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ABC MADRID 27-04-1985 página 56
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ABC MADRID 27-04-1985 página 56

  • EdiciónABC, MADRID
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XJABÉ SÁBADO CULTUStAL H i s t o r i a 27- abriI- 1985 Revistas Diez días que estremecieron al mundo John Reed Biblioteca de Historia. Ediciones Orbis, S. A. Barcelona, 1985 Los jóvenes de mi generación devoramos, literalmente, Diez días que estremecieron al mundo El relato más directo, vivaz y fidedigno de las vicisitudes, audacias y estrategias de la revolución de octubre del asalto al Estado por los bolcheviques John Reed estuvo allí. Y lo contó con estilo preciso y refulgente. Lo leí, al igual que la mayoría de mis amigos y compañeros de entonces, en la edición que Espasa- Calpe puso en las librerías, alrededor de 1930- ¡más de medio siglo hace ya! en un ejemplar, lamentablemente perdido en el correr de la azarosa vida que nos zarandeó, y sigue zarandeándonos, a las gentes de esta época. Y lo siento verdaderamente, porque me gustaría- a q u í y ahora -ver cuáles fueron los subrayados y anotaciones con los que mancillé sus páginas en aquel momento. Con seguridad, bastante distintos de los sugeridos por la lectura de la versión presente. Diferencias promovidas por dos motivos principales. El primero, por los cambios inexorables del galope de los años- ¡y qué años! tanto en el orden personal, activo y psicológico, como en el genérico, con sus transformaciones de ambientes y estímulos sociales e históricos. Pero insistir en este extremo con referencias a lo particular o a lo colectivo, me parece obvio y redundante. Existe, sin embargo, otro punto que desempareja aquella edición de la actual y que obliga a ciertas puntualizaciones. Fue la primera, una versión- -que siento no tener a mano para los debidos cotejos- realizada bajo los rigurosos estímulos de servir a una política editorial, objetiva y libérrima, que pusiera al alcance de los lectores en español la vasta diversidad de los hechos y conmociones del mundo, por obra de las plumas más autorizadas y responsables. El libro de Reed que hoy puebla quioscos y escaparates llega al lector de nuestro idioma- -según los nuevos editores- -por vez primera bajo su forma completa, auténtica y fiel Afirmación a la que nada cabe objetar en sí misma, pero a la que hace falta un añadido, para una completa y correcta información: que se trata de una publicación bendecida y sancionada, desde perspectivas marxistas- e n correspondencia con la militaneia del autor- por los guardadores y vigilantes de la ortodoxia revolucionaria. Una Biblia con notas para entendernos, a la que no falta ni el apéndice hagiográfico que concluye con el epitafio escrito en la tumba de John Redd, en la plaza Roja de Moscú, ni el correspondiente Nrhil obstat extendido por los escolásticos del Kremlin. John Reed fue, en efecto, un agitador activo. Periodista extraordinario, escritor plástico y contundente, configuró una insólita personalidad en el ambiente norteamericano. Soñador del socialismo estadounidense, pronto se convirtió en bandera del radicalismo progresista en USA; empresa aureolada, en los medios intelectuales, por su poco frecuente actividad de rebeide de Harvard. Los comunistas de su patria lo consagraron, tempranamente, como guía y mito. La leyenda se enroscaba en su andadura aventurera. Hasta su muerte en la URSS, tras las dramáticas peripecias que lo arrojaron a una prisión finlandesa, contribuyó a, perfilar su simbolismo legendario. Falleció el 17 de octubre de 1920, cuando le faltaba poco más de un mes para cumplir los treinta y tres años, sus restos reposan en los muros del Kremlin, sacralizado como héroe de la revolución universal. Lo legendario tiene también su reverso. Y mientras los bolcheviques lo depositaban en su santuario- firmamento u Olimpo- la contraleyenda, en forma de noticias referidas a sus actitudes finales, lo mostraba sacudido por desconciertos y hasta rechazos frente a los derroteros y estilos que comenzaban a dominar en la revolución rusa. Diez díaz que estremecieron al mundo es sustancialmente un relato periodístico. El cronista estaba allí. Asistió a las sesiones de Congresos, Comités revolucionarios, Consejos de soviet y comisarios del pueblo... Escuchó a Lenin, Trotski y demás protagonistas de la revolución. Entrevistó a Kerenski, en las agonías del Gobierno provisional. Correteó por los pasillos y despachos del; instituto Smolny, del palacio de Invierno; por las calles amedrantadas del Petrogrado en convulsión, entre bayonetas caladas, coches blindados, estampidos de cañón y fusilería, barricadas y guardias rojos... Una crónica ejemplar, para cuyo logro agregó a lo vivido proclamas y acuerdos, boletines y cualquier clase de documentación impresa; llegando en su pasión por acumular testimonios a arrancar de las paredes, carteles, anuncios, letreros, convocatorias... ¡Cuanto sirviera para transmitir ia emoción de una ciudad en armas, poseída por el institno de la subversión, sabiamente conducido por las estrategias políticas y militares para la conquista del Estado! La refectura de Diez días que estremecieron al mundo -a tan larga distancia de su descubrimiento ávido y deslumbrante- me acerca a otras cuestiones, en las que antes no acerté a detenerme. Con el tiempo llegan las lucubraciones estéticas, haciendo un poco de lado las reflexiones políticas y sociales que el libro de John Reed puede aguijonar, verbigracia, sobre el estado actual de la URSS. Tan distinto del orbe dé ilusiones y espectativas que el espíritu casi mítico, con que fue compuesto, nos sugiere. Lo que ahora se hace más patente, ai recorrerlo sin enceguecimtentos ni telarañas en tos ojos, con la objetividad con que debe retomarse a un texto mítico, es lo que Diez días... tiene de convergencia y condensación de los valores periodísticos, historiográficos y literarios. José María ALFARO Revista de Occidente Números 48- 49 Mayo, 1985 Número doble de Revista de Occidente que conmemora el nacimiento de su fundador, José Ortega y Gasset. El volumen incluye una selección de las Conferencias pronunciadas en el Centro Ortega y Gasset desde mayo hasta diciembre de 1983, que, aún inéditas, componen un interesante mosaico del filósofo realizado desde contribuciones diversas en los enfoques y en las formas de expresión. En contribuciones como la de Vicente Cacho Viu, que lleva a cabo un penetrante análisis sobre la generación del 98, se ha acompañado el texto de sus referencias bibliográficas dada la novedad de su aportación que constituye, sin duda, una primicia en la historiografía española. El profesor Cacho demuestra en su trabajo que el término generación del 98 fue acuñado en febrero de 1913 por Ortega, aún cuando Azorín se apoderase ese mismo mes del término para convertirlo en símbolo de un grupo literario que se dio a conocer hacia el año del Desastre. El resto de los artículos viene avalado por firmas tan prestigiosas como las de Emilio Lledó, Hans Gadamer, Antonio Rodríguez Hueseas, Wido Hempel, Francisco Meregalli, Gonzalo Sobejano y Fernando Lázaro Carreter. El número se cierra con un epistolario entre Joaquín Costa y José Ortega y Gasset que recoge tres cartas, de gran valor, cruzadas entre ellos. Los responsables de Revista de Occidente anuncian, también, que, a partir de ahora, los números de la publicación correspondientes al mes de mayo estarán dedicados a desarrollar temas orteguianos y a trabajos sobre el fundador, recordando de este modo el aniversario de su nacimiento. Los Cuadernos del Norte Número 29 Enero- febrero, 1985. 400 pesetas La revista cultural de la Caja de Ahorros de Asturias, que edita en Oviedo el escritor Juan Cueto, dedica en su último número recién aparecido un amplio dossier al análisis de diversos aspectos de la teoría de la comunicación. Se incluyen en él una serie de artículos elaborados por profesores miembros del Departamento de Comunicación, que dirige Manuel Martín Serrano, en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. El número 29 de los Cuadernos del Norte contiene, además, un singular elogio a las flores artificiales firmado por el teórico Gillo Dorfles. Nueve poemas inéditos de Celso Amieva, uno de tos mayores poetas asturianos vivos. Un estudio sobre el alcoholismo y tas disciplinas industriales en Asturias. Una excelente semblanza de Wenceslao Fernández- Flórez. Un extenso artículo de Francisco Umbral y las habituales secciones dedicadas a glosar la actuatidad en los terrenos de la literatura y el arte.

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