Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 09-02-1986 página 60
ABC MADRID 09-02-1986 página 60
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 09-02-1986 página 60

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página60
Más información

Descripción

60 ABC DOMINGO 9- 2- 86 El triunfo del actual presidente de Estados Unidos en las dos últimas convocatorias electorales tuvo su principal fundamento en el asentamiento ideológico del nuevo movimiento conservador que, desde hace treinta años, venía impregnando las esencias intelectuales de distintas personalidades. Este lento y progresivo cambio de ideas es explicado por el profesor Federico Trillo- Figueroa, quien en dos reportajes publicados en ABC analizaba la influencia ya innegable de lo que se considera todo un fenómeno cultural: el triunfo del neoconservatismo y el un movimiento organizado ni conabandono del utopismo izquierdista como galvanizadores sociales voca reuniones, ni tiene estructura alguna, ni objetivos programáticos; Durante años, ser intelectual en clásica occidental y marcando las es más bien una manera de pensaNorteamérica implicaba ser política- distancias con el jacobinismo revo- miento, ni tan siquiera una escuela, mente de izquierdas. Desde los lucionario francés. Cuando los ame- si se quiere una persuasión cotiempos de Roosevelt la izquierda ricanos buscaban todavía una mún ante algunos problemas funfue asumiendo el monopolio oficial Nueva frontera (Kennedy) para damentales En sus Reflexiones del pensamiento. El liberal nortea- llegar a la Gran sociedad (John- de un neoconservador el propio mericano, lejos de parecerse a sus son) ya Frederick Hayeck estaba Kristol lo resume así: homónimos europeos, se asemeja de vuelta del Camino de servidum- Emergen del mundo académico e más bien al radical de izquierdas bre al que conducen los excesos intelectual y no se vinculan al- partidario del intervencionismo es- intervencionistas y planificadores. mundo de los negocios- fuente tratatal, del permisivismo social y del Cuando muchos norteamericanos dicional del conservadurismo ameripensamiento utópico- dejando al se toparon de bruces con la crisis cano. conservador el espacio que aquí de los años 70, ya hacía años que Son antirrománticos y antiutópidenominaríamos centro- derecha. Richard Weaver había escrito que cos; contemplan al romanticismo y Instalados en la ortodoxia, los libe- Las ideas tienen consecuencias al utopismo político como una de rales radicales se complacían en Pero había sido predicar en el de- las plagas de nuestra época. criticar las raíces del sistema de sierto- aislados, sin tribunas, sin Admiran a Aristóteles, respetan a vida y gobierno americano, lanapoyos- contra la doctrina oficial Locke, desconfían de Rousseau. zando anatemas contra cualquier sospechoso de capitalismo, libre- de los gurús de la izquierda. A lo No piensan que el capitalismo licambismo o, simplemente, america- sumo, publicaban en la National beral democrático sea el mejor de Review cuando Willíam Buckley todos los mundos imaginables; pero nismo. fundó la revista conservadora en creen que es el mejor de los posiPero cuando Ronald Reagan llegó al poder, ese panorama ya estaba cambiando. Hoy, quienes sitúan sus libros entre los bestsellers quienes interesan a las editoriales y a las Fundaciones, quienes son consultados por la Casa Blanca o por el Congreso, son ex troskystas conversos, académicos e intelectuales que tienen en común su apuesta por el conservadurismo. Cuando Schlleshiger y Galbraith, típicas encarnaciones del liberal instalado, asesoraban a Kennedy en la 1955, poca gente hubiera creído no bles en las presentes circunstanCasa Blanca, ya algunos visiona- sólo que pudiera celebrar su treinta cias. rios anunciaban el declive del radi- aniversario, sino que, además, lle- Consideran que una economía calismo y la necesidad de volver a gar a contar con los cien mil sus- predominantemente de mercado es los valores de libertad que funda- criptores que hoy tiene. una condición necesaria, aunque no mentan la tradición americana. Russuficiente, para una sociedad libesell Kirk había recordado en 1953 ral, y es, desde luego, la que favoLos neoconservadores las viejas raíces que, desde Burke y rece el crecimiento económico. John Adams, son comunes a La Paradójicamente fue un periodista A su vez, el crecimiento económentalidad conservadora en Inglate- de izquierdas quien en 1979 señaló mico es condición indispensable rra y Estado Unidos Periódica- las afinidades existentes entre un para la estabilidad social y política. mente se alzaban otras voces aisla- grupo de notables académicos e in- Sin embargo, no abominan de das para avivar el rescoldo del pen- telectuales americanos: Norman todo el Welfare State, ni de cierto samiento conservador. Muchas de Podhoretz, D. P. Moynihan, S. M. intervencionismo que ayude a los ellas surguían de aquella nueva Lipset, Daniel Bell, Robert Nibset e ciudadanos a ejercer con más gaoleada de peregrinos de la libertad Irving Kristol eran- según los califi- rantías sus preferencias en un merque habían desembarcado en la tie- caba Peter Steinfels- algunos de cado libre. Pero en ningún caso rra americana a consecuencia de la los hombres que están cambiando comparten la concepción que desegunda guerra mundial Eric Voe- la política de América fiende el intervencionismo en lo gelin y Leo Strauss proyectaban la Para Kristol- quizá el único que económico y el absentismo en rela Nueva ciencia de la política co- se reconoce expresamente como tal ción con las costumbres y problenectando el pensamiento de los neoconservador- el neoconserva- mas sociales, sino que, justamente, Founding Fathers con la tradición tismo existe realmente, pero no es invierte las prioridades. llegada de el cambio la Cuando, en 1955, W eos oreyeron qm Contemplan, en fin, a la familia y a la religión como fundamentos indispensables de una sociedad digna, y tienen especial predilección por todas aquellas instituciones intermedias que, en una sociedad liberal, concilien la necesidad de comunidad con el deseo de libertad. Elemento renovador Algunos son verdaderamente nuevos en el campo conservador. Norman Podhoretz es un ejemplo de quienes adoptaron en su día posiciones trostkystas para oponerse, desde la izquierda, aJ comunismo ortodoxo; su libro autobiográfico Breaking Ranks (rompiendo filas) muestra la peripecia vital e intelectual que le llevó al conservadurismo, tras romper filas en solitario con la izquierda oficial. Judío, como el propio Kristol, ha convertido la revista Comentan del movimiento sionista, en uno de los principales medios de difusión deí neoconservadurismo. La específica trayectoria intelecutal de cada uno de estos pensadores, les hace refractarios a clasificaciones simplistas. Así, no resulta realmente sorprendente que los judíos den Dos hurras al capitalismo (significativo título de otro libro de Kristol) si resulta insólito en los esquemas tradicionales norteamericanos que un pensador católico como Michael Novak concilie el sistema político democrático con la economía de mercado y la moraí tradicional. Ni siquiera adoptan un mismo talante si se lanzan a la política activa, como lo prueban los diferentes estilos de la embajadora Jane Kirkpatrick y del senador neoyorquino Patrick Moynihan. En el fondo- m e indicaba Huntintong, prestigioso catedrático de Harvad- la auténtica novedad del llamado neoconservadurismo no radica en las personas- é l mismo se resiste a ser así clasificado- sino en el profundo cambio que se ha producido en el pensamiento norteamericano desde los años 70. Hoy es el conservadurismo el ele- Durante muchos años, ser intelectual en Estados Unidos implicaba ser políticamente de izquierdas La novedad del neoconservatismo está en el profundo cambio experimentado por el pensamiento norteamericano

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.