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ABC MADRID 25-09-1985 página 81
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  • EdiciónABC, MADRID
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MIÉRCOLES 25- 9- 85 ESPECTÁCULOS ABC 31 Festival de San Sebastián Música La vieja música el camino difícil de Mario Camus San Sebastián. Juan Ignacio García Garzón, enviado especial Las dos películas a concurso proyectadas ayer en la sección oficial del certamen tenían la misma melodía de fondo en la partitura: la del replanteamiento de diversas cuestiones y el desmoronamiento de muchas convicciones íntimas después de varios años de rumiar el amargo pan del exilio. El español Mario Camus dibuja en La vieja música el ancho abismo que separa la realidad del deseo, y el argentino Alberto Fischerman, en Los días de junio bucea en las cicatrices de una antigua amistad puesta a prueba por la distancia y el miedo. Después de los dos aldabonazos de éxito régimen democrático y que afrontan diversos que fueron La colmena y -Los santos ino- aspectos de la historia reciente. Cuatro amicentes Mario Camus ha optado por un ca- gos, uno de ellos exiliado, se vuelven a reunir mino difícil, y esto no significa que los títulos después de varios años; en esos momentos, mencionados fueran empeños sencillos, sino la guerra de las Malvinas da sus últimos coleque ahora, en La vieja música el realiza- tazos y el Papa Juan Pablo II visita Argendor parece haber huido de la brillantez que, tina. Cada uno de ellos confronta sus propios de cara al espectador, tenían sus anteriores miedos, almacena sus propias cicatrices, que trabajos y ha escogido la historia de un pro- la reunión da ocasión de revivir. ceso íntimo, el desconcierto interior de un Rodada con un sonido directo que añade hombre que ha idealizado un antiguo amor y confusión a los confusos parlamentos de los ese recuerdo resuena siempre al fondo dic- protagonistas (en particular a Norman Briski, tando y condicionando sus acciones. apenas se le entiende lo que farfulla) Los La vieja música es una película de silen- días de junio dan impresión de ser una pelícios, de conversaciones quedas, de miradas, cula ya vista, que nos habla de unos seres de meigas luces, sin crispaciones ni sobresal- irremisiblemente marcados, aunque un final tos. Leves signos, indicios entrelazados que abierto al optimismo, con el desenterramiento ilustran el tenso proceso personal que vive de unos libros ocultos durante mucho tiempo, ese hombre que mira todo desde la perpleji- indica que es necesario encarar la nueva dad y la distancia, como testigo de tos he- etapa con talante esperanzado. El filme rechos que a él mismo le ocurren, y que parece sulta arduo de digerir y se pierde en ocasiosiempre observar desde fuera, a la vez ajeno nes en lugares comunes. Los intérpretes esy entregado. La soberbia interpretación que tán en la It nea de solidez de la escuela arrealiza Federico Luppi es baza fundamental gentina, aunque Briski recarga las tintas del de este filme; sin su sensibilidad, su capaci- histrionismo. Fuera de aquellos pagos, Los dad de transmitir sensaciones apenas sin mo- días de junio tiene difícil enganche con el ver un músculo, con asombrosa economía de espectador. medios, pero con demoledora efectividad, la En la sección zona abierta le tocó el turno cinta se vendría abajo o, al menos, sería bas- a otra película española, Casas viejas pritante distinta. mer largometraje de José Luis López del Río, Luppi, quizá el mejor actor argentino de la que narra los sangrientos sucesos que tuvieactualidad, es Martín Lobo, un exiliado uru- ron lugar en ese pueblo, hoy Benalup de Siguayo que llega a Lugo, acompañado por su donia. Con técnica de cinema- vérité López hija, para entrenar al equipo de baloncesto lo- del Río reconstruye, con algunos de los procal. Lobo lleva fuera de su país trece años y tagonistas de los hechos como actores y nasu hija es fruto del matrimonio fracasado con rradores, los disturbios que concluyeron con una estadounidense. El no sabe nada de ba- la violenta intervención de la Guardia de loncesto y su venida a España sólo tiene por Asalto republicana y la muerte de numerosos objeto seguir el rastro de un viejo amor, Pa- vecinos. El intento es interesante y evidencia loma, a la que dejó de ver cuando la última la habilidad der realizador para mezclar docudictadura militar sentó sus