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ABC MADRID 22-02-1985 página 73
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  • EdiciónABC, MADRID
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VIERNES 22- 2- 85 ESPECTÁCULOS Lluvia de estrenos en los teatros de Madrid A B C 73 Rebelión en Presidencia un juego de equivocaciones Tiiulo: Rebelión en Presidencia Autor: Germán Alvarez Blanco. Director: Emilio Fernández. Escenografía: Alfonso Barajas. Intérpretes: Victoria Vera, Juan Luis Gallardo, Paco Cecilio, María Elena Flores, Ramón Pons. Teatro: Infanta Isabel. A Choras line extraordinario gran musical norteamericano Trtuk) A Choros Line Una línea de coro Musical de Michael Bennett. Libro: J. Kirkwpod y N. Dante. Música: Marvin Hamlisch. Canciones: E. Kleban. Versión española: Artime y Azpiltcueta. Espacio escénico: Robin Wagner. Luces: R. Winkter, sobre diseño de Triaron Musser. Dirección musical: Tom Hancock. Coreografía: Roy Smith. Intérpretes: Michelle Beteta, Erin Noyd, Sergio Cal, Alina Ceñal, Lisa Christensen, Frank Cruz, A. Denis, Silvya Dohl, Michelle Emanuel, Claudia Fenton, Porfirio Figueroa, M. González, Lon Hurst, A. Iglesias, R. Lowe, J. Martínez, Marisol Morales, Paco Morales, L. Rhodes, Cllda Shaur, A. Stevans, J. Vázquez, Scott Wagner, R. Yáñez. Teatro Monumental. Sobre una situación concreta, la separación matrimonial del presidente canadiense Truddeau y su mujer, como paradigma del posible problema o conflicto de la pareja sometida a las tensiones- Amor- Poder, y con cierta no por completo soterrada tentación de producir una comedia de las que en tiempos se llamaban de clave, Germán Alvarez Blanco aborda el intento de pasar su oficio de escritor del periodismo al teatro. Rebelión en Presidencia es el título de su primera comedia. Podría pensarse que se trata de un drama político. Lo sugiere el título. No es tal. En rigor, lo que se maneja es un simple conflicto matrimonial. En efecto, el presidente de Gobierno, absorbido por sus responsabilidades, que abandona lo bastante a su esposa para que ésta busque su desquite y crea encontrar otro amor, es algo que puede pasarle, y de hecho le pasa, en casos no infrecuentes a gobernantes, empresarios, científicos, investigadores, comerciantes y simples funcionarios. Alvarez Blanco utiliza un primer acto, cortísimo, en describir a un presidente irftramodernizado que recibe malas noticias por medio de la novísima electrónica, a su mujer descontenta y a su fiel y absorbente secretario particular, en quien sería desmesurado ver, como algunos hacían en el entreacto, a un personaje concreto de nuestra esfera política, y esbozar la tentación de la esposa. Un segundo acto, igualmente demasiado breve, a presentar una discusión de alcoba en la que la esposa, recrimina al marido, le anuncia su decisión de cambiarlo por otro, y se produce, abruptamente, un desenlace folletinesco. Metidos en un montaje grandilocuente en el que la escenografía deja desbordar ¡a realidad por la espectacularidad, Victoria Vera y Juan Luis Galiardo dan un recital de incompetencia. Victoria abusa del trémolo y Ja crispación, desentona en las escenas culminantes. Gaiiardo, a quien habría que darle el consejo, paradójico tratándose de un jefe de Gobierno, de que cambie de chaqueta, demuestra que tiene demasiados hombros- d e sastre- para la dobte carga del poder y el abandono matrimonial, alcanza mucho más la apariencia de un camionero abrumado por su empresa de transportes que la de un triunfador político, derrotado en situaciones de alcoba. Mejor está, incluso más comedido que es su costumbre, Paco Cecilio en el personaje tópico de un secretario maléfico y maquiavélico. Ramón Pons está aburrido, asustado, irremediable, en su única escena de enamorado venal, y María Elena Flores cubre con discreción el papel de secretariaconfidente familiar. Tanto la escenografía como la dirección han pecado de elocuencia. Estaban ante una comedia más intimista que política que hubiera ganado con la sencillez lo que tenía perdido de antemano con la fastuosidad. Pocas veces se ha montado tan débH cosa con aparatosidad tan inapropiada. Tras diez años de enorme éxito mundial, A Chorus Line llega a Madrid. Es lo que llamamos un musical americano. Ya ni ópera, ni opereta ni comedia musical. Algo más sencillo y más complicado que desciende de los grandes musicales del cine de Hollywood y que, curiosamente, tiene mucho más parentesco con las primeras películas musicales del cine sonoro, años treinta, que con las comedias musicales, posteriores, del cine y el teatro. Está superado el tiempo de las parejas estelares, Ginger Rogers- Fred Astaire; de las fabulosas estrellas Judy Garland, Esther Williams y las unánimes piernas alzadas de las girls de Cukor. El teatro regresa a los tiempos iniciales en los que un español, Valentín Parera, presentaba, me fío de mis recuerdos, Galas de la Paramount años treinta, como una sucesión de escenas breves en las que intervenían las famosas estrellas como Maurice Chevaiier, Gary Cooper, Kay Francis, qué sé yo cuántas, pero ya no se basa en el Star System En vez de estrellas, las gentes del pueblo. A Chorus Line es la historia de un momento, unos días, unas horas, en que unos cuantos jóvenes, tal vez marginados, proa a las dificultades de identificación en la gran ciudad, luchan por obtener un puesto en la fila, un puesto de trabajo, que es, también, una puerta a la fama: la puerta de los sueños. El género musical ha prescindido de la arcaica identificación de los personajes con las tesituras de voz: la soprano ya no es la heroína, el tenor el protagonista, el barítono el traidor- -puede ser el abnegado- -el bajo el profeta, el testigo el miserable, qué sé yo. Todos tos que aspiran a conseguir un puesto en la fila son, de salida, iguales. Cada uno hará su número. Confesará su historia y lo hará cantando, bailando, interpretando. La música, así, queda libre de un concepto básico. Estamos ya lejos de tos modos de Prokofiev, de Sostakovic, de Honeggen El músico da a cada personaje el tono y el ritmo que le apetece. La libertad y la ausencia de divos hacen de A Chorus Une un musical de arrebatadora humanidad. No hay protagonistas. Hay gente joven, marginada, ansiosa de identificación personal y de triunfo social. Las historias autobiográficas se suceden en un ritmo vibrante de números musicales. Ritmos diversos, balletomanía, desde el rock a! clásico. Azpiücueta ha realizado una gran hazaña teatral: seleccionar en Broadway un valioso grupo de jóvenes actores y actrices muy completos y enseñarles a decir en español aprendido de oído un texto cargado de sentimientos auténticos, actuales. El exotismo que brota de las pronunciaciones con acento sirve para colocar al espectador en situación. Lo que ocurre pasa en Broadway, no en Madrid. Distinguir entre estos chicos y Chicas estupendos sería injusto. Cualquiera de ellos da ciento y raya en lo de cantar y bailar a un actor español. Cualquiera de ellos goza de una personalidad cargada de expresión. Todos constituyen un conjunto jamás logrado antes aquí. La música de Hamfech es moderna, rica en acentos y sonidos, valiosa en ritmos modernos. La luminotecnia, todo un curso de cómo acentuar presencias, ausencias, individuos, grupos. La escenografía, una demostración de cómo la sobriedad puede equivaler a belleza. El espectador se identifica con las experiencias individuales que le cuentan Mike, Bobby Richie, Val, Judy, Sheila, Bebe, Maggie, Kristine, Al, Diana, Katy, una serie de seres atractivos, figura elástica, muslo terso, seno provocativo, rostro atormentado, pierna ágil, voz vibrante. Magnífica banda de sonido, segura dirección, excelentes actores, irreprochable conjunto. Un gran espectáculo musical. Un gran éxito teatral que de puro inevitable avergüenza pronosticar. El teatro musical para hoy. Todos protagonistas con ruina de Ja semántica. Gran musical A Chorus Line Hazaña de importación en la que hay que apuntar un amarraco muy fuerte al trabajo de Jaime Azpiücueta y otro a tos insensatos empresarios que se han metido en esta locura teatral. Un gran éxito que puede costarles caro. Lorenzo LÓPEZ SANCHO MINISTERIO DE CULTURA jto f 5 REAL COLISEO DE CARLOS III DIRECCIÓN GENERAL DE MÚSICA V TEATRO TEATROS NACIONALES V FESTIVALES DE ESPAftA San Lorenza Je El Efctr tal- Tel 8904411 HOY VIERNES, SÁBADO 23 y DOMINGO, 24 a las 7,30 tarde Compañía Marqués de Bradomín preiecta Moraleja esperpentitiritísca, diagramada por E S T R U C H con el texto d V A L L E I N C L A N e con MARÍA BARO, MANCHO NCVO ALICIA VEJO. FÉLIX CUBERO, etc. Dirección: JOSÉ ESTRUCH y JUANJO GRANOA L. L. S.

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