbate, y cuando se iba a cés, sería tan famoso como Baudelaire, pongamos por ejemplo. A versa, hallábase atenta a los incidentes de reanudar la sesión, Nesval se dirigió al púpesar de haber sido una figura de las más una discusión que tenía por centro sutiles es- blico, y oí pronunciar mi nombre. El poeta haimportantes del superrealismo, junto a un peculaciones literarias. Con frecuencia oíase bía señalado mi presencia en la sala y me inAragón o un Eluard, su nombre es apenas el nombre de Nesval, quien se revolvía en su vitaba a subir a la tribuna o escenario en que conocido fuera de los límites de su patria. En asiento, o protestaba con voz atronadora, él estaba. Subí, desde luego, y ahí me estos días se conmemora, por cierto, un ininteligible para mí, pero impresionante a aguanté hasta que la fiesta terminó en medio de gran cordialidad. nuevo aniversario de su muerte, acaecida causa de su fluidez. Nesval y yo nos fuimos, y juntos permanecuando no había cumplido aún la sesentena, Supe también que se discutía un libro recimos varias horas, hablando en un francés y ello será un acontecimiento estrictamente ciente de Nesval, EJ gran reloj en el que, medio cubano y medio checo, frente a largos, nacional. junto a poemas de un cálido humanismo, haestilizados vasos de áureo vino, exprimido de bía otros (y aquí estaba el reproche de muEl recuerdo más lejano que tengo de este los viñedos eslovacos. hombre generoso y bueno data de mi primera chos jóvenes) que significaban el regreso a la Luego, cada vez que volví a Praga, lo busvisita a Checoslovaquia, hace años, cierta no- época del poetismo, en 1922, cuando no a la del superrealismo, algunos años más tarde. qué. Mi primera visita era- l o ha sido siemche, en la Universidad de Praga. En una gran para Lumir Civrny, a quien agradezco sala, de las mayores de aquel centro, apiñá- Los jóvenes pensaban que eso era anacró- prebase una concurrencia por demás abigarrada: nico y nada tenía que ver con la revolución. ternuras de hermano. En seguida me daba a la cacería de Nesval. ¿Dónde hallar al autor soldados, obreros, estudiantes, profesores... ¡Superrealismo a tales horas! de los Poemas nocturnos Ningún sitio ¿Qué era aquello? Un recital de poesías. Un- ¿Qué dice Nesval? -pregunté. como la Sociedad de Escritores. El encuentro recital combativo, del cual participaban seis o- Nesval acepta el reproche, pero sostiente era un choque telúrico, un cataclismo. Nesval siete poetas, sometidos- eso pensé- a una que la poesía social o revolucionaria no rugía mi nombre; iluminábase su cara apopléespecie de juicio, aunque en realidad más parecían formar un Jurado, pues ocupaban puede ser un mero cartel de propaganda. El tica; después venía el abrazo, el impacto, el un alto tabladillo, donde había libros, papeles, está contra los poetas que componen apresu- derrumbe. Me preguntaba por Cuba como si lápices y demás utensilios adecuados al me- radamente, por oportunismo político, y cuyos él hubiera vivido en ella; por mi familia como nester literario. Pronto comprendí que ade- poemas son largos discursos, sin que el fenó- si la conociera; por mi salud, por mis poemas, por mis viajes, por mi vida. Cuando yo más del recital desarrollábase un apasionado meno poético aparezca por ninguna parte. Yo estuve de acuerdo con los jóvenes... y había respondido a ese interrogatorio, llegaba debate entre los poetas y el público. con Nesval. En realidad, ese problema es- mi turno de preguntar. Sólo que él no era opMe fue imposible seguir detalladamente el taba sobre el tapete en aquellos días, plan- timista acerca de su corazón, que le cortaba curso de la discusión, porque se hablaba en teado por el ministro de Cultura, Copecky. el aliento, le mantenía meses en cama, le imcheco. Pero un amigo mío de habla espa- Piensan- dijo éste en alguna parte, ha- pedía beber una copa, le limitaba el amor. ñola, conocedor de aquella lengua, me puso blando de los poetas discursivos -que es La última vez que nos encontramos fue en al tanto de las ideas generales que animaban suficiente revolver sin orden ni concierto en un almuerzo con Civrny y otros amigos. Hatan singular encuentro. La entraña del mismo un poema nuestras expresiones más corrien- bíamos