reales en Uruguay. mento y ficción. Confrontadas las antiguas melodías con la Los ecos festivaleros transcurren entre las música presente, la reconciliación con el pa- idas y venidas de estrenas y las polémicas sado resulta imposible y Martín Lobo debe por las exclusivas. En esta edición parece afrontar una existencia en la que ese pasado que hay más caras famosas en el certamen, será ya distinto. aunque en la sala de Prensa es difícil enconCamus gradúa sabiamente los delgados trar una máquina de escribir que funcione cocontrapesos que marcan el itinerario íntimo rrectamente y los absurdos horarios de estas del protagonista, alternando escenas de este oficinas (el télex permanece cerrado de dos a proceso con bellas y espectaculares secuen- cinco de la tarde, cuando se supone que es cias de baloncesto. Junto a Luppi, que marca en ese período cuando los críticos enviarán considerable distancia con los demás actores, las crónicas de las películas vistas por la maintervienen en el filme Charo López, que ex- ñana) y la insuficiencia de medios provocan hibe su distanciamiento de esfinge; Antonio retrasos considerables en el envío de los tíaResines, Assumpta Serna, Agustín González, bajos. El Festival se ha lavado la cara, pero Paco Rabal, en un pequeño papel, y la niña un aspecto tan importante como éste contiEva Cooper, que pasa la prueba de las cá- núa igual. La organización debería cuidar maras con naturalidad y desparpajo. más estos detalles, que no son propios de un Los días de junio es una de las películas certamen serio como San Sebastián pretende argentinas rodadas tras el advenimiento del ser. Pentagramas españoles para el XIV Congreso Europeo de Citología Teatro Real. 23- IX- 1985. Orquesta Sinfónica de Madrid (Orquesta Arbós) Solista: Antonio Baciero, piano. Director: Jorge Rubio. Obras: Obertura de Los esclavos felices de Juan Crisóstomo Arriaga; Noche en los jardines de España de Manuel de Falla; Sinfonía sevillana de Joaquín Turina, y la segunda suite de El sombrero de tres picos de Manuel de Falla. No es la primera vez que lo escribo y ojalá lo pueda repetir muchas más: demuestran estupendo gusto los organizadores del XIV Congreso Europeo de Citología al incluir entre sus actos, con el patrocinio del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, un concierto en el Real. No porque sea en el Real, evidentemente; sí, porque es concierto y porque el programa, confiado a intérpretes españoles, estaba íntegramente compuesto, por títulos españoles. Aunque no se trata de hacer crítica formal de la convocatoria, sino excesivamente de dejar constancia del ejemplar empeño médico- cultural, sí quiero referirme, con base en la primera parte escuchada, a una estu- penda versión, pulcra y exacta en la ejecución y ligera en el espíritu, de la obertura de Arriaga ofrecida por la orquesta Arbós y su director invitado, Jorge Rubio; así como a una excelente prestación solista de Antonio Baciero en las Noches de Manuel de Falla, más de aplaudir, quizá, que nunca- n o es la primera vez que el artista burgalés aborda las piezas en el escenario det Realporque supo atemperarse en tempi fraseo y dinámicas a un todavía no total dominio de la obra por parte del conjunto de la Zarzuela. L. H. Helder Cámara presentará su Sinfonía en España Río de Janeiro. Agencias Helder Cámara, ex arzobispo brasileño de Otinda y Recife, viajó a España, donde presentará su Sinfonía de los dos mundos Tras cincuenta y tres años de sacerdocio, Helder Cámara, conocido como el arzobispo de los pobres, creó esta sinfonía para despedirse de su cargo en ef arzobispado de Recife, que abandonó el 7 de febrero de 1964, al cumplir setenta y cinco años. La Sinfonía de los dos mundos es una pieza de seis movimientos, con un texto escrito por Helder Cámara y adaptado por Emilie Gardez, poeta y animador de la radio suiza romana. La música es de Pierre Kaelin, director del Coro Sinfónico de Friburgo (Alemania) Esta sinfonía, que será interpretada a primeros de octubre en San Sebastián, Bilbao y Pamplona, se presentó en años anteriores en Suiza, Francia, Italia, Holanda, Canadá y Japón. Con esta composición, Helder Cámara denuncia el egoísmo que dio origen a la violencia, la miseria, el hambre y las injusticias. El prelado expresa también en la sinfonía su confianza en la capacidad de la recuperación de la Humanidad.

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