ABC MADRID 09-02-1986 página 159

Javier UÑARES Juan MARTÍNEZ VELARDE J. L. MARTIN DESCALZO Música para Europa La creciente exigencia de calidad de que dan muestra la mayoría de las exposiciones filatélicas de alcance local o regional en los últimos tiempos comienza a rendir sus frutos; constituye una prueba palmaría del rigor del coleccionismo español y de la seriedad con que se aborda fuera de los centros considerados de mayor tradición filatélica en nuestro país. Tal es la enseñanza que cabría deducir de la I Muestra de Filatelia celebrada a fines del pasado año en Pamplona, con el lema Sellos y Música para Europa por la Asociación Filatélica Castillo de Olite, en colaboración con el Ayuntamiento de la capital navarra. La exposición pamplónica se ha coronado con el éxito y ha tenido, además, una ejemplar repercusión didáctica, de manifiesto en las conferencias y proyecciones celebradas en su sede y en la visita de escolares que formaron parte fundamental del programa de actos y que con su presencia han validado el objetivo promocional y difusor de la filatelia, con su formidable capacidad educativa y cultural. Se han exhibido una veintena de colecciones, con un total de 12.000 sellos, varias de ellas dedicadas al tema musical que prestaba su nombre al certamen, así como a otros aspectos culturales de los que es notorio el sello, por no citar las específicamente filatélicas, de historia y postal y de estudio. La elección del tema musical no fue fruto del capricho de sus organizadores. Como se sabe, 1985 fue declarado Año Europeo de la Música por el Consejo de Europa y al tema musical estuvieron dedicadas todas las emisiones paneuropeas patrocinadas por la CEPT. Por cierto que, dentro del régimen de libertad en la elección de motivos que rige estas emisiones desde 1974, los países europeos han ofrecido un variado muestrario de interpretaciones del tema musical. Desde retratos de compositores, como Alemania occidental, Francia o Grecia, a instrumentos musicales, como Chipre, Guernsey, Luxemburgo o Suecia; desde grupos musicales y folclore, como España y Andorra, a partituras, como ha sido el caso de Dinamarca, e incluso una memorable interpretación artística de composiciones famosas, realizadas por Inglaterra con singular fortuna. Durante los días que permaneció abierta la exposición de Pamplona, los visitantes pudieron adquirir sobres y tarjetas conmemorativas, revalidados con el matasellos especial concedido al certamen, así como un documento filatélico dedicado a dos figuras señeras de la música navarra: el tenor Julián- Gayarre y el violinista y compositor Pablo Sarasate. Una iniciativa, pues, rubricada por el más rotundo éxito. Amstrad PCW 8256 La empresa Amstrad, fabricante de los ordenadores domésticos CPC 464 y CPC 6128, ha lanzado un nuevo modelo denominado PCW 8256 (Personal Computer Word Processor 8256) conocido fuera de España por Joyce Cumple la premisa Amstrad de ofrecer un ordenador compacto. Si en el caso de los domésticos éstos consistían en unidad central, monitor y o disco, el PCW 8256 consta de la unidad central, la unidad de disco, el monitor y la impresora. Además, el PCW tiene 256 K de memoria RAM y trabaja bajo el sistema operativo CP M Plus, y todo a un precio de 169.900 pesetas. Sin embargo, es necesario conocer la otra cara de la moneda de este aparentemente fabuloso ordenador PCW 8256. Los 256 Kbytes de memoria RAM no son 256 K realmente operativos. El PCW 8256 está dirigido por el procesador Zilog Z 80, de 8 bits, capaz de direccionar sólo 64 K de una vez. Dos de estos bancos, 128 K, se destinan al sistema operativo CP M, y los otros dos se manejan comoun disco RAM (simulación de un disco en memoria) De esta manera la memoria realmente útil es mucho menor. La memoria ROM no existe y esto obliga a cargar el sistema operativo en RAM antes de poder empezar a trabajar. Esto, aparte de ocupar memoria útil, exige tener que esperar cierto tiempo. El sistema operativo CP M Plus