apenas comenzado la sobremesa, era ésta: ¿Qué nuevos caminos se abrirán a tes, como fuerzas de choque máquinas se- cuando el poeta dio muestras de cansancio. los poetas nacionales a consecuencia de la gadoras de trigo brigadas reuniones et- Pidió permiso para retirarse. Ya en pie todos, transformación revolucionaria que estaba cétera, para que tales engendros se llamen él se llevó la mano al lado izquierdo del peoperándose en el país? poesías... cho y murmuró, como si monologara. Ca va Al texto de Copecky se refirió Nesval en el mal, ca va tres mal... Era curioso observar cómo aquella audienNo lo volví a ver más. cia, formada de manera tan numerosa y di- curso de la polémica, y lo vi más de una vez E VRATISLAV NESVAL, UN GRAN POETA CHECO E estado leyendo a destajo La novela de un literato de Rafael Cansinos Assens. Puedo asegurar que no es una lectura risueña. Son apuntes recuerdos, esbozos, escenas de la vida literaria en Madrid, desde principio de este siglo hasta 1923. Por esas páginas desfilan todos los escritores y poetas de algún renombre de la época, desde Darío y Jiménez, desde los Machado, Unamuno y Valle- lnclán, hasta Villaespesa, Carrere, Pedro de Rápide y muchísimos nombres de periodistas y escritores hoy olvidados. Lo que tienen en común es el ambiente de estrechez increíble, de miseria extrema tocando en la mendicidad, de sordidez sobrecogedora. Era eso lo que en la época se llamaba la bohemia literaria y que, con su inseparable compañera, la tuberculosis, azotó y finalmente liquidó a muchos hombres de talento. En las breves notas de Cansinos aparecen y reaparecen aquellos seres mal avenidos con la vida y esterilizados por la miseria. Figuras impresionantes, como la del poeta Carrere, pintorescas como la de Villaespesa, dotorosas como las de tantos que no han dejado ni un nombre ni una obra. El ambiente es el mismo de aquellas tétri- H SOMBRAS DE BOHEMIA aquellos contertulios tristes. El ambiente predominante es de provincial mediocridad Por Arturo USLAR PIETRI mezquina. Entre las de la Academia Venezolana de la Lengua Iracundias y bastonazos cas Luces de bohemia de Valle- lnclán. de Blanco Fombona, los desplantes del cabaAquella mezcla explosiva de indigencia y de llero audaz, la sordidez de Carrere, los visiorgullo, creerse dotado de un talento creador tantes de Colombine, las burlas a los acadéy tener que vivir de las artes del picaro o de micos, y las muertes tempranas de tanta la mendicidad apenas disfrazada. Todas las gente sin rumbo, el cuadio es desolador. dimensiones en que parecen moverse son de Son innumerables los personajes de esta sórdida estrechez. Arrimarse a una mesa de comedia trágica. A veces, aparecen entre ellos café, hacer reverencias a algún editor, suspi- figuras que más tarde llegaron a cumplir un rar por un insignificante cargo burocrático, so- gran destino. Un día llegan nuevos rostros a la ñar con triunfos inalcanzables y maldecir los terturlia del colonial, que el autor apunta llanaunos de los otros. Cansinos no escatima mente. Jorge Luis Borges, un joven alto, con nada, pinta descarnadamente la situación in- lentes y aire de profesor. Viene de recorrer Eusoportable de aquellos bohemios. No hay ropa en compañía de su hermana Norah, que casi conmiseración en sus palabras. Son hace unos dibujos muy modernos. Ha estado como grotescos fantoches que él mira mo- en Alemania, es políglota y tiene un enorme verse sin simpatía. Muchos son sus amigos o fondo de cultura. Aún no publicó ningún libro, sus conocidos. Relata conversaciones, en- pero ya en su país se hizo notar por su colabocuentros y anécdotas en las que él mismo ración en revistas literarias. aparece, pero con una distancia evidente. A Curiosamente, mucho del interés actual por veces recibe cartas desoladoras: Maestro, Cansinos Assens se debe a ese encuentro estoy en la calle con mi mujer y mis hijos y fortuito. Borges ha guardado, explicableen la más extrema desolación. Un abrazo. mente, por el políglota y por el hombre culto El autor es un testigo impasible que hoy que era Cansinos, una admiración que a mupocas veces deja sentir alguna simpatía por chos parece desproporcionada.

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