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ABC MADRID 12-06-1985 página 67
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ABC MADRID 12-06-1985 página 67

  • EdiciónABC, MADRID
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MIÉRCOLES 12- 6- 85 1 ESPAÑA EN EUROPA A B C 67 L momento de la firma del Tratado de Adhesión a la Comunidad Económica Europea abre una nueva etapa de la historia económica y social de España, cuyos resultados podrán ser positivos a medio plazo si toda la sociedad española, eficazmente gobernada, es capaz de reaccionar ante el reto que plantea el Mercado Común. Años hace, en efecto, que la CEOE- como expresión máxima de los empresarios españoles- -mostró su vocación europeísta e hizo pública su postura favorable a esta integración. Hay algunos aspectos concretos de lo acordado entre España y la Comunidad que nos hacen albergar preocupación. La inmediata implantación del IVA, la desaparición también inmediata de la desgravación fiscal a la exportación, la eliminación del Impuesto de Compensación de Gravámenes Interiores y otros compromisos que España ha asumido harán peligrar la competitividad de las empresas españolas. Pero ya está acordado y es historia. Ahora el gran reto es demostrar la capacidad de respuesta de nuestra economía y nuestras empresas. Los poderes públicos, por su parte, tienen que hacer un esfuerzo de compromiso con la sociedad española para dotarla de los márgenes de libertad suficientes para competir con la Europa comunitaria. La capacidad de respuesta de las empresas españolas está en función de la libertad con que puedan actuar, porque la competencia dura que van a tener que afrontar desde el 1 de enero de 1986 exige al menos igualdad de condiciones en el punto de partida con respecto a los países comunitarios. A partir de esa fecha, España se integrará en un área económica más desarrollada y flexible. Y eso, sin duda, puede y debe reportar a largo plazo consecuencias benéficas para la economía y para el sistema productivo españoles, aunque hoy haya que hablar de temor, porque el empresario español desconoce todavía- nadie se lo ha explicadoel precio que tendrá que pagar: los términos precisos en los que se va a producir nuestra integración en Europa, las consecuencias y las medidas previstas para actuar con eficacia y para atenuar, cuando sea necesario, el impacto de la integración. E UNA NUEVA ÉPOCA, UN NUEVO LENGUAJE de contactos inmediatos con los sectores más afectados por la integración: agricultoPor José María CUEVAS res, ganaderos, industria de transformación, La preocupación más importante tiene un sector idustrial y a la creación de un nuevo marco que genere confianza o en el que, al origen: España sigue necesitando un conmenos, no existan las actuales dificultades junto de reformas estructurales, sin las cuales para el desarrollo normal de la actividad emla integración en la CEE corre el peligro de presarial. convertirse en una muerte masiva de empresas. Y son reformas que deben La integración de España en caminar siempre en el sentido de la CEE, por sí misma, pone tamla libertad. bién al Gobierno ante la ineludible responsabilidad de informar y Recientemente, con motivo de de formar, mediante un plan la reunión que el ministro de acordado con el empresariado, Economía y Hacienda sostuvo para que no exista ni un solo en CEOE con una nutrida repreempresario en España que igsentación de empresarios, senore cómo le afectará la entrada ñalé la necesidad de qué el Goen la CEE y qué posibilidades se bierno demuestre con hechos, y abren ante él en la Europa de con urgencia, porque disponetos Doce Y ante la responsamos tan sólo de seis meses, bilidad, una vez más sólo cabe aquella capacidad de asumir un una respuesta coherente: el compromiso que es el segundo compromiso. gran reto del momento actual. Básicamente, la médula de Este es el nuevo lenguaje que este compromiso consiste en elidebe presidir la nueva época: liminar todas las rigideces del sis- José María Cuevas bertad económica y compromiso tema español que provocan la Presidente de la CEOE nacional. Un lenguaje que debe desventaja de las empresas esllegar a toda la sociedad espapañolas frente a sus competidoras europeas. ñola y que en ningún momento debe albergar Rigideces derivadas del sistema español retóricas, sino que debe estar en el arranque de Segundad Social, que es el más gravoso de una voluntad decidida de hacer de España para las empresas de toda Europa y a la vez un país más moderno y donde Europa no sea uno de los más ineficaces. Rigideces en le- vista como una amenaza, sino como una gislación laboral, en la que deben ser removi- oportunidad creadora. Para ello, los empresarios pedimos al Gobierno y a los restantes poderes públicos un compromiso para la libertad, que se traduzca en la eliminación de la burocracia y la rigidez, en la eliminación de los privilegios para unas empresas en detrimento de las demás y en la abolición de la ineficacia. Como siempre, los empresarios españoles- l a CEOE- estamos dispuestos tamb! én a comprometernos con nuestra responsabilidad colectiva, porque el momento es grave y decisivo, sabiendo que si se eliminan aquellos obstáculos surgirán numerosas iniciativas empresariales capaces de abrirse paso en esa Europa a la que ya casi hemos entrado. dos los obstáculos que actualmente impiden al empresario español adecuar sus plantillas a las necesidades de la producción, características del mercado y exigencias de los cambios tecnológicos. La libertad debe llegar también al sistema fiscal, entendiéndola como una revisión a fondo que permita su simplificación y el fomento de procesos de ahorro e inversión que propicie la necesaria capitalización de las empresas españolas y no sitúe al contribuyente- e n este caso, a la empresa- en la condición previa de presunto delincuente. El compromiso de la Administración debe alcanzar también, de modo leal, a la apertura Lo que España pagará a la CEE El capítulo de Recursos Propios, o dicho en lenguaje llano, lo que España deberá aportar a las arcas comunitarias y lo que nuestro país recibirá de ellas, se cerró en la famosa sesión de negociación, que culminó en la madrugada del 29 de marzo pasado. España deberá contribuir al presupuesto comunitario con transferencias a la Comunidad, en base a los derechos de aduana percibidos por la importación de productos agrícolas de países terceros, a las tasas agrícolas y con el porcentaje establecido del IVA. Como durante los primeros años del período de transición España contribuirá con el total de lo que le corresponde y, sin embargo, no recibirá la totalidad de las ayudas, se han establecido unos mecanismos de devolución. De esta manera, la Comunidad devolverá a España, durante los siete primeros años desde la adhesión, el saldo negativo que resulte entre lo que recibe de la CEE y lo que se aporta. De acuerdo con los cálculos que se han hecho, el déficit disminuirá progresivamente hasta llegar a una situación neutra en el séptimo año. A partir del octavo España pasará a ser beneficiario neto. De este modo, la CEE devolverá a España las cifras siguientes: En 1986, el 87 por 100 de su contribución por el IVA. En 1987, el 70 por 100 de su contribución por el IVA. En 1988, el 55 por 100 de su contribución por el IVA. En 1989, el 40 por 100 de su contribución por el IVA. En 1990, el 25 por 100 de su contribución por el IVA. En 1991, el 5 por 100 de su contribución por el IVA. En 1992, el 0 por 100 de su contribución por el IVA. De acuerdo con los cálculos realizados por miembros de la Delegación negociadora española, el beneficio anual que tendrá España al final de la transición será de unos 80.000 millones de pesetas netas. Hasta el último momento se ha estado discutiendo la participación de nuestro país en la devolución del llamado cheque británico. El acuerdo final en este apartado, y que supuso una cesión española frente a los planteamientos comunitarios, supone que España tendrá que pagar 8.500 millones de pesetas.

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