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ABC MADRID 13-02-1986 página 107
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ABC MADRID 13-02-1986 página 107

  • EdiciónABC, MADRID
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Isidro L. Murías Galería Rembrandt Orense, 35 AMBIÉN dedicado casi en exclusividad al paisaje (con afortunadas aproximaciones al bodegón) el pintor palentino Isidro L. Murías expone una cincuentena de obras en la sala Rembrandt y su contemplación nos sugiere algunas consideraciones que se centran, en primer término, en una característica: el dibujo. Muchos de estos cuadros parecen dibujos coloreados, hasta tal punto gusta Murías de definir los objetos, los árboles, las nubes, los montes. Es un dibujo que, casi siempre, está pero que nos hace preguntarnos dónde porque el color es el verdadero protagonista y esto se advierte, como ejemplo claro, en el lienzo Piedras de gran sobriedad, en el que unos cardos y unas rocas componen una sinfonía, un canto al dibujo. Como paisaje característico del estilo de Murías, citemos el titulado Cillas (Guadalajara) muy logrado en su sencillez: como bodegón, el titulado Bodegón con peras excelente en composición y elección de gamas; y como un óleo realmente hermoso y con un mínimo de color, el Florero en el que todo está resuelto en verdes y blancos, con una ligera hasta el 15 de febrero De 11 a 14 y de 17 a 21 Santos, Olivé y Van Aerssen Orfila, Mayte Muñoz y Sen hasta el 21, el 22 y el 25 de febrero Orfila, 3, M. Silvela, 2 yN. Balboa, 37 De 11 a 14 y de 17 a 21 T N Florero óleo insinuación de azul. Obra clásica y moderna a la vez, que refleja la sensibilidad de Murías, su buen gusto y su oficio. No se piense, por lo apuntado, que el paisaje de este pintor es siempre seco y rocoso, pues gran parte de la geografía española parece haberle tentado en su experiencia sintetizadora de la naturaleza. Un brillante curriculum refrenda la obra de Isidro L Murías. O es la primera vez que Antonio Santos (Lupiñen. Huesca, 1955) expone en Madrid y, como casi siempre, es el paisaje su tema predilecto, aunque no falte en este conjunto de 23 obras algún bodegón y alguna figura. Lo más característico de Santos es que trabaja el óleo como si fuera gouache o acrílico, en tonalidades mate, con pinceladas breves y rasgos de dibujo aparente con un algo que evoca un cierto Matisse o un cierto Duffy, hasta el punto de que, en ocasiones, parece pintura francesa Esta forma de utilizar el óleo produce un efecto de levedad; levedad Paisaje de Santos etérea, sin insistencias, grata que, a pesar de ello, no le resta solidez verdes) muy rica y jugosa, aunque a la obra. Santos es un pintor figu- contenida por ese freno especial rativo bien definido y buen definidor que parece contener la viveza en de ambientes, de atmósfera, de na- unos límites de moderación semeturalezas abiertas al contemplador, jantes a una conversación en voz con unos verdes (una gama de baja P Ignacio Casanovas Galería Art Exprés Blanca de Navarra, 5 hasta el 16 de febrero De 11 a 14 y de 17 a 21 N 1980 y 1983, Ignacio Casanovas (Barcelona, 1951) se presenta en Marid, después de haber expuesto varias veces en su región y una en París. Traía entonces una escultura rigurosa, severa, en la que unas formas elementales ocultaban la búsqueda de unas formas nuevas, equilibradas, deseosas de una totalidad formada por diversos (dos, tres, cuatro) elementos. Ignacio Casanovas vuelve a exponer entre nosotros, en una galería de reciente apertura (se abrió en el mes de septiembre) y para la ocasión ha selecciomado una serie de veinticuatro piezas, quizá algo mayores que las de su muestra anterior, realizadas en piedra de Calatorao, en arenisca, en alabastro, en mármol rosa. Piedras de diferentes texturas y tacto diferente, que CasaArenisca de Casanovas novas adapta al matenal de su escultura y que, por ello, armonizan seoso de probar y tactar el esta forma al material elegido. Hay grano o la lisura de los materiales una cierta preferencia en Casano- que, pese a que esculpir es duro y vas hacia las formas verticales y difícil, prefiere para su trabajo artíssólo algunas de las piezas buscan tico. En el prólogo de su catálogo la horizontal y (excepcionalmente) está escrito que Ignacio Casanola superficie curva. También se in- vas, a través de sus esculturas, clina a veces el escultor hacia las realiza una afirmación poética de la piedras del Pirineo o de Sigüenza y forma Ese lirismo, en efecto, está (en una pieza) el ágata, como de- aquí. E OR parentesco, por tradición familiar, José Olivé (Barcelona, 1950) tenía que dedicarse forzosamente a la acuarela y, en ella, conservar esa transparencia, esa ligereza de toque, esa pincelada nerviosa y segura que caracterizó siempre la obra de Ceferino, su padre. Pero José Olivé tiene otra faceta, además del paisaje terrestre o marítimo: los interiores, que él trata con una técnica más insistida, más próxima al óleo, dentro de su natural levedad. En estos interiores el estudio de la luz es diferente, obedece a otras reglas, y cuando una puerta o un ventanal se abre al exterior queda delimitada la atmósfera de cada ámbito. Treinta y tres obras, entre las que no pueden faltar esos puertos con barcas, llenos de luz mediterránea, forman su actual muestra de la galería Mayte Muñoz y en ellas, como escribe Fernando Gu- Acuarela de Olivé tiérrez, se impone siempre la sensibilidad y una personalísima versión lírica, afortunada y noble, de la realidad Señalemos, como algo digno de comentario, su peculiar interpretación del cielo, tanto desde el punto de vista del color como por la inclusión de unas nubes desgarradas y efectistas, que, sin embargo, no dejan de ser reales. T AMBIEN es hijo de pintor (Juan Ignacio de Cárdenas) el joven escultor Ignacio Van Aerssen, que ahora expone individualmente en Madrid por tercera vez: quince esculturas realizadas en chapa de hierro soldada y 16 óleos (de muy diferente traza e inspiración) componen su muestra de la galería Sen y, desde nuestro punto de vista, lo que le califica como un artista de talento es la escultura, puesta al servicio de una fantasía surrealista (en cierto modo) atormentada (como la pintura) y con un tono artesanal que nos habla de una obra proyectada, sentida y trabajada con pasión. Los volúmenes formados por la chapa (curva o recta) son generalmente aéreos y se mueven en un espacio que los rodea por todas partes: trazan ritmos en el aire, adquieren posturas y posiciones inusuales oscilando entre la pose sofista Escultura en chapa cada y el ballet expresionista. Es una escultura inquietante, obsesiva, con toda la calidad y la fuerza del hierro y toda la sensibilidad de un espíritu inquieto. Una obra que promete y que cumple. J. R. JUEVES 13- 2- 86 ABC 107

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