ABC MADRID 01-05-1985 página 52

ABC, póg. 52- SUCESOS -MIÉRCOLES 1- 5- 85. Parte de la droga del Lady K iba a abastecer el mercado español El resto iba a ser recogido por otros barcos en alta mar Madrid. S. S. Los diecinueve miembros implicados en el caso del buque colombiano Lady K que transportaba treinta toneladas de marihuana y cincuenta kilos de cocaína, apresado por las autoridades españolas cerca de la costa de Sanlúcar de Barrameda, ya han sido puestos a disposición judicial. Con esta aprehensión se ha dado en nuestro país el golpe más grande al tráfico de estupefacientes, si bien el caso no se ha cerrado y las investigaciones prosiguen para desmantelar la red que se encuentra tras la misma. Ayer por la mañana, y en la Dirección General de la Policía, fue ofrecida una rueda de Prensa a los medios informativos, que estuvo presidida por el comisario general de Policía Judicial, Francisco Saavedra, y por Florentino Gómez Mesa, jefe de la Brigada Central de Estupefacientes, persona esta última que ha llevado el peso de las investigaciones. El señor Gómez Mesa no fue demasiado explícito a la hora de revelar detalles de la película de los hechos, por cuanto- matizó- aún prosiguen las investigaciones No obstante, señalaría que en Madrid había siete individuos, dos de los cuales han logrado escapar. El resto, David Mario Ariza, de diecisiete años; Fernando Alberto Díaz Flórez, de cuarenta; Gustavo Adolfo Guevara Llano, de veintisiete; Roberto Emilio de Jesús Boubad Solórzano, de cuarenta y siete, nacido en Guatemala, y Fabio Frez Figueredo Arias, de cuarenta y ocho, se hospedaban en nuestra ciudad en lujosos hoteles y habían sido sometidos a vigilancia, observándose que establecían frecuentemente contactos entre ellos mismos. Como se sabe, por otro lado, en Cádiz fueron puestos a disposición del juez, tanto el capitán como la tripulación del buque: Carlos Alberto Posada Murillo, de treinta y un años, capitán, y los tripulantes Antonio Rodríguez Castellanos, de treinta y cinco; Luis Carlos Peñalosa Azcárate, de veintiocho; Héctor Villa Hurtado, de treinta y uno; Rafael Espinosa Paso, de treinta y cuatro; Carlos Maño Quintero Castaño, de veinticuatro, Rafael Palmet Maestre, de veintiséis; Carlos Enrique López, de veintinueve; Jaira Estupeñán Paredes, de veinticinco; Luis Hernando Madrigal Arteaga, de treinta y tres; Evelio de Jesús Castañeda Rastrejo, de treinta y dos; Joel Antonio Bilbao Várela, de veintinueve; Orlando José Maestre Valenzuela, de veinticuatro, y Luis Fernando Castaño Ospina, de veintisiete. La detención de estos individuos se realizó de forma paralela a los implicados que residían en Madrid y que, al parecer, llevaban un elevado tren de vida. La relación entre unos y otros ha quedado debidamente establecida no sólo por la documentación encontrada en el buque, sino también por la información obtenida. Según la Policía, en este servicio se llevaba trabajando desde hace mucho tiempo y se piensa que parte de la droga aprehendida, pues también se quedaría algo en España, habría de haber sido trasladada desde el Lady K a uno o varios barcos en alta mar. Por otra parte, el capitán del buque, Carlos Posada, manifestó que fue contratado en marzo y que hacía la primera singladura a bordo. Afirmó, según informa nuestro corresponsal en Cádiz, Antonio Yélamo, que desconocía que transportaran droga y que suponía que el compartimento donde estaba ésta era un tanque del barco. Dijo también que su intención era la de dirigirse hacia las Azores, pero que, debido al mal tiempo, sufrieron averías y debieron guarecerse en el golfo de Cádiz. Apuntó además que fueron detenidos en aguas internacionales. En este sentido, el capitán de la lancha de vigilancia que realizó el servicio, Fernando Muñoz, puntualizó que el barco fue avistado a diez millas de las costas de Cádiz, en aguas nacionales, y huyó después de que se le hicieran las señales reglamentarias para que se detuviera. Por ello se le persiguió y fue detenido a unas veintiséis millas, en aguas internacionales. Pero nuestra actuación está amparada por la legislación vigente. Una pareja de enamorados tiroteada por un mirón Madrid. S. S. Una muchacha de diecinueve años se encuentra internada en grave estado en la clínica Puerta de Hierro, tras haber sido alcanzada por el disparo efectuado por un desconocido entrado en años que, al parecer, observaba entre arbustos a la joven y a su novio, que descansaban bajo un árbol de la Dehesa de la Villa. La historia de esta agresión hay que situarla al filo de la una y veinte de la tarde de ayer, cuando la pareja de enamorados decidió descansar bajo un grueso y frondoso pino, pues hacía calor. Al poco rato- l a pareja se encontraba apoyada en el tronco- el joven observó cómo en las proximidades de ellos había un individuo, que se ocultaba entre arbustos y que les observaba, por lo que se enfrentó verbaimente al desconocido, instándole a voces para que se marchara. Sin embargo, el mirón en cuestión, lejos de obedecer al muchacho, salió de su escondite El final de la película fue rápido: el voyeur que vestía pantalón y chaqueta gris y que aparentaba tener una edad de unos sesenta años, se acercó a los muchachos y abrió fuego contra ellos con su arma corta, prácticamente a quemarropa. Por fortuna, los disparos no les alcanzaron y, desde luego, sirvieron para que los enamorados pusieran pies en polvorosa y huyeran despavoridos campo a través. Desgraciadamente no lograrían salvarse de las iras de su agresor, que continuó, enloquecido, apretando el gatillo, resultando alcanzada en urr muslo fa joven A. M. D. C. El novio lograría llegar momentos después a una carretera cercana y pedir ayuda á una patrulla de la Policía Municipal, que trasladó a la muchacha al mencionado centro El agresor, que está siendo buscado activamente por la Policía, logró huir. El alcalde de Sacedón, muerto, fortuitamente, por un guardia Guadalajara. Luis Monje Ciruelo El alcalde de Sacedón, Juan Carlos Benito Grediaga, de veintiún años, resultó muerto en la madrugada de ayer, martes, a consecuencia de los disparos efectuados por el cabo primero de la Guardia Civil, Jesús Gómez Moreno, del puesto de Auñón, que prestaba servicio de vigilancia en torno a unos chalés del paraje Las Vadeñas, junto a la cola del embalse de Bolarque, en el término de Auñón. La pareja de la Benemérita observó, sobre la 1,45 de la madrugada, unas luces de linterna que desaparecieron al dar el alto. El cabo disparó entonces una ráfaga de intimidación a varios metros a la derecha de las luces apagadas con la mala suerte de que en aquel lugar se encontraba otro joven que, con los dos que portaban las luces, se dedicaba a la recogida de caracoles. Independientemente de las diligencias seguidas por el Juzgado de Instrucción número 2 de Guadalajara, el jefe de la Comandancia ha ordenado el arresto del cabo primero por disparar sin darse las condiciones previstas por la superioridad de hacerlo solamente en defensa propia o de terceros. D El fiscal solicitó un total de 616 años de cárcel para El Vaquilla y otros diez presos que se amotinaron en la Modelo de Barcelona el 13 de abril de 1984. Durante el juicio, el director general de Servicios Penitenciarios de la Generalidad negó que a los amotinados se les facilitara droga. Otro policía herido al intentar evitar un atraco en Leganés Madrid El policía nacional Juan Lozano Ruiz, destinado en la Comisaría de Leganés, resultó herido de un balazo al tratar de impedir la realización de un atraco en un supermercado en el número 4 de la calle Delicias, en Leganés, según informaron fuentes policiales. El hecho ocurrió hacia las cinco y media de la tarde en el momento en que el policía nacional, en compañía de su esposa, realizaba unas compras en el supermercado. Lozano Ruiz, que se encontraba franco- de servicio y no llevaba armas, se percató de que dos jóvenes armados con pistolas y uno de ellos encapuchado, se habían apoderado del dinero de la caja del establecimiento. El policía se abalanzó contra los delincuentes y en el forcejeo con uno de ellos recibió un balazo que le alcanzó en el tobillo izquierdo. El agente fue trasladado al hospital Primero de Octubre, donde quedó ingresado. Los atracadores pudieron huir con el botín, que ascendió a 185.000 pesetas, en un coche que les esperaba en las proximidades