ABC MADRID 09-02-1986 página 150

AL LORO N leclor inlcligcnlc ha propucstn en ABC que se cWíc en las emisiones de radjo el léxico taprichoso y h aíroi prODundadón que muchos guionislas atribuyen a obreros y campesinos- para accnluar la nota pinlorcsca Dice, con razón, que conviene ímp ner rcspeio para nuestro idioma y que no emTc n i n n motivo rcsnoiiible para que seu un ficiido palurdo el que tranímiía al mundo b voz de nucstn compatnotas humildes, en vez de lomar como tipo a un labriego húrgalas o a un trabajador de Valladolid, que hablan un buen castellano, EJ apoyo 4i uc ABC concede a esta proicsla es plausible. Quizá c u p i e lamhíiín recomenoar m s cuidadora vi ilancia del lenguaje en otras emisiones en las que se esta muy lejos de intentar la cancolura de los palurdos se prodigan barbarismos, neologismos e idiotismos con irritante insolvencia. Esto licfic cxtraofdmana importand a ponqué La radio ifiíluyc w b r c muchisima gente de escasa o nula preparadón que da por supuesto 4) ÜC cuando un locutor lanza un vocablo o un giro desde tan apafalosa tribuna es fHjrque sabe muy bien lo que dice, v se apresuran a imitarlo. Gran paite de inaceptables expresiones en arculadón han sido difundidlas por tos tnicrófonos, Pero ya se sabe que no hay que abarcar demasiado sí se quiere apretar un poco, y buefío es liioitarse a aprovechar La ocasión de procLamar cuanto hay de mal gusto y de pobreza de ingenio en esas arbitrarias esquematizado nes. EL mat n a d ó mucho antes que la radiofonía; n a d ó en la escena. Esiste un brülo de teatro oue no nene parangón con ningún b r u t o del m u n d o se e n c o r v a c o m o un mono para golpeaiM laa rodillas cuando oye, d) ce o presencia algo que se le antoja impresionante, se pone morrudo para emitir una voz gritadora que parece simultanear con masticadones de algo que le ocupase la Iwca. y expresa us sentimientos amatorios con codazos, priln das y empujones. Nos fuerza a pensar que si hubiese en cualquier lugar un par de tipos como éste, lo despohtuian por insufnnle Van más allá de cuanto se k ocurrió a La Naturaleza al idear la tosquedad. Son tan de. uforados e irreales que cuando nos Los presentan sobre las tablas más bien dirfamos que el actor o La actriz se proponen prefe- HUMOR Antología del h u m o r U PALABRAS AL VIENTO Por Wenceslao FERNANDEZ FLOREZ reniemcnlc convencemos de que ellos están a tanta disianda de lo zaño que ni siquier han íenido ocasión de observar a nadie que lo sea V se ven forzados a ypciar a suposidones í nlá ticas y exageradas. El recurro de obligar a los personajes al uso de una horrible prosodia o de vocablos defectuosos se hace sospechoso de indigencia mental. La complicidad del público queda asegurada en estos casos por una espede de sentimiento de superioridad de la más ínfima categoría- El espectador de pocas luces se reirá cstrcpilosamenie cuando el actor que encarna al paleto pronunde h ígA o crocodilo, no porque le haga grada, sino como medio de proclamar que él se encueoíra por enama de los paletos, que nada tiene que ver con los paletos- puesto que sabe dedr haya- y cocodrdo- aunque acaso hable de rcííritxíones y cJoquer a í- y oue los despreda hasla el punto de destemitbise cuando los oye. En t fondo quedan muy agradeddos ól autor que les permitió revelar la cxquisilez de su sabiduría. En la icndenda a tales argudas intuye el ejemplo de escritores que han logrado grandes cíxiTos con el empleo del lenguaje popular. Citemos a López Silva y al excelente Amichcs. Pero se trataba de hombres de gran talento, de una obscrvadón agudísima, poseedores del don de la Erada, capaces de hacer la alquimia de lo popular para extraer sus escodas artísticas. Tanta era su valía que- -como ya se ha dicho muchas veces- si bien tomaban elemcnTos del pueblo, asimismo se los suministraban, y ellos haaon hablar a sus personajes reprcsentanvos como después de ellos- n o ant e s- terminaron por hablar lo rcptesenladm, lo que es imposible como no se haya penetrado hasta la medula de la personalidad y descubierto cuites pueden ser sus legtirttas evoludones- Trazaban la espiral de castizo. Partfíin de él. COFTÍO de un punto y lo desarrollaban en curvas airosas, ensanchando su área sin desvirtuar su origen. Naturalmente, para tal obra hace f ta lo que no se puede improvisar: algo más considerable aún que el ingenio. Entre su labor y la que ahora comen tamos hay un abbmo que se mtenia rellenar con tonterias. Ellos crearon una cspcde de encantador madrilei tsmo- Estos a que se refiere el ABC apenas apoLílEan e casiellano. CANDELA 30