permite en teoría utilizar los programas CP M de Amstrad 6128. Pero hasta qué punto la compatibilidad de software es real debe mostrarlo la práctica. La unidad de disco, alojada en el monitor, maneja disquetes de tres pulgadas y los formatea a 180 K por cara. Esto contrasta con el hecho de que la mayor parte de los programas CP M se encuentran en formato de discos de 5 1 4 pulgadas. El teclado es QWERTY estándar y dispone de 82 teclas, teclado numérico y caracteres españoles. El monitor es de fósforo verde y puede representar 720 x 256 puntos, lo que equivale a 90 columnas por 32 líneas. La impresora funciona a 90 cps en modo normal y 20 en alta calidad; es matricial y contiene cinco tipos de letra. Ninguno de los elementos del PCW 8256 puede reemplazarse por otro de mayores prestaciones. El PCW 8256 incluye, aparte del sistema operativo, el programa LocoScript, un procesador de texto de medianas prestaciones, los lenguajes BASIC y LOGO y la extensión gráfica DR GSX. Y éste es uno de los problemas del nuevo Amstrad: la falta de programas. Bomba en la cuna de la paz Las cosas que más duelen son las que no se entienden. Cuando entiendes un dolor, se vuelve ya medio dolor. Las graves son esas cosas que no le entran a uno en la cabeza y que se te quedan clavadas dentro, por absurdas. Y absurda es esa noticia que hace semanas no logro quitarme de la imaginación y que no he visto apenas comentada en la Prensa, tal vez porque ya nos hemos acostumbrado a los absurdos. Me refiero a esa bomba terrorista que a mediados de diciembre estalló en la iglesia de la Porciúncula de Asís. Y a esa otra que pudo detectarse a tiempo en el sepulcro de San Francisco de la misma ciudad. ¿Quién pudo tener la loca idea de destruir ese nido de la ternura que es la pequeña ermita en que murió el santo de la paz? ¿Qué idea quiso defenderse con esa metralla? ¿A quién hería el mensaje de paz pregonado a lo largo de los siglos por el mínimo y dulce Francisco de Asís? Ya sé que es demencial buscarle razones a la locura. Si el terrorismo no fuera ilógico y absurdo no sería terrorismo. Pero aún dentro de la locura del terror hay gestos que son especialmente ilógicos: ¿Qué puede empujar a un hombre a destruir a martillazos la Piedad de Miguel Ángel? ¿Qué extraños vericuetos mentales conducen a un ser humano a poner una bomba en ese milagro de paz que es la ciudad de Asís? ¿Por qué pone alguien una bomba en un restaurante donde comen pacíficamente dos docenas de desconocidos? Yo soy- -mis lectores lo saben- -un terco en lo de creer en la bondad humana. Quiero obstinadamente mirar el mundo con optimismo. Pero ¿cómo evitar que, a veces, esa fe en la humanidad se tambalee? Me gustaría entrar- -aunque sólo fuera por un momento- -en la mente de estos terroristas del absurdo. Conocer por qué intrincados caminos mentales llegaron a esa demencia de la violencia inútil y salvaje. Saber cómo fueron sus vidas. Entender quién les mutiló a ellos el alma antes de que ellos intentasen mutilar una estatua o destruir el recuerdo de un hombre milagroso que vivió hace siglos. Me gustaría entenderles, no condenarles. Preguntarme a mí mismo si yo, habiendo vivido en sus circunstancias, habría incurrido en locuras como las suyas. Ese pozo negro en que viven- -me pregunto- ¿fue fabricado por ellos mismos o por la falta de amor que les rodeó? ¿Es que no fueron queridos por nadie o es que ellos despreciaron, por egoísmo, a cuantos les amaron? No entiendo nada. Sé que no puedo juzgar, porque ¿quién conoce los últimos porqués de las cosas? Compadezco a los jueces. Sé que- -como decía Grahan Greene- si conociéramos el verdadero fondo de todo tendríamos compasión hasta de las estrellas Y entiendo que, al fin, Dios tiene que ser una infinita misericordia, porque El entiende todo eso que nosotros no entenderemos jamás. Pero sigo preguntándome si en un mundo en el que todos nos quisiéramos, a alguien se le ocurriría la locura de poner una bomba en la misma cuna de la paz. 39