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ABC MADRID 08-05-1985 página 55
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  • EdiciónABC, MADRID
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MIÉRCOLES 8- 5- 85 LA VISITA DE RONALD REAGAN Discurso del presidente USA en la Fundación Juan March A B C 55 controles, la Nuestras economías prosperan con la libertad y su- ban los perdía ritmo yinversión decaía, el crecimiento disminuía el empleo. La única medida no tomada es justamente fren con su ausencia. La libertad funciona la que ha demostrado una y otra vez ser la más reducciones de impuestos, sino que además los hará menos progresivos Creemos que no hay nada de progresivo en tasas impositivas que le quitan a los ciudadanos el ánimo para ascender escalones en la senda del éxito. Hay quienes han señalado el déficit presupuestario como origen de nuestra expansión económica. Pero, si ello fuera cierto, ¿por qué los presupuestos deficitarios de la década de los setenta no consiguieron revitalizar una economía que perdía su ímpetu? El hecho es que muchas de las naciones industrializadas occidentales tienen un déficit mayor en relación con su PNB que los Estados Unidos, y que a pesar de ello su recuperación ha sido lenta. El déficit entorpece el crecimiento, no lo crea, y estamos empeñados en un programa que reducirá el exceso de gasto público y nos dará un presupuesto equilibrado para el final de este decenio. Pero al mismo tiempo hemos comprobado que los mayores obstáculos a la asunción de riesgos, a la inversión, al crecimiento y a una economía fuerte y en alza son los impuestos elevados y progresivos. El Estado es el problema Todas las naciones son diferentes, y las Nuestra experiencia nos ha demostrado soluciones han de contar con sus diferencias. que el Gobierno solo no puede estimular el Pero creo firmemente que hay ciertos princi- progreso económico, pero que en cambio le pios básicos que, sabiamente aplicados, pue- puede proporcionar libertad. Las naciones den beneficiar a todas. En los Estados Uni- desarrolladas de Occidente han estado en la dos rechazamos el pesimismo; habíamos lle- vanguardia mundial en incrementar el nivel gado a creer que el Estado era el problema de vida para sus ciudadanos a través del cremás bien que la solución, que el ingente cre- cimiento de la libertad personal, la misma licimiento de ¡a burocracia federal abrumaba al bertad que constituye la esencia de la felicisector privado y que los enormes aumentos dad humana y la realización espiritual. de los impuestos y de las reglamentaciones Sin embargo, algunos Gobiernos siguen inasfixiaban la iniciativa individual y destruían tentando controlar sus economías: se han heposibilidades para nuestro pueblo. En nuestro cho cargo de muchas industrias y han subpaís siempre hemos sostenido como artículo vencionado a otras, han subvencionado las de fe que la libertad funciona, y yo accedí a exportaciones y se han protegido de las imla Presidencia resuelto a conseguir que la li- portaciones, han enviado a sus inmigrantes de vuelta a sus países para aliviar el desembertad tuviera su oportunidad. Así, pues, comenzamos con una reducción pleo y han aprobado rigurosas leyes laborade impuestos que supuso una seria rebaja de les que restringían el movimiento de la poblalas tasas impositivas máximas y la rebaja ge- ción activa. Pero a medida que se multiplicaneral de todas las tasas en casi un veinticinco por ciento. Con la eliminación de regulaciones innecesarias limitamos el papel del Pronto, España ocupará el Estado y dejamos en libertad a la empresa, lugar que le corresponde sin poner en peligro los elementos de protección necesarios que una sociedad compasiva como miembro pleno de la ha de garantizar. Comunidad Europea. Su acció. La inflación se disparó a niveles incontrolados. Cada vez más trabajadores perdían el empleo. Se debilitaron la innovación y la productividad. Pareció que, en vez de edificar el futuro, nos deslizábamos impasiblemente hacia el pasado. A medida que el pesimismo reemplazaba al progreso, se fueron elevando voces que aseguraban que nuestra decadencia era inevitable. Nuestro mundo, decían, estaba agotando rápidamente sus recursos y había que confiarle al Gobierno la distribución equitativa de nuestra menguante riqueza económica. Las sociedades perdían la fe en la libertad y se puso de moda hablar de una convergencia entre los países libres, democráticos, y las dictaduras totalitarias. Sé que a España le tocó su parte de aquellos problemas. Además, tuvieron ustedes que hacerles frente a la vez que afrontaban las exigencias de su histórica transición a la democracia. Tienen ustedes una palabra muy gráfica para expresar los costes humanos de la dolencia económica: paro Muchos economistas, educados en la vieja política del intervencionismo económico, pronosticaron el desastre. Sin embargo, a medida que la recuperación cobraba fuerza, la inflación y los tipos de interés fueron disminuyendo, la creación de nuevas empresas saltó a la impresionante tasa de seiscientas mil por año y despegó el empleo, llegando a crearse ocho millones de nuevos puestos de trabajo. Y en mil novecieritos ochenta y cuatro, tuvimos el crecimiento económico más fuerte habido en tres decenios. Hemos decidido que la libertad funciona tan bien a la hora de crear puestos de trabajo y posibilidades para el pueblo norteamericano que queremos aún más todavía. Cuando regrese a los Estados Unidos presentaré a nuestro Legislativo un proyecto de ley histórico de reforma tributaria, que no sólo prevé más eficaz: la de reducir el impuesto aplicable a la renta personal marginal. El expediente histórico es elocuente: las reducciones de impuestos funcionan. Alemania renació de las cenizas de la segunda guerra mundial a finales de los años cuarenta, cuando Ludwig Erhard procedió a una reducción radical de impuestos. A partir de mil novecientos cincuenta, Japón consiguió lo mismo en más de veinte años de reducciones impositivas, que le catapultaron del subdesarrollo a las primeras filas de las potencias económicas mundiales. Entre mil novecientos setenta y tres y mil novecientos setenta y cinco, Austria adoptó la mayor reducción de impuestos registrada en la historia europea reciente, que hizo de su economía la más briosa entre las de las naciones democrático- socialistas. En mi propio país hemos tenido tres grandes rondas de reducciones de impuestos, en ios años veinte, en los sesenta y ahora en los ochenta, que han marcado tres períodos que figuran entre los más prósperos de nuestra historia. En cada una de esas ocasiones, los discrepantes dijeron que se estaban dando a los ricos muchas ventajas a expensas de los pobres. Sin embargo, en todas las ocasiones, tras la reducción de los impuestos, los ricos terminaron aportando una proporción mayor de la carga fiscal, en la medida en que la disminución de las tasas encauzó más dinero a la inversión productiva en vez de hacia zonas estériles de evasión fiscal. Las reducciones fiscales, que benefician a las naciones industrializadas, son una necesidad para el Tercer Mundo, donde los impuestos crecen más, a mayor velocidad y hasta niveles más altos, obstaculizando el crecimiento económico y andándolos en el subdesarroilo. En toda África y América latina podemos observar que, cuando los mercados son relativamente libres y es más bajo el nivel impositivo, hay un aumento más rápido del nivel de vida de las personas. Y en Asia, la libertad económica se ha arraigado, y alimenta un ascenso meteórico de las naciones de la cuenca del Pacífico, que potencia a los países de la ASEAN e incluso supone una beneficiosa ayuda a la prosperidad económica de la China comunista. Pronto podremos presenciar una revolución económica en la India, donde Rajiv Gandhi está reduciendo el intervencionismo económico, bajando los aranceles y cortando los impuestos. En nuestro país ha surgido toda una nueva generación de empresarios. Hombres y mujeres con ideas nuevas y con la tenacidad necesaria para hacerlas florecer han desencadenado un renacimiento de la innovación y producido a diario grandes avances en las tecnologías del futuro, tales como las de la bioingeniería, los microchips y las fibras ópticas. Han sido individuos, pequeños empresarios y hombres de negocios los que han impulsado el auge de la economía norteamericana. Se estima que siete de cada diez nuevos empleos han sido creados en empresas pequeñas, nuevas y en expansión. Una de las mayores empresas fabricantes de ordenadores personales en Estados Unidos y de las que más éxitos tienen fue puesta en marcha ceso a la CEE creará posibilidades para nuestros dos países; hemos prestado un respaldo permanente al acceso de España y Portugal a la Comunidad Económica Europea, y ahora lo aplaudimos. El intercambio comercial sigue siendo el motor de la economía mundial. El progreso se ve cada vez más amenazado por exigencias en favor del proteccionismo. Y proteccionismo no es la palabra correcta; habría que emplear el nombre correcto: destruccionismo